jueves, 13 de junio de 2019

¿Por Qué es Importante la Reforma? Un Enfoque en los Tres Pilares Principales de la Sociedad

influencia de la reforma



Estamos en la era de lo que se conoce socialmente como “el posmodernismo”, más exactamente, mientras escribo este ensayo, en el año dos mil diecinueve (2019). En la actualidad todo el mundo ha nacido, por lo menos, en la era de la “modernidad” y gran parte del mundo nace o nació en la “posmodernidad”, y es normal en nuestras vidas ver cambios, resistencias al cambio, diferencias de opiniones, debates y discusiones. Hoy en día es común ver cada persona expresarse de distintas formas: las artes, la música, los medios de comunicación, y hasta las redes sociales son un medio masivo donde toda persona “tiene algo que decir”. En esta época hemos crecido y esto es lo que nos parece normal de una cotidianidad; empero, precisamente por haber nacido entre estas dos eras, a la humanidad entera nos parece que el mundo siempre fue así; si alguien es censurado o judicializado (incluso asesinado) por expresarse de tal manera o tomar cualquier estilo de vida, prontamente se “coloca el grito en el cielo” ante tal reprensión. Lo cierto es que hubo una época totalmente diferente en la antigüedad donde, por el contrario, expresar una opinión distinta, o un estilo de vida distinto de quienes ostentaban el poder, eran severamente castigados, incluso, con la muerte.



A lo anterior debemos también incluir la organización y sistemas políticos mundiales, pues el nacionalismo es algo que se conoce a penas desde comienzos de la edad moderna, pero algo debemos anotar es la preservación de las funciones del Estado, aún a comienzos de la edad moderna: garantizar la libertad, la propiedad y la vida. ¿De dónde surgió todo esto? Ciertamente tuvo sus inicios a finales del siglo XV, más propiamente marcado con el hito de la invención de la imprenta, sin embargo, el evento que marco un “impulso propulsor” que aceleró el comienzo de la edad moderna, fueron los eventos inminentes y mundiales de La Reforma Protestante. Desde 1517, cuando todo inició por el mazo de un monje, comenzaron a darse una serie de cambios que dieron como resultado la edad que hoy tenemos, las libertades que hoy tenemos y los privilegios que nos parecen normales.

El presente artículo buscar responder la pregunta “¿Por qué fue importante la reforma?” Para hacerlo procuraré demostrar lo que en los anteriores párrafos afirmé: “Las libertades, beneficios, y privilegios de hoy, se deben fundamentalmente al movimiento de La Reforma Protestante”, y lo haré abordando los tres pilares que debe garantizar el Estado: la libertad, la propiedad, y la vida, aunque en esta primera entrega solo apuntaré en el pilar de la "libertad" . El objetivo es, pues, ver que, sin el acontecimiento de La Reforma, el mundo no sería como es.

El Movimiento que Marcó un Cambio en la Historia

Antes de pasar a exponer el punto central de este ensayo, es preciso e imprescindible explicar primeramente de qué se trató este movimiento.

La Reforma Protestante fue un movimiento principalmente religioso, pero con un gran impacto en todas las esferas de la vida. Su inicio se dio en 1517 cuando un monje, llamado Martin Lutero, indignado por los abusos de las autoridades eclesiásticas con la venta de indulgencias, clavó en las puertas de su iglesia, en Wittenberg, 95 tesis en las cuales se oponía contra varias practicas y enseñanzas de la iglesia. El objetivo no era, como muchos piensan, el formar un levantamiento contra la iglesia, sino que, buscaba un debate para tratar dichas tesis (González, 1994). Ahora bien, el resultado como tal fue que el monje se introdujo cada vez más en el estudio de las Escrituras Sagradas rechazando cada vez más las doctrinas oficiales de la época. Pero el monje reformado no fue el único que cuestionó las doctrinas de la iglesia de Roma y del Papa, sino que, de forma simultánea en Suiza, otro clérigo de nombre Ulrico Zwinglio también lo hizo, y con el pasar de los años más reformadores aparecerían.

