jueves, 20 de junio de 2019

¿Por Qué es Importante la Reforma? Un Enfoque en los Tres Pilares Principales de la Sociedad (2 Parte)

importancia de la reforma 2

La Reforma Protestante fue un evento trascendental en el cambio de la sociedad a como la vemos hoy en día. En el artículo anterior se expuso cómo la Reforma influyó en las libertades de las personas permitiéndoles el expresar sus ideas libremente (Si aun no has leído la primera parte de este artículo, te recomiendo hacerlo aquí). Ahora pasemos a examinar la manera en que este evento influye en otras dos áreas de la sociedad: la propiedad y la vida


La Influencia de la Reforma Protestante en la esfera de la Propiedad


La propiedad se define como el hecho o circunstancia de poseer alguien cierta cosa y poder disponer de ella dentro de los límites legales (Diccionario de la Real Academia de la lengua Española, 2018). En esto también tuvo que ver mucho el pensamiento nacido por el movimiento de la Reforma Protestante. Hoy en día existen muchas leyes que regulan la propiedad y su uso. El concepto de “propiedad privada” estuvo durante mucho tiempo desaparecida (podemos encontrar vestigios de ella en las leyes dadas a la nación de Israel durante el Antiguo Testamento). Con la aparición del sistema feudal las tierras pasaron a manos de monarcas y principados (nobleza) y el campesinado se encargaba de trabajarla para beneficio de estos, permitiéndoseles también disfrutarla en cierta manera, sin embargo, no era de estos sino de los señores.

Con el avance del tiempo, y por las guerras político-religiosas provocadas durante la edad media y el siglo XVI, los gravámenes hacia el campesinado eran cada vez mayores: diezmo alto y diezmo moderado, más impuestos de guerra, entre otras; toda esta situación conllevo a la rebelión de los campesinos mencionadas en el articulo anterior.

Dado a que el concepto del humano ante Dios cambió, pues la Reforma promulgaba que todos tenían el mismo valor delante del Señor, cambió el sistema organizacional y político, al mismo tiempo. Sin embargo, como mencioné anteriormente, la rebelión de los campesinos fue socavada totalmente por la nobleza alemana, pero sus principios y el sentimiento de un estado mucho más equitativo perduró en cada uno del “proletariado”. Precisamente estas cosas se volverían a conjugar unos siglos más tarde en la llamada Revolución Francesa.

La Revolución Francesa fue un movimiento que sucedió a finales del siglo XVIII, un par de siglos después del comienzo de la Reforma Protestante, y aunque se tiene como un conflicto social y político que enfrentaba a partidarios y opositores del sistema conocido como el Antiguo Régimen, no se puede negar que los sentimientos de esta revolución eran los mismo de la ocurrida entre los campesinos alemanes y la nobleza del Imperio Germánico. Para finales del siglo XVIII el régimen monárquico ya estaba sucumbiendo por su rigidez y abuso contra los subordinados, y los principios de dignidad y libertad que promulgaban la teología protestante, iban haciendo más hueco entre los habitantes de distintas regiones; todo esto conllevo a una revolución que solo finalizó con el golpe de Estado por parte de Napoleón Bonaparte en 1799 (La Revolución Francesa, s.f.).

La Revolución Francesa marcó definitivamente el final del feudalismo y del absolutismo de ese país, los demás países paulatinamente iban tomando la misma posición al considerar que el poder no debía estar centrado en una sola persona (principio con que los protestantes atacaban la autoridad del papa). También dio origen a un nuevo régimen donde la burguesía, apoyada en ocasiones por los populares, se convirtió en la fuerza política dominante en Francia. Fue tal el poder de dicha revolución que socavó las bases mismas del monarquismo.

Según los historiadores, la Revolución Francesa marca el inicio de la Edad Contemporánea al sentar las bases de la democracia moderna, y abrió nuevos horizontes políticos basados en el principio de la soberanía popular. Con esto se afianzó el concepto de libertad y se promueve el concepto de propiedad, pues ya no son los monarcas, un solo hombre o un grupo pequeño, los que ostentan el poder y son dueños de la tierra, sino que el poder está centrado en el pueblo, y estos ya tienen derecho sobre sus propiedades.

Pero el afianzamiento del concepto de propiedad no se daría sino con el economista y sociólogo Max Weber, quién a su vez era protestante de la Iglesia Luterana, y escritor del conocido libro “La Ética Protestante y el Espíritu del Capitalismo”. Solo basta con mirar el libro, pues el autor se centra totalmente en lo puritanos y esto lo lleva a definir el espíritu del capitalismo como aquellos hábitos e ideas que favorecen el comportamiento racional para alcanzar el éxito económico (Weber, 1991).

