En la Publicación anterior vimos la preocupación del autor sobre la homosexualidad en la sociedad actual, junto con algunos argumentos que dan otros autores a favor de este tema, pero no solo en el contexto social sino tambien dentro del ámbito religioso, mas específicamente, dentro de las iglesias cristianas (si no has leído la primer parte de este articulo, pueden leerla AQUÍ). El día de hoy veremos las pautas bíblicas que confrontan dichos argumentos pro-homosexuales y tambien veremos una respuesta tentativa a esta cuestión tan controversial dentro del cristianismo actual y los movimientos activistas por parte de la comunidad LGTBI;
3 PAUTAS BÍBLICAS
Sin querer sonar pedante, es claro para el lector que las dos primeras clases de
argumentos a favor de la homosexualidad son algo insulsas y carentes de al
menos una mediana profundización en las cuestiones teológicas tradicionales
ortodoxas, por ejemplo, en la primer clase de argumento, solamente es dar un pequeño vistazo para reconocer de inmediato que esa argumentación es una simple
transliteración de la ideología feminista al argot cristiano, haciendo resaltar
la falta de conocimiento en las autoras sobre el verdadero concepto bíblico
Cristiano a cerca de la mujer, de su valor como portadora de la imagen de Dios,
de la importancia de su rol dentro del hogar y de la sociedad, del verdadero lugar que le dio el
cristianismo históricamente a la mujer, etc.
En la
segunda argumentación tampoco me detendré, puesto que es evidente para el
lector que aquí si hay una descarada tergiversación del claro significado de
los pasajes en cuestión, por ejemplo, al ver en su contexto el pasaje de
Gálatas 3:28, se hace patente que se está hablando de que al estar unido por fe
a Jesucristo no hay ninguna desigualdad espiritual delante del Padre, por lo
cual, este pasaje en ninguna parte esta negando que Dios ha creado distinciones
raciales, sociales ni mucho menos negando la diferenciación entre hombres y
mujeres para dejar la puerta abierta a la homosexualidad.
En
cuanto a Mateo 5:3, siento una enorme tristeza al ver el torcimiento tan
amañado de algunos homosexuales de este pasaje, porque es como si estuvieran
rechazando el mensaje que precisamente les dará la libertad de la esclavitud a
la autosuficiencia y libertinaje homosexual; Bienaventurados los pobres en
espíritu (nótese que los queer le
quitan la palabra espíritu) no se refiere a los perseguidos, o marginados como
quieren hacerse ver los homosexuales, sino que hace referencia es al hecho de que
es dichoso aquel que humildemente acepta su bancarrota espiritual y se echa
confiado a los brazos de Dios porque esta agudamente consciente de que apartado
de Dios esta destituido del reino de los cielos. Algo totalmente opuesto a la
conducta auto gratificante egoísta del homosexual.
En
cuanto a la tercera clase de argumentación, si hay que dar una respuesta un
poco más estructurada y bíblica puesto que en esta si hay una re-interpretación de
pasajes claves sobre la homosexualidad:[1],[2] (no olvidar que estos argumentos bíblicos que se mostraran a continuación son una respuesta a los argumentos mostrados en la primer parte del este articulo que usan los mal llamados cristianos homosexuales).
La historia de Sodoma
(Gn.19.1–13) y Gabaa, (Jueces 19. 2.): en lo
referente a Sodoma y Gomorra, basta con mencionar algunas muy resumidas razones
para exponer el error de esta re-interpretación amañada: primero, es extraño el
uso de las palabras ‘maldad’ y ‘mal’ (Gn. 19.7; Jue. 19.23) para describir solamente
una falta de hospitalidad. Segundo, cuando Lot hace el ofrecimiento de sus
hijas a cambio “da la impresión de que el episodio tiene alguna connotación
sexual” más que de otra índole. Tercero, a pesar de que el verbo que traducimos
como “conocer” se emplea sólo diez
veces en A.T con referencia a las relaciones sexuales, los queer no mencionan que seis de estos diez casos ocurren en Génesis
y uno de ellos en la misma historia de Sodoma, en donde claramente si tiene
connotación sexual cuando Lot habla de sus hijas y menciona que no habían
“conocido varón”. Cuarto, para quienes confiamos en la inerrancia de las
Escrituras, la afirmación de Judas en su carta no puede ser descartada como un mero
error copiado de los escritos apócrifos judíos, y aunque la homosexualidad no
era el único pecado de Sodoma, ciertamente si era uno de ellos.
Los textos de Levítico (Lv.
18.22 y 20.13): sobre estos pasajes, claramente los queer
están pasando por alto la importancia de la conexión entre cuerpo y alma que
hay en el pueblo judío cuando dicen que estos son solamente prohibiciones por
tabúes religiosos. Además de esto, en ningún momento el pasaje da a entender
que la actividad sexual que se esta condenando sea forzada o desigual, y de
todas maneras, sin importar lo que estuviera pensando el escritor bíblico a
escribir estos pasajes, los dos versículos incluyen toda clase de
posibilidades, incluyendo algunas actuales, así no hayan sido conocidas por el
escritor bíblico (incluyendo las relaciones monógamas consensuadas
homosexuales). Además de esto, cuando el siguiente pasaje a estos tratan sobre
la prohibición del sexo con animales, en realidad deja claro que el autor en
ningún momento se quiere referir a las motivaciones sino al acto mismo como
pecaminoso. Así muchos quieran desechar estos dos pasajes porque consideran que
se refieren más a un ritual de santidad abolido por la gracia, sinceramente se
evidencia en estos un principio claro de lo incorrecto que es la homosexualidad
y sus variantes ante los ojos de Dios.
La descripción que da el apóstol
(Romanos 1.18–32): lo primero que hay que decir
es que ni siquiera la cultura griega veía con buenos ojos las relaciones
homosexuales como se ven hoy en día, por ejemplo Platón rechazaba esta clase de
comportamiento, y más importante aún, el lesbianismo era firmemente condenado,
por lo cual, al comenzar este pasaje haciendo referencia a las relaciones
homosexuales femeninas y luego habla de las masculinas, sería casi imposible
que un gentil limitara las palabras de pablo solo a las condiciones sexuales
permitidas en la época o inferir de estas neutralidad o aprobación. Segundo,
con este pasaje no hay necesidad de dar explicaciones complejas ya que
claramente se condena, entre otras cosas, la relación entre personas del mismo
sexo. La clave esta en ver este pasaje de Ro. 1: 18-32 como una sola unidad que
contiene tres condenas hacia las adicciones gentiles, donde cada sección
comienza con las palabras “Dios los entrego”: “la primera subdivisión habla de
la idolatría en general (v 24-25), la segunda, describe una practica sexual
concreta y tercero muestra una lista de vicios destructivos las relaciones
humanas”[3]
Las dos listas paulinas de
pecadores (1 Co. 6.9–10 y 1 Ti. 1.8–11): Estos
dos pasajes se tratan en conjunto puesto que tienen en común el uso de la palabra arsenokoitai, la cual
traducimos como “los que se echan con
varones”. La complejidad de tratar esta palabra se debe a que esta no
aparece en ningún escrito anterior al N.T y no vuelve a aparecer de nuevo sino
hasta pasados doscientos años, por lo cual, los queer disputan el significado
de esta palabra para referirse a la homosexualidad. Sin embargo, quienes alegan
esta traducción de “arsenokoitai” pasan
por alto el hecho esta palabra era un termino exclusivamente acuñado por judíos
helenistas cuando hacían referencia a los dos pasajes de Levítico (18:22; 20:13),
que al verlos en su idioma original, se hace evidente y obvio el origen de la
palabra compuesta “arsenokoitai” y
que esta encierra cualquier clase de comportamiento homosexual. Esta relación esta confirmada con la pena que
menciona Pablo en Romanos 1:32 ya que esto seria evidencia de que al usar esta
palabra se hace eco de Levítico 20:13. De esto podemos concluir que la palabra
en cuestión demuestra que su origen es Levítico 20:13 y que cuando Pablo la
usa, no se está refiriendo a la impureza ritual sino sobe la base de la
inmoralidad, por lo que se confirma que el apóstol nunca hace distinción entre
impureza ritual y pecado cuando se describe la homosexualidad (Ro. 1: 26-27).[4]
Ahora,
si el peso de nuestro de argumento recayera solamente sobre estos 4 pasajes,
ciertamente seria mas complejo abordar el tema frente a los queer que se proclaman cristianos,
puesto que ellos dirían siempre que la interpretación a estos textos no se
circunscribe a la nuestra únicamente, sin embargo, enfrentar tal problema de la
manera revisionista a estos pasajes es errado, puesto que el rechazo a estas
prácticas homosexuales tienen su fundamento en un principio que es eterno
puesto que se traslada hasta la creación, a saber, la instauración de
matrimonio por parte de Dios, y que al final, es el argumento base de esta
clase movimiento cristiano gay al equiparar el matrimonio heterosexual con la
unión monógama y estable homosexual.