Lo interesante del asunto es que precisamente el nombre “Reforma Protestante” da los indicios de cómo este movimiento religioso trascendió a esferas mucho mayores. El calificativo “protestante” nace por un movimiento subyacente de campesinos que se levantaron en contra de sus señores, haciendo suya los principios de la reforma, interpretando que estos les estaban era señalando que no tenían que obedecer (González, 1994). Este fue ya más un movimiento social, empero, no se puede desconocer que la revuelta fue inspirada por la controversia reformista. Se debe dejar en claro que Lutero nunca estuvo de acuerdo con dichas revueltas, ni eran tales sus objetivos, sin embargo, el movimiento mundialmente conocido como iniciado por el monje reformador implicaría inherentemente un cambio en las esferas de la vida de la sociedad hasta ahora conocida.

No es objetivo, ni el espacio, en este ensayo el exponer cada detalle y por menor de la historia sobre la reforma, para eso recomiendo libros como “Historia del Cristianismo” de Justo L. González. Lo que nos concierne en este espacio, es pues, el ver cómo dicho movimiento influyó tanto en el mundo y la sociedad, que hoy día somo lo que somos; o, en otras palabras, si la Reforma Protestante no se hubiese acontecido, el mundo no sería lo que es.

La Influencia de la Reforma Protestante en la esfera de la Libertad

La Real Academia de la lengua Española (RAE) define la libertad como la facultad que tiene el hombre de obrar de una manera o de otra, y de no obrar, por lo que es responsable de sus actos (Diccionario de la Real Academia de la lengua Española, 2018). Hoy en día es muy común y normal el que, dentro del marco de la legalidad que se tenga en cada país, podamos hacer lo que bien deseemos. También es muy común y normal el que cada persona pueda expresar su opinión, si bien aún existen lugares donde no es del todo posible, y otros en los que se busca la censura, el común denominador es que cada persona pueda expresar lo que desee, incluso, su inconformismo con respecto a los mandatarios de turno.

En la actualidad vemos muchas marchas, movimientos, y acciones en contra de otras personas con las que no se comparte “x” o “y” pensamiento, siendo más frecuente dentro de la esfera de la política. El término “oposición” es más que frecuente, y no, no necesariamente significa un grupo disidente rebelde en contra del legitimo gobierno, sino que, dentro de la legalidad universal, toda persona puede oponerse a las políticas impuestas en su nación siempre y cuando actúe dentro del marco de la legalidad permitida; empero, el simple hecho de que exista un “marco de legalidad” dentro del cual se permita hacer una oposición a los mandatarios, ya es un cambio enorme si lo comparamos con las formas de gobierno durante la edad media.

En la antigüedad, tales libertades anteriormente mencionadas, no eran normales, de hecho, ¡eran delitos! Durante la Edad Media las formas de organización eran a través de monarquías, comenzando con lo que era el Imperio Romano, que después pasó a ser el Sacro Imperio Romano Germánico, y algún tiempo después, debido a sentimientos nacionalistas que se iban despertando en ciertas regiones del Imperio, se fueron constituyendo los “países” o naciones con un rey que era el soberano absoluto en sus regiones. Debido a esto era común las guerras entre ellos, como la guerra de Carlos V contra Francia, la del reino anglosajón contra España o contra Francia igualmente. En este orden social que se veía, entraba dentro de ello, la institución de la Iglesia Católica Romana. Debido a los ataques de los barbaros, durante la edad media, la figura del papa romano fue tomando matices políticos que llevaron a que durante el papado de Inocencio III la figura del papa fuese vista como la cabeza de la Iglesia Romana (González, 1994). 
Debido a un mundo occidental casi totalmente cristianizado, la figura del papa se elevaba como un emperador universal, pues aunque durante el proceso medieval muchos reyes se opusieron a la autoridad del papa, ciertamente el temor de una excomunión de la iglesia era frecuente, empero, también existía un “poder” de contrapeso, pues en ocasiones los papas se veían supeditados a los intereses de los reyes; un ejemplo de esto lo podemos encontrar en la historia del nacimiento de la Iglesia Anglicana, pues cuando Enrique VIII quiso una dispensa papal que le permitiese divorciarse de su pareja, Catalina de Aragón, no le fue otorgado pues el papa prácticamente era un servidor de Carlos V, el emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, y quien era sobrino de Catalina (González, 1994).

Lo cierto es que todo esto era una lucha entre poderes de soberanos que regían distintas regiones, pero donde una persona del común no tenía “voz ni voto”, pues el pensamiento común era que oponerse abiertamente contra un soberano era oponerse a Dios mismo, por tanto, quienes osaban hacer tal cosa, muchas veces terminaban o en el exilio o enfrentándose a la muerte.