Todo lo anterior es prueba de cómo la Reforma Protestante influyó también en los sistemas de pensamiento económicos y sociales, afectando así, la esfera de la propiedad. Antes de la Reforma, las sociedades se manejaban a través del feudalismo, y esto conllevaba que todo perteneciera a los príncipes, reyes, el emperador, o al papa; pero con el inicio de la reforma se cuestionó el papel de estos soberanos donde se mostraban como “unos representantes de Dios en la tierra”. Junto con aquel cambio también se sucede aquel donde se ve que el proletariado no es inferior en dignidad a la nobleza, por ende, debe estar sujeto a ellos los mismos derechos. Todo esto conlleva a que como el pueblo es igual a la nobleza, pero es el pueblo el que da la producción, por ende, es en el pueblo donde radica el poder, no en la nobleza. Partiendo de estos postulados se crea un concepto de propiedad, donde si bien el Estado regula los limites en que puedo ejercer mi libertad en mi propiedad, ciertamente dicho objeto de mi pertenencia no es del Estado sino mío.

En todo esto radica la importancia de la Reforma Protestante, pues si esta no hubiese acontecido, de la misma manera en que no se hubiesen dado las libertades que ahora tenemos, por la falta misma de esas libertades, entonces tampoco tendríamos propiedades, y lo que tenemos, únicamente para servicio y beneficio de los monarcas. Es debido, pues, a los cambios promulgados por la Reforma que, si bien eran en tópicos religiosos, estos trascienden a la esfera de lo social y político, pues durante esa época era imposible separar los conceptos de religión y política.

El hecho de poder gozar con propiedades, y la libertad para disfrutarlas, es debido al reconocimiento del valor de cada individuo, quien no está por debajo de nadie en cuanto a dignidad y valor y, por ende, está sujeto a los mismos derechos y deberes fundamentales que los mismos poderosos de la tierra. Dicho reconocimiento parte del pensamiento protestante que fue quienes dignificaron al ser humano en su totalidad reconociendo que delante del Señor, todos somos uno, somos iguales, somo su Cuerpo, somos sus hijos.

La Influencia de la Reforma Protestante en la Esfera de la Vida


Al referirnos a la “esfera de la vida” en este escrito, tomaremos la definición de esta que, según la RAE es el “estado o condición a que está sujeta la manera de vivir de una persona”, o la “actividad que desarrolla una persona o comunidad” (Diccionario de la Real Academia de la lengua Española, 2018).

La vida durante el siglo XV, y en gran parte del siglo XVI, era totalmente diferente a lo que conocemos hoy en día. La sociedad estaba muy dividida y muy marcada por las clases sociales, pues como ya hemos visto y enfatizado bastante, el proletariado no era tenido para nada en cuenta; de la misma manera el trabajo no era algo muy regulado, y los trabajadores no contaban con ninguna clase de protección, los pertenecientes a las clases más bajas eran más una especie de “esclavos” trabajando para los señores de la nobleza, y finalmente, la educación era un privilegio al que solo accedían los de la nobleza, o alguien que tuviese un contacto o “padrino” de esta clase social, por ende, el mundo era muy poco alfabetizado.

En la actualidad la vida es muy distinta: el mundo está con un porcentaje muy alto de alfabetización debido a que el acceso a la educación es bastante grande, incluso, se cuenta con educación gratuita en muchos lugares del mundo, los trabajadores son remunerados, las horas laborales reguladas y cuentan con seguridad social, y aunque aún persiste en algún sentido la división de clases sociales, está no es tan marcada, o con consecuencias tan gravosas, como lo era durante la Edad Media.

Ciertamente todo esto es debido a los postulados y los principios de la Reforma Protestante, pues este movimiento afectó a la vida de la sociedad de una manera profunda, y para ver esto, nos enfocaremos en estos tres pilares de las sociedades: la vida social, el trabajo, y la educación.

Vida Social


La esclavitud era una actividad milenaria que se mantenía durante la Edad Media, aparte de esto, los esclavos no eran considerados como “seres humanos” y por tanto eran tratados como animales. Pero si esto no era suficiente, las divisiones de las clases sociales marcaban, en cierto sentido, lo mismo para los que pertenecían a las clases sociales. La voz y la vida del proletariado no era tenida para nada en cuenta, y como hemos visto, el campesinado era cada vez más oprimido en beneficio de las autoridades eclesiales, los señores feudales, monarcas, y la nobleza en general.

La Reforma Protestante fue el inicio para el cambio de esta situación, si bien se mantiene en la actualidad en alguna medida, la comparación entre la situación actual con la de la edad medieval, nos muestra una diferencia abismal. El cambio no se da una manera inmediata, pero ciertamente todo parte por aquella concepción de que delante de Dios todos somos iguales.

Como se ha mencionado, la Revolución Francesa acaba con un sistema feudal donde la nobleza son los dueños y propietarios de toda tierra, o incluso los monarcas eran los totales soberanos y dueños, incluso en la vida eclesial se podía ver esto, pues no era lo mismo un clérigo de una pequeña comunidad a un obispo de una metrópoli. Así mismo la esclavitud fue aboliéndose, poco a poco, en distintas naciones durante los siglos XIX y XX, siendo el ejemplo más marcado, el mencionado anteriormente iniciado por Martín Luther King, pastor bautista, que se enfocaba en que todo ser humano es igual delante de Dios y por ende están sujetos a los mismos derechos. Que, al existir tal igualdad, ningún humano debería señorear de tal manera, sobre otro.

El movimiento reformador plantó desde sus inicios sociedades más igualitarias, pues al ser perseguidos muchos protestantes, se vieron en la necesidad de buscar regiones o naciones donde se protegiera a los mismos, como lo fue en el caso de la Ginebra de Calvino, que pasó a convertirse en una “ciudad de refugio” donde todo protestante perseguido iba a parar (González, 1994). Todo esto sentó bases para los cambios que, con el pasar del tiempo, iban a darse en las sociedades del mundo. Incluso dentro de la misma Iglesia Romana tuvo un impacto este punto.

Hasta el momento de la Reforma, la Iglesia Católica Romana era dirigida por autoridades corruptas que solo buscaban su propio beneficio, placer y privilegios. Todo el clero se veía inmerso en actividades que se veían desde comienzos mismos de la Edad Media; de hecho, el episodio entre Enrique VIII y el papa, concerniente a su divorcio, era muestra de esto, pues el papa estaba bajo el control, de Carlos V. El nepotismo y la simonía eran más que frecuentes, y los papas generalmente eran nombrados según la casa que fuese más fuerte y más influyente en la política y sociedad. El caso que más “alumbra” en medio de todo esto es precisamente el de el papa León X, pues impresionado por el movimiento del renacimiento y las artes, se embarcó en un proyecto macro como lo fue la construcción de la basílica de San Pedro. Fue precisamente este deseo lo que le llevó a autorizar a un hombre como Tetzel a correr por todo el territorio del Imperio cobrando unas indulgencias, con el fin de recibir los recursos suficientes para el papa y su proyecto (González, 1994).

Durante las controversias protestantes la Iglesia Romana mantenía su misma organización y costumbres, pues los señores privilegiados deseaban mantener el status quo, pues de ello se beneficiaban. Si bien existía un sentimiento y deseo reformador en medio de la Iglesia Romana, este era impedido muy generalmente por las autoridades eclesiales superiores; dicho movimiento de reforma en la Iglesia Romana se inicia en España, incluso años antes de comenzar la Reforma Protestante, pero se inicia debido a que la Corona, en manos de Isabel la Católica, toma el control de esta y, a través del Santo Tribunal de la Inquisición, comienza a reformar las practicas de la iglesia en el reino Ibérico (González, 1994). Sin embargo, no es sino, hasta algunos años después de iniciada la Reforma Protestante, al producirse la llamada “Contra-reforma”, que la Iglesia Romana en general, acepta una reforma total que dio nacimiento al lo que actualmente se conoce como Iglesia Romana.

Fue en el Concilio de Trento, sesionado entre los años de 1545 y 1563, que trajo un cambio en las practicas y costumbres de la Iglesia Romana. Aunque lejos de lo que buscaban los protestantes, quienes buscaban un Concilio General desde 1518 para reformar tanto la práctica, pero principalmente la doctrina de la Iglesia; y de los deseos que tenía Carlos V de zanjar las diferencias que había entre los católicos y protestantes, la Iglesia Romana terminó por condenar el protestantismo con un anatema, creando así, una separación definitiva entre estos dos bandos.

Sin embargo, el Concilio de Trento, que se da como resultado de las controversias protestantes, termina por reformar las practicas de la Iglesia de Roma, acabando así con la simonía y el nepotismo, pero también dando un poco de participación mayor a los clérigos inferiores, ordenando, incluso, que estos vivan dentro de las comunidades donde se encuentra su feligresía. Es de esta manera que la Reforma Protestante también influye en la vida de las autoridades eclesiásticas romanas, pues es innegable que el Concilio se da al buscar hacer frente al avance imparable del protestantismo (González, 1994).

Vida Laboral


La vida laboral también cambia debido a la influencia de la Reforma Protestante, pues como hemos visto, al tener libertad y propiedad debido a un concepto de igualdad entre todos los hombres, el trabajo deja de ser algo que solo beneficie a la nobleza. Esto no se da inmediatamente, claro está, de hecho no es sino hasta la Edad Contemporánea que se ve una transformación en la vida laboral como la conocemos en la actualidad, de hecho tienen que pasar eventos como la Revolución Francesa, la Revolución Industrial, el nacimiento del Capitalismo, y la Declaración Mundial de los Derechos Humanos para que pueda existir una dignidad laboral de una manera casi mundial; sin embargo, todos estos acontecimientos tuvieron el mismo eje: las autoridades no tienen porqué abusar de sus subordinados, pues todos somos hombres, iguales delante de Dios, por ende, estamos en igualdad de derechos fundamentales.

La creación y existencia de unas normas laborales y de una seguridad social son el resultado de los pensamientos protestantes de no permitir abusos no bíblicos por parte de las autoridades. Antes de la Reforma, debido a sistema feudal nacido por la organización eclesiástica, el llamado proletariado laboraba o trabajaba en la tierra a cambio de un pequeño sustento y vivienda, pues eran los encargados de hacer producir las tierras de los señores feudales a cambio de poder alimentarse un poco de ella y de vivir en ellas. Ya con la Reforma, dado también el Concilio de Trento, y pasado la Revolución Francesa, el hombre del común pasa a poder tener, aparte de vivienda y tierras propias si le era posible, un sustento económico, y con el pasar de los años, las condiciones laborales iban a ir mejorando; además, con la aparición del concepto de “Propiedad”, y de la Revolución Industrial, pronto aparecieron empresas privadas donde las personas podían laborar y crecer laboralmente.
Un gran ejemplo de la influencia del pensamiento protestante en este aspecto, es ver cómo las sociedades donde la Reforma se mantuvo como lo más influyente, progresaron mucho más rápido que en las que predominó el catolicismo. Basta ver la diferencia en América, pues las regiones de suramérica, consideradas como “tercermundistas”, tuvo o tiene una influencia católica muy fuerte, diferencia que hay con naciones como Estados Unidos, quienes son potencia y su colonización fue debida a los puritanos ingleses.

Vida Educativa


La educación, o más, la alfabetización también fue algo que fue impactado, o impulsado, por la Reforma Protestante. Antes de la Reforma ya existía algo de alfabetización debido a las universidades creadas por los monasterios y la Iglesia Romana, sin embargo, estas eran un privilegio tanto por cuestiones económicas, pero también sociables. Muy difícilmente el hijo de un miembro del campesinado o proletariado tendría acceso a dicha educación, por ende, la suerte de su vida se limitaba a aprender al oficio de su padre y continuar con la labor de este, permaneciendo siempre como parte de la prole, es decir, el que pertenecía a este grupo muy difícilmente tendría el acceso o las oportunidades para mejorar o cambiar su estilo de vida.

Uno de los conceptos movidos por la Reforma Protestante es que todos conservamos la imagen de Dios, por ende, las artes y el desarrollo cultural son expresiones en el hombre, resultado de la imagen de Dios en nosotros y, por ende, es de importancia promover dicho desarrollo y no impedirlo.

Durante la Reforma Protestantes se crearon nuevas universidades o centros educativos que permitieron un acceso más abierto a la educación, además, como el protestantismo se sucedió casi a la par que el humanismo, la educación, aunque con una base religiosa, exploró otros campos que, durante el oscurantismo, no se habían podido dar. El desarrollo científico, social y experimental se desarrolló de una manera más rápida en las regiones protestantes que en las católicas debido a que la Iglesia Romana, por contraponerse a todo lo relacionado con el protestantismo, mantenía un pensamiento oscurantista que le permitiera sostener el status quo que privilegiaba a los superiores; la creación del Index, que es la lista de libros prohibidos por la Iglesia, es el resultado de tal pensamiento que no permitió el desarrollo cultural en las regiones católicas. Una vez más, ejemplo del resultado de esto es que las naciones que se consideran de primer mundo, hayan tenido o tengas una fuerte influencia protestante en su historia de desarrollo cultural. Ya más adelante, debido a las escuelas Jesuitas, es que se crean escuelas y universidades católicas para acceso de las poblaciones “menos favorecidas”, empero, aunque fue una iniciativa católica, ha de tenerse en cuenta que se da durante la respuesta de estos al avance protestante, de hecho, esta era una estrategia misionera para re-catolicitar las naciones protestantes (González, 1994), lo cual indica que, al menos en su centro, dicho cambio en las autoridades romanas, fueron consecuencias de la Reforma Protestante.

Conclusión


La Reforma Protestante fue un movimiento con implicaciones que no se limitaron solo a lo religioso. Esto fue debido a que en dicho tiempo la sociedad, lo político y lo religioso formaban un cordón donde ninguna de las partes se podía separar de la otra, entonces, debido a dicha unión, se pudo lograr un avance y desarrollo de la sociedad donde la calidad de vida mejoró. Incluso, el posterior desarrollo del catolicismo romano tuvo que ver mucho con lo iniciado por el mismo protestantismo.

La vida como la conocemos ahora es el resultado de dicho movimiento que sacó a la sociedad de un oscurantismo que perduró durante mil años. Rescatando la noción de que todos somos igualmente dignos y valiosos delante de Dios y que portamos su imagen, las sociedades pudieron desarrollarse en materias como ciencias y tecnologías, artes y cultura, lo cual permitió el avanza rápido y exponencial de la sociedad y el mundo.

Sin este acontecimiento de índole religiosa principalmente, no podríamos tener el mundo que tenemos ahora, pues el concepto que se tenía antes favorecía solamente a unas cuantas familias y casas poderosas. Y precisamente, ya que quienes estaban en la cima deseaban permanecer en ella, no iban a buscar un cambio. Prueba de ello es que los sentimientos de reforma en la Iglesia habían aparecido hace muchos siglos atrás, pero la hegemonía papal, sus privilegios, juntos con los privilegios de los demás clérigos y monarcas, no permitían fácilmente dicha reforma, ni siquiera en su aspecto de la práctica. Fue solamente, cuando un monje levanta su voz contra la autoridad del papa sobre la iglesia, que comienzan a darse otros cambios y otros conceptos que llevarían al mundo a tener el desarrollo que hoy tenemos.

Sí, esto también tuvo sus consecuencias. Las sectas y mal interpretaciones proliferaron al tiempo que, ante la inminente separación de Estado e Iglesia, el mundo está cada vez más secularizado y apartado de la revelación divina; pero aunque los militantes escépticos del cristianismo se levanten en contra, nunca nadie podrá borrar el hecho histórico de que fue gracias a la Reforma Protestante que el mundo pudo tener un avance y desarrollo cultural, de hecho, el privilegio que estos militantes tienen de levantarse contra alguna autoridad secular o religiosa, es resultado mismo de aquella religión que dice odiar.


Oscar Andres Romero
Estudiante de Licenciatura en Teología
Seminario Reformado Latinoamericano


Bibliografia
Ø  González, J., (1994). Historia del Cristianismo. Miami, U.S.A. Editorial Unilit
Ø  Weber, M., (1991). La Ética Protestante y el Espíritu del Capitalismo. Tlahuapan, México. Premia Editora
Ø  La Guerra de los Campesino Alemanes. (Sin Fecha). En Wikipedia. Recuperado el 25 de marzo de 2019 de https://es.wikipedia.org/wiki/Guerra_de_los_campesinos_alemanes
Ø  La Revolución Francesa. (Sin Fecha). En Wikipedia. Recuperado el 25 de marzo de 2019 de https://es.wikipedia.org/wiki/Revolución_Francesa
Ø  Libertad. (Sin Fecha). En el Diccionario de la Real Academia Española (23 ed.). Recuperado de https://dle.rae.es/?id=NEeAr5C
Ø  Propiedad. (Sin Fecha). En el Diccionario de la Real Academia Española (23 ed.). Recuperado de https://dle.rae.es/?id=UNs0WGg
Vida. (Sin Fecha). En el Diccionario de la Real Academia Española (23 ed.). Recuperado de https://dle.rae.es/srv/fetch?id=blw7uSa

No hay comentarios:

Publicar un comentario