Aunque
los argumentos son mas complejos y se puede profundizar en ellos al estudiar
los libros de la bibliografía de este articulo, podría resumir el principio
espiritual que refuta la unión homosexual en tres puntos: primero, en génesis 2 resalta la necesidad del hombre de no estar
solo por lo cual Dios le hace una ayuda idónea, del sexo opuesto, por lo tanto
complementaria, de lo que se infiere que era con ella que debía unirse en el
vinculo sagrado de la sexualidad y ser una sola carne para procrear hijos. Segundo, muy unido al primer argumento,
después de haberse manifestado por parte de Dios de que no era bueno que el
hombre estuviera solo, comienza Adán a buscar una pareja adecuada para él, sin
embargo, no la hallo entre lo creado, por lo cual se hizo necesaria un creación
especial, que evidentemente termino siendo Eva, la cual seria su contra parte y
complemento (de hecho literalmente fue una parte suya). Tercero, hay que notar que es después de que Adán reconociera poéticamente
que Eva era su complemento (2:23) que Dios instaura el matrimonio en el versículo
siguiente (v.24), por lo cual, la unión marital entre el hombre y la mujer toma
mucha relevancia y desarma la postura homosexual frente al matrimonio, ya que
este matrimonio en realidad es la “re-union”
de dos seres que se complementan y se unen a través del vínculo sexual del
matrimonio ya que originalmente eran un solo ser.[5]
Es por
esta razón y no por otra, que la unión entre dos hombres nunca podrá llamarse
matrimonio, porque el matrimonio es mucho mas que un vinculo corporal y
sentimental, es la armonización de personalidades que son complementarias y que
le permite experimentar nuevamente la rica unidad original del ser humano como
cuando fue creado en el Edén.
4 UNA RESPUESTA TENTATIVA
Con
certeza, la correcta cosmovisión cristiana sobre la homosexualidad es que esta
es del desagrado de Dios, puesto que, no solamente tergiversa la sexualidad y
los roles del hombre en la creación, sino que también ataca ferozmente el
núcleo de la sociedad que instauro Dios, como lo es la familia formada dentro
del vínculo matrimonial. Así que, el movimiento cristiano gay lo que busca
simplemente es tergiversar los pasajes que claramente castigan cualquier
practica homosexual en general, para acallar sus conciencias y el mismo sentido
común que les dice que las relaciones homosexuales van en contra de la
naturaleza, negando no solamente el propio bíblico, sino también su misma biología que les grita que dos
hombres no se complementan entre sí, es más, las relaciones heterosexuales son
tan naturales y complementarias para los miembros de estas uniones, que cuando
dos homosexuales imitan este vinculo heterosexual, alguno de los dos debe simular estas
diferencias en los roles y uno debe tomar un papel femenino y pasivo, mientras que
el otro debe tomar un rol de liderazgo y autoridad. ¡Qué gran contradicción!
Algo
mas a considerar, y que ciertamente queda abierto para una profundización
posterior y personal sobre el tema, es que hasta el momento, si pareciese que
es importante hacer una diferenciación a la hora de abarcar a una persona
homosexual, y es que una cosa es el invertido (que tiene cierta atracción
homosexual) y otra cosa es el pervertido (que se entrega a la práctica de las
relaciones homosexuales). Esta aclaración la hago, porque después de leer
varios autores y la biblia (y a esto me refiero cuando digo que se deberá
profundizar más en el tema), sí parece que la Escritura claramente lo que
condena es la practica homosexual. Ahora, ¿esto
significa que el invertido entonces no está en pecado porque no llega al acto físico homosexual? Por supuesto no, eso no es lo que quiero decir, ya que la Escritura claramente muestra
que el propósito de la sexualidad es el de ser disfrutada dentro de un vinculo
matrimonial heterosexual y para la procreación, y además, Cristo condena
claramente cualquier perversión sexual así esta solamente se encuentre en la
mente. Esto no deja, ni que los homosexuales invertidos, ni tampoco nosotros
los heterosexuales, salgamos con las manos limpias.
En lo
que quiero hacer énfasis es en que esta diferenciación es importante hacerla,
porque a la hora de abordar a un homosexual, dependiendo de la condición en la
se encuentre, los pasajes servirán: o para persuadirle de que no llegue a la práctica
de esta perversión y mas bien mostrarle el propósito del matrimonio, de la
creación de ambos sexos y de como estas realidades reflejan tanto el amor de Cristo por su Iglesia como la relacion intima y eterna intra-trinitaria, mientras que, para un pervertido, los pasajes serán más
bien de condenación a sus actos pues abiertamente los condena la Escritura.
Ciertamente, este comentario final queda abierto a debate, a corregir exactitudes o a
descartarlo por completo si encuentro (o ustedes encuentran) algún principio bíblico que desacredite este.
5 CONCLUSIÓN
El cristiano actual debe atender el
llamado de ser responsable frente a las herejías que surgen cada cierto tiempo
y estudiar las Escrituras frente a los argumentos novedosos; esta misma actitud
debe tenerse frente a la postura homosexual actual, que quiere ser aceptada
como normal dentro una cultura relativista. Por tanto, la cuestión no es tan
fácil como simplemente decir que Dios repudia la homosexualidad sin tener
argumentos bíblicos de peso a la hora de sostener dichas declaraciones, puesto
que, si da con un homosexual que ha estudiado estas posturas novedosas, puede
quedar no solo en ridículo, si no también como una persona falta de amor
cristiano.
Como cristianos, no podemos llegar a
extremos pecaminosos frente a las personas homosexuales, por ejemplo, no
podemos llegar al extremo de repudiar al homosexual hasta el punto de no querer
estar cerca de él, o de deshumanizarlo, ya que esta persona también porta la
imagen de Dios. Además, también necesita a Jesús como su Señor y Salvador tanto
como nosotros. Por otro lado, tampoco debemos llegar al extremo contrario de
recibirlos como si nada estuviera pasando o como si Dios los aceptara así
homosexuales y que esto no estuviera malo. Los dos extremos son igual de
pecaminosos.
Los argumentos que usan los homosexuales
para ser aceptados por los cristianos podemos encontrarlos de diferentes
maneras que se catalogaron en tres aspectos: primero, las mujeres homosexuales
que usan el feminismo como arma teológica para darse su lugar. Segundo, los que
descarada y abiertamente dan interpretaciones alocadas de pasajes que no tienen
nada que ver con la posición queer. Tercero, hay interpretaciones mas complejas
que son resultado de teologías liberales que buscan incluir al homosexual en el
entorno cristiano. Estas posiciones mal interpretan los pasajes que claramente
condenan la homosexualidad con el argumento de que estos catalogan pecados
específicos, cuestiones meramente culturales, rechazan prácticas rituales
religiosas y no tienen en cuenta una relación homosexual estable, monógama y en
amor y respeto.
Claramente este argumento es refutado por
las Escrituras cuando vemos que la razón de estas prohibiciones bíblicas son
precisamente las mismas por la que las relaciones homosexuales de hoy deben ser
rechazadas: ni tienen nada que ver con el orden creado por Dios de parejas
heterosexuales, y al ser establecido en la creación y no por la cultura, este
principio es universal, concluyendo así, que las uniones homosexuales
tergiversan el principio universal y eterno del matrimonio dado por Dios; y
también, que la verdadera libertad está en seguir este diseño divino
heterosexual del matrimonio.
Anthony Molina Torres.
Diácono
Estudiante de Licenciatura en Teología
Seminario Reformado Latinoamericano
___________________________________________________
Diácono
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[1] John Stott. Homosexualidad, ¿una opción cristiana?
(Buenos Aires: Certeza ABUA, 1995), p. 13 - 20
[2] Thomas E. Schmidt. La
Homosexualidad: Compasión y Claridad en el Debate (Barcelona: CLIE, 2008),
p 112-113
[3] Thomas E. Schmidt. La
Homosexualidad: Compasión y Claridad en el Debate (Barcelona: CLIE, 2008),
p 83 - 88
[4] Thomas E. Schmidt. La
Homosexualidad: Compasión y Claridad en el Debate (Barcelona: CLIE, 2008),
p 122-124
[5] John Stott. Homosexualidad, ¿una opción cristiana?
(Buenos Aires: Certeza ABUA, 1995), p. 24
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