Si bien alguien podrá argumentar que el cambio de estas cosas a lo que vemos en la actualidad no dependió sino de los crecientes sentimientos nacionalistas, lo cierto es que es debido a la Reforma Protestante que muchas de las libertades que tenemos fueron dadas. Cuando el monje reformador, Martín Lutero, clavo sus 95 tesis en la iglesia de Wittenberg, y el reformador Ulrico Zwinglio iniciaba sus cambios en Zúrich, casi al mismo tiempo, se dio el primer movimiento contra el primer soberano: los reformadores levantaron su voz (o hicieron oposición) al mandatario soberano de la Iglesia Romana.

En el caso de Lutero el levantamiento se dio debido a la indignación del monje al ver el abuso del papa León X sobre la venta de indulgencias. Esta indignación llevó al monje Lutero, quien también tenía una seria conciencia de su pecado, a estudiar las Escrituras en sus idiomas originales y encontrarse con una verdad que lo llevaría, a la postre, al romper con el papa romano. Ha de decirse que el movimiento de la Reforma no nació por si solo, sino que vino como un impulso resultado del movimiento conocido como “el Humanismo”, pues este movimiento buscaba y promovía el estudio de las fuentes originales, base misma de la cual se inició la Reforma. En el caso del reformador sueco se da debido a un estudio profundo de las Escrituras donde este mismo no encontró bases bíblicas para muchas de las enseñanzas de la iglesia oficial de entonces; practicas como el ayuno, el celibato y la intermediación de las autoridades eclesiales las encontró fuera de lo permitido o mandado por las Escrituras (González, 1994).

Estos dos movimientos iniciales, sobre todo el de Lutero, influenció y dio un impulso a una revolución que se dio en el Imperio Germánico durante los años de 1524 y 1525 conocida como “La Guerra de los Campesinos Alemanes” y que se trato del levantamiento del campesinado alemán contra la nobleza, debido a que la carga que les era impuesta a los primeros en beneficio de los segundos, era demasiado gravosa. El conflicto fue más profundo en el sur, oeste y centro de Alemania, pero también afectó a áreas de Austria y Suiza, y contó con un total estimado de 300000 campesinos insurgentes, dejando un total de 130000 víctimas entre los sublevados (La Guerra de los Campesinos Alemanes, s.f.).

Hay que dejar la anotación que la Reforma Protestante no tenía como objetivo o fin el levantamiento contra la nobleza, sino que, desde su seno mismo, se buscaba que la iglesia tuviese una reforma tanto en su práctica, pero principalmente en su doctrina. Sin embargo, el malestar generado en el campesinado encontró un los principios o tesis de la Reforma una excusa para buscar el liberarse de la opresión noble. Básicamente, al publicarse las Escrituras en el idioma vernáculo y promoverse su estudio personal, el campesinado y muchos clérigos no encontraban una razón bíblica que justificara la situación calamitosa que les tocaba vivir; incluso llegaron a una conclusión más temeraria: las limitaciones efectuadas por los Señores, contradecían el derecho divino, toda vez que, si Dios había creado animales y plantas sin la intervención del hombre y para el provecho de todos los hombres por igual, ¿por qué no habrían de aspirar a los mismos derechos que los nobles y el clero?

Lo cierto es que, aunque la conclusión de aquella revuelta fue una matanza del campesinado por parte de los nobles, y el sistema continuó en una especie de feudalismo agravado, las bases, sentimientos o deseos perduraron debido a que el movimiento de la Reforma nunca fue apagado, un movimiento que dentro de sus postulados estaba que no existía ningún intermediario entre Dios y los hombre, salvo Jesucristo, lo cual quitaba la autoridad del papa concerniente a la vida de las personas, más allá de lo estipulado en las Escrituras.

El desarrollo teológico de la libertad cristiana, junto con el Principio Regulador del Culto Cristiano, daba la libertad al individuo para desarrollarse y vivir conforme a lo que dicen las Escrituras y no al soberano de turno, empero, se dejaba claro el respetar las autoridades y acatar sus órdenes, salvo en caso de que estas vayan en contra de lo Escritural.

La importancia de esta libertad, sumada a que en el desarrollo teológico se expone la verdad de la dignidad igualitaria ante Dios de todos los seres humanos, fue lo que paulatinamente fue llevando a la abolición de la esclavitud y a la fomentación de un trabajo digno, lo que a su vez abole el sistema feudal y monárquico.

Dado lo anterior, es indudable que la Reforma Protestante marcó un cambio en la sociedad en el ámbito de la libertad, pues pone a cada ser humano en igualdad de valor ante Dios, aunque pueda persistir aún diferencias de clases sociales, los principios de la Reforma marcan un sentido de justicia, equidad e igualdad en el sentido de que ninguna persona tiene mayor valor que otro. Ciertamente los reformadores promovieron la sumisión y respeto a las autoridades eclesiásticas, pensamiento que se afianzó más con el paso del desarrollo teológico, pero al igualar en dignidad y valor a todas las personas, da una voz y un voto a todas aquellas personas que permanecían en “total oscuridad y silencio” por cuanto su clase social no era tenida en cuenta más que para un trabajo del que se beneficiaban solamente las clases superiores. De hecho, la abolición de la esclavitud e igualdad de derechos para la comunidad afroamericana en Estados Unidos fue promovido por Martin Luther King, homónimo del reformador alemán, y quien a su vez era un pastor bautista, es decir, protestante.

Ciertamente si la reforma protestante no se hubiese dado, o tenido el curso que tuvo, muy posiblemente no tendríamos el mundo como lo conocemos hoy, en cuanto a libertad en este caso, pues fue precisamente el igualar la dignidad de todas las personas las que conllevó el nacimiento de la ley de libertad de expresión. Anteriormente nadie podía hablar en contra de ninguna autoridad, menos de una autoridad eclesiástica como lo era el Pontífice Romano, pues el pensamiento que se tenía era que tales personas, sobre todo el papa, eran emisarios de Dios, lo cual conllevaba a que una persona del común que se rebelara contra ellas, seria tenido como apostata, hereje y diabólico, fueron precisamente estas las acusaciones contra los reformadores y los protestantes durante mucho tiempo. Hoy en día es común escuchar criticas contra el gobierno y contra la Iglesia Romana, incluso contra las mismas iglesias protestantes que pierden su rumbo o que simplemente no se acomodan a lo que las libertades de hoy promueven; sí, las causas secundarias es que estamos en un mundo donde se busca valer absolutamente toda opinión, por irracional que sea, lo cual a secularizado el mundo y las iglesias, incluso las más bíblicas, son duramente criticadas por no acomodarse a postulados que van en contra de las Escrituras, sin embargo, estas organizaciones que buscan “acabar con toda religión” (cuando en realidad solo atacan la cristiana) tienen todo que agradecer que fue precisamente por la misma iglesia de Dios, que hoy pueden levantar su voz y emitir una opinión, pues si lo hubiesen hecho en la edad media, o incluso durante los primeros años del siglo XVI, su final hubiese sido rápido y doloroso.

La próxima semana se mostrará el impacto que tuvo la reforma protestante para la propiedad privada y la vida



Oscar Andres Romero
Estudiante de Licenciatura en Teología
Seminario Reformado Latinoamericano



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González, J., (1994). Historia del Cristianismo. Miami, U.S.A. Editorial Unilit
Weber, M., (1991). La Ética Protestante y el Espíritu del Capitalismo. Tlahuapan, México. Premia Editora
La Guerra de los Campesino Alemanes. (Sin Fecha). En Wikipedia. Recuperado el 25 de marzo de 2019 de https://es.wikipedia.org/wiki/Guerra_de_los_campesinos_alemanes
La Revolución Francesa. (Sin Fecha). En Wikipedia. Recuperado el 25 de marzo de 2019 de https://es.wikipedia.org/wiki/Revolución_Francesa
Libertad. (Sin Fecha). En el Diccionario de la Real Academia Española (23 ed.). Recuperado de https://dle.rae.es/?id=NEeAr5C
Propiedad. (Sin Fecha). En el Diccionario de la Real Academia Española (23 ed.). Recuperado de https://dle.rae.es/?id=UNs0WGg
Vida. (Sin Fecha). En el Diccionario de la Real Academia Española (23 ed.). Recuperado de https://dle.rae.es/srv/fetch?id=blw7uSa


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