jueves, 4 de julio de 2019

La Influencia de Constantino en el Cristianismo.





Hay un viejo adagio popular que dice que “quien no conoce la historia está condenado a repetirla”, por tanto, como cristianos es siempre de vital importancia tener un buen conocimiento de la historia, ya que esto impedirá caer en los mismos errores en los cuales cayó la iglesia anteriormente y también nos permitirá dar razón de nuestra fe de una mejor manera, porque así conoceremos los trasfondos que rodean nuestras convicciones y aclararemos malos entendidos que puedan tener otras personas sobre el desarrollo de nuestras doctrinas.

Este es el caso de Constantino El Grande, el cual, influyó en gran manera tanto en la historia mundial como en la de la iglesia, por lo que me he animado a tratar un poco su trasfondo histórico, contexto cultural y así poder analizar de mejor manera los sucesos a favor y en contra en lo concerniente a la iglesia y el desarrollo de esta durante el gobierno del hombre más poderoso de todo el mundo durante ese periodo.

El propósito de este articulo es poder analizar un poco la influencia de este hombre en la iglesia y ver cómo aportó y/o afectó a la misma durante su gobierno, para así saber si podemos ver en la actualidad todavía vestigios de aquellas consecuencias de su reinado. También considerar un poco la conversión de este hombre y ver si encontramos frutos dignos de considerarle como hermano en la fe. Es cierto que se han escrito muchos tratados mas completos y profundos sobre esta cuestión, pero no esta demas dar un acercamiento de manera personal hacia este hombre tan controversial e importante.


CONSTANTINO EL GRANDE, ¿CRISTIANO?


Flavio Valerio Aurelio Constantino, más conocido como Constantino el Grande, fue hijo bastardo del emperador Constancio del imperio romano de occidente y una moza de taberna llamada llamada Helena (que aparentemente venía de una familia que profesaba creer en el cristianismo), la cual,  sedujo a Constancio que era en ese entonces oficial del ejército[1]. Constantino siempre ha sido considerado como un hombre enigmático a la hora de ser estudiado debido a la gran disparidad encontrada en él, tanto por los cristianos que lo defienden, como para los incrédulos historiadores que intentan descifrar su personalidad.

Este gran enigma es debido a que la religión es el tema principal que gira en torno a este gran emperador por lo que encontramos biografías completamente dispares, por ejemplo, hay quienes le describen como un defensor genuino de la fe cristiana, mientras que encontramos biografías que hablan de su conversión como un interés meramente político, y encontramos otros que le llevan al extremo de atribuirle una piedad extrema cercana a la santidad de la iglesia de roma[2].

Por esta razón, el objetivo de este articulo se limitará a ver los hechos históricos que rodean a este hombre y analizarlos a la luz de la perspectiva cristiana, sin perder ni menospreciar el testimonio de filólogos e historiadores inconversos (pero con buena credibilidad) para dar una perspectiva personal acerca de este enigmático hombre.

Un hecho que es un hito en la vida de Constantino, es la forma como este declaró que se había convertido al cristianismo, ya que le rodea una tