viernes, 14 de junio de 2019

Un Enfoque Cristiano sobre la Homosexualidad - Segunda Parte

inclusión religiosa



En la Publicación anterior vimos la preocupación del autor sobre la homosexualidad en la sociedad actual,  junto con algunos argumentos que dan otros autores a favor de este tema, pero no solo en el contexto social sino tambien dentro del ámbito religioso, mas específicamente, dentro de las iglesias cristianas (si no has leído la primer parte de este articulo, pueden leerla AQUÍ). El día de hoy veremos las pautas bíblicas que confrontan dichos argumentos pro-homosexuales y tambien veremos una respuesta tentativa a esta cuestión tan controversial dentro del cristianismo actual y los movimientos activistas por parte de la comunidad LGTBI; 

3       PAUTAS BÍBLICAS


Sin querer sonar pedante, es claro para el lector que las dos primeras clases de argumentos a favor de la homosexualidad son algo insulsas y carentes de al menos una mediana profundización en las cuestiones teológicas tradicionales ortodoxas, por ejemplo, en la primer clase de argumento, solamente es dar un pequeño vistazo para reconocer de inmediato que esa argumentación es una simple transliteración de la ideología feminista al argot cristiano, haciendo resaltar la falta de conocimiento en las autoras sobre el verdadero concepto bíblico Cristiano a cerca de la mujer, de su valor como portadora de la imagen de Dios, de la importancia de su rol dentro del hogar y de la sociedad, del verdadero lugar que le dio el cristianismo históricamente a la mujer, etc.

En la segunda argumentación tampoco me detendré, puesto que es evidente para el lector que aquí si hay una descarada tergiversación del claro significado de los pasajes en cuestión, por ejemplo, al ver en su contexto el pasaje de Gálatas 3:28, se hace patente que se está hablando de que al estar unido por fe a Jesucristo no hay ninguna desigualdad espiritual delante del Padre, por lo cual, este pasaje en ninguna parte esta negando que Dios ha creado distinciones raciales, sociales ni mucho menos negando la diferenciación entre hombres y mujeres para dejar la puerta abierta a la homosexualidad.

En cuanto a Mateo 5:3, siento una enorme tristeza al ver el torcimiento tan amañado de algunos homosexuales de este pasaje, porque es como si estuvieran rechazando el mensaje que precisamente les dará la libertad de la esclavitud a la autosuficiencia y libertinaje homosexual; Bienaventurados los pobres en espíritu (nótese que los queer le quitan la palabra espíritu) no se refiere a los perseguidos, o marginados como quieren hacerse ver los homosexuales, sino que hace referencia es al hecho de que es dichoso aquel que humildemente acepta su bancarrota espiritual y se echa confiado a los brazos de Dios porque esta agudamente consciente de que apartado de Dios esta destituido del reino de los cielos. Algo totalmente opuesto a la conducta auto gratificante egoísta del homosexual.

En cuanto a la tercera clase de argumentación, si hay que dar una respuesta un poco más estructurada y bíblica puesto que en esta si hay una re-interpretación de pasajes claves sobre la homosexualidad:[1],[2] (no olvidar que estos argumentos bíblicos que se mostraran a continuación son una respuesta a los argumentos mostrados en la primer parte del este articulo que usan los mal llamados cristianos homosexuales). 

La historia de Sodoma (Gn.19.1–13) y Gabaa, (Jueces 19. 2.): en lo referente a Sodoma y Gomorra, basta con mencionar algunas muy resumidas razones para exponer el error de esta re-interpretación amañada: primero, es extraño el uso de las palabras ‘maldad’ y ‘mal’ (Gn. 19.7; Jue. 19.23) para describir solamente una falta de hospitalidad. Segundo, cuando Lot hace el ofrecimiento de sus hijas a cambio “da la impresión de que el episodio tiene alguna connotación sexual” más que de otra índole. Tercero, a pesar de que el verbo que traducimos como “conocer” se emplea sólo diez veces en A.T con referencia a las relaciones sexuales, los queer no mencionan que seis de estos diez casos ocurren en Génesis y uno de ellos en la misma historia de Sodoma, en donde claramente si tiene connotación sexual cuando Lot habla de sus hijas y menciona que no habían “conocido varón”. Cuarto, para quienes confiamos en la inerrancia de las Escrituras, la afirmación de Judas en su carta no puede ser descartada como un mero error copiado de los escritos apócrifos judíos, y aunque la homosexualidad no era el único pecado de Sodoma, ciertamente si era uno de ellos.

Los textos de Levítico (Lv. 18.22 y 20.13): sobre estos pasajes, claramente los queer están pasando por alto la importancia de la conexión entre cuerpo y alma que hay en el pueblo judío cuando dicen que estos son solamente prohibiciones por tabúes religiosos. Además de esto, en ningún momento el pasaje da a entender que la actividad sexual que se esta condenando sea forzada o desigual, y de todas maneras, sin importar lo que estuviera pensando el escritor bíblico a escribir estos pasajes, los dos versículos incluyen toda clase de posibilidades, incluyendo algunas actuales, así no hayan sido conocidas por el escritor bíblico (incluyendo las relaciones monógamas consensuadas homosexuales). Además de esto, cuando el siguiente pasaje a estos tratan sobre la prohibición del sexo con animales, en realidad deja claro que el autor en ningún momento se quiere referir a las motivaciones sino al acto mismo como pecaminoso. Así muchos quieran desechar estos dos pasajes porque consideran que se refieren más a un ritual de santidad abolido por la gracia, sinceramente se evidencia en estos un principio claro de lo incorrecto que es la homosexualidad y sus variantes ante los ojos de Dios.

La descripción que da el apóstol (Romanos 1.18–32): lo primero que hay que decir es que ni siquiera la cultura griega veía con buenos ojos las relaciones homosexuales como se ven hoy en día, por ejemplo Platón rechazaba esta clase de comportamiento, y más importante aún, el lesbianismo era firmemente condenado, por lo cual, al comenzar este pasaje haciendo referencia a las relaciones homosexuales femeninas y luego habla de las masculinas, sería casi imposible que un gentil limitara las palabras de pablo solo a las condiciones sexuales permitidas en la época o inferir de estas neutralidad o aprobación. Segundo, con este pasaje no hay necesidad de dar explicaciones complejas ya que claramente se condena, entre otras cosas, la relación entre personas del mismo sexo. La clave esta en ver este pasaje de Ro. 1: 18-32 como una sola unidad que contiene tres condenas hacia las adicciones gentiles, donde cada sección comienza con las palabras “Dios los entrego”: “la primera subdivisión habla de la idolatría en general (v 24-25), la segunda, describe una practica sexual concreta y tercero muestra una lista de vicios destructivos las relaciones humanas”[3]

Las dos listas paulinas de pecadores (1 Co. 6.9–10 y 1 Ti. 1.8–11): Estos dos pasajes se tratan en conjunto puesto que tienen en común el uso de la palabra arsenokoitai, la cual traducimos como “los que se echan con varones”. La complejidad de tratar esta palabra se debe a que esta no aparece en ningún escrito anterior al N.T y no vuelve a aparecer de nuevo sino hasta pasados doscientos años, por lo cual, los queer disputan el significado de esta palabra para referirse a la homosexualidad. Sin embargo, quienes alegan esta traducción de “arsenokoitai” pasan por alto el hecho esta palabra era un termino exclusivamente acuñado por judíos helenistas cuando hacían referencia a los dos pasajes de Levítico (18:22; 20:13), que al verlos en su idioma original, se hace evidente y obvio el origen de la palabra compuesta “arsenokoitai” y que esta encierra cualquier clase de comportamiento homosexual.  Esta relación esta confirmada con la pena que menciona Pablo en Romanos 1:32 ya que esto seria evidencia de que al usar esta palabra se hace eco de Levítico 20:13. De esto podemos concluir que la palabra en cuestión demuestra que su origen es Levítico 20:13 y que cuando Pablo la usa, no se está refiriendo a la impureza ritual sino sobe la base de la inmoralidad, por lo que se confirma que el apóstol nunca hace distinción entre impureza ritual y pecado cuando se describe la homosexualidad (Ro. 1: 26-27).[4]

Ahora, si el peso de nuestro de argumento recayera solamente sobre estos 4 pasajes, ciertamente seria mas complejo abordar el tema frente a los queer que se proclaman cristianos, puesto que ellos dirían siempre que la interpretación a estos textos no se circunscribe a la nuestra únicamente, sin embargo, enfrentar tal problema de la manera revisionista a estos pasajes es errado, puesto que el rechazo a estas prácticas homosexuales tienen su fundamento en un principio que es eterno puesto que se traslada hasta la creación, a saber, la instauración de matrimonio por parte de Dios, y que al final, es el argumento base de esta clase movimiento cristiano gay al equiparar el matrimonio heterosexual con la unión monógama y estable homosexual.

Aunque los argumentos son mas complejos y se puede profundizar en ellos al estudiar los libros de la bibliografía de este articulo, podría resumir el principio espiritual que refuta la unión homosexual en tres puntos: primero, en génesis 2 resalta la necesidad del hombre de no estar solo por lo cual Dios le hace una ayuda idónea, del sexo opuesto, por lo tanto complementaria, de lo que se infiere que era con ella que debía unirse en el vinculo sagrado de la sexualidad y ser una sola carne para procrear hijos. Segundo, muy unido al primer argumento, después de haberse manifestado por parte de Dios de que no era bueno que el hombre estuviera solo, comienza Adán a buscar una pareja adecuada para él, sin embargo, no la hallo entre lo creado, por lo cual se hizo necesaria un creación especial, que evidentemente termino siendo Eva, la cual seria su contra parte y complemento (de hecho literalmente fue una parte suya). Tercero, hay que notar que es después de que Adán reconociera poéticamente que Eva era su complemento (2:23) que Dios instaura el matrimonio en el versículo siguiente (v.24), por lo cual, la unión marital entre el hombre y la mujer toma mucha relevancia y desarma la postura homosexual frente al matrimonio, ya que este matrimonio en realidad es la “re-union” de dos seres que se complementan y se unen a través del vínculo sexual del matrimonio ya que originalmente eran un solo ser.[5]

Es por esta razón y no por otra, que la unión entre dos hombres nunca podrá llamarse matrimonio, porque el matrimonio es mucho mas que un vinculo corporal y sentimental, es la armonización de personalidades que son complementarias y que le permite experimentar nuevamente la rica unidad original del ser humano como cuando fue creado en el Edén.

4       UNA RESPUESTA TENTATIVA


Con certeza, la correcta cosmovisión cristiana sobre la homosexualidad es que esta es del desagrado de Dios, puesto que, no solamente tergiversa la sexualidad y los roles del hombre en la creación, sino que también ataca ferozmente el núcleo de la sociedad que instauro Dios, como lo es la familia formada dentro del vínculo matrimonial. Así que, el movimiento cristiano gay lo que busca simplemente es tergiversar los pasajes que claramente castigan cualquier practica homosexual en general, para acallar sus conciencias y el mismo sentido común que les dice que las relaciones homosexuales van en contra de la naturaleza, negando no solamente el propio bíblico, sino también  su misma biología que les grita que dos hombres no se complementan entre sí, es más, las relaciones heterosexuales son tan naturales y complementarias para los miembros de estas uniones, que cuando dos homosexuales imitan este vinculo heterosexual, alguno de los dos debe simular estas diferencias en los roles y uno debe tomar un papel femenino y pasivo, mientras que el otro debe tomar un rol de liderazgo y autoridad. ¡Qué gran contradicción!

Algo mas a considerar, y que ciertamente queda abierto para una profundización posterior y personal sobre el tema, es que hasta el momento, si pareciese que es importante hacer una diferenciación a la hora de abarcar a una persona homosexual, y es que una cosa es el invertido (que tiene cierta atracción homosexual) y otra cosa es el pervertido (que se entrega a la práctica de las relaciones homosexuales). Esta aclaración la hago, porque después de leer varios autores y la biblia (y a esto me refiero cuando digo que se deberá profundizar más en el tema), sí parece que la Escritura claramente lo que condena es la practica homosexual. Ahora, ¿esto significa que el invertido entonces no está en pecado porque no llega al acto físico homosexual? Por supuesto no, eso no es lo que quiero decir, ya que la Escritura claramente muestra que el propósito de la sexualidad es el de ser disfrutada dentro de un vinculo matrimonial heterosexual y para la procreación, y además, Cristo condena claramente cualquier perversión sexual así esta solamente se encuentre en la mente. Esto no deja, ni que los homosexuales invertidos, ni tampoco nosotros los heterosexuales, salgamos con las manos limpias.

En lo que quiero hacer énfasis es en que esta diferenciación es importante hacerla, porque a la hora de abordar a un homosexual, dependiendo de la condición en la se encuentre, los pasajes servirán: o para persuadirle de que no llegue a la práctica de esta perversión y mas bien mostrarle el propósito del matrimonio, de la creación de ambos sexos y de como estas realidades reflejan tanto el amor de Cristo por su Iglesia como la relacion intima y eterna intra-trinitaria, mientras que, para un pervertido, los pasajes serán más bien de condenación a sus actos pues abiertamente los condena la Escritura. Ciertamente, este comentario final queda abierto a debate, a corregir exactitudes o a descartarlo por completo si encuentro (o ustedes encuentran) algún principio bíblico que desacredite este.

5       CONCLUSIÓN


El cristiano actual debe atender el llamado de ser responsable frente a las herejías que surgen cada cierto tiempo y estudiar las Escrituras frente a los argumentos novedosos; esta misma actitud debe tenerse frente a la postura homosexual actual, que quiere ser aceptada como normal dentro una cultura relativista. Por tanto, la cuestión no es tan fácil como simplemente decir que Dios repudia la homosexualidad sin tener argumentos bíblicos de peso a la hora de sostener dichas declaraciones, puesto que, si da con un homosexual que ha estudiado estas posturas novedosas, puede quedar no solo en ridículo, si no también como una persona falta de amor cristiano.

Como cristianos, no podemos llegar a extremos pecaminosos frente a las personas homosexuales, por ejemplo, no podemos llegar al extremo de repudiar al homosexual hasta el punto de no querer estar cerca de él, o de deshumanizarlo, ya que esta persona también porta la imagen de Dios. Además, también necesita a Jesús como su Señor y Salvador tanto como nosotros. Por otro lado, tampoco debemos llegar al extremo contrario de recibirlos como si nada estuviera pasando o como si Dios los aceptara así homosexuales y que esto no estuviera malo. Los dos extremos son igual de pecaminosos.

Los argumentos que usan los homosexuales para ser aceptados por los cristianos podemos encontrarlos de diferentes maneras que se catalogaron en tres aspectos: primero, las mujeres homosexuales que usan el feminismo como arma teológica para darse su lugar. Segundo, los que descarada y abiertamente dan interpretaciones alocadas de pasajes que no tienen nada que ver con la posición queer. Tercero, hay interpretaciones mas complejas que son resultado de teologías liberales que buscan incluir al homosexual en el entorno cristiano. Estas posiciones mal interpretan los pasajes que claramente condenan la homosexualidad con el argumento de que estos catalogan pecados específicos, cuestiones meramente culturales, rechazan prácticas rituales religiosas y no tienen en cuenta una relación homosexual estable, monógama y en amor y respeto.

Claramente este argumento es refutado por las Escrituras cuando vemos que la razón de estas prohibiciones bíblicas son precisamente las mismas por la que las relaciones homosexuales de hoy deben ser rechazadas: ni tienen nada que ver con el orden creado por Dios de parejas heterosexuales, y al ser establecido en la creación y no por la cultura, este principio es universal, concluyendo así, que las uniones homosexuales tergiversan el principio universal y eterno del matrimonio dado por Dios; y también, que la verdadera libertad está en seguir este diseño divino heterosexual del matrimonio.

Anthony Molina Torres.
Diácono
Estudiante de Licenciatura en Teología
Seminario Reformado Latinoamericano

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[1] John Stott. Homosexualidad, ¿una opción cristiana? (Buenos Aires: Certeza ABUA, 1995), p. 13 - 20
[2] Thomas E. Schmidt. La Homosexualidad: Compasión y Claridad en el Debate (Barcelona: CLIE, 2008), p 112-113
[3] Thomas E. Schmidt. La Homosexualidad: Compasión y Claridad en el Debate (Barcelona: CLIE, 2008), p 83 - 88
[4] Thomas E. Schmidt. La Homosexualidad: Compasión y Claridad en el Debate (Barcelona: CLIE, 2008), p 122-124
[5] John Stott. Homosexualidad, ¿una opción cristiana? (Buenos Aires: Certeza ABUA, 1995), p. 24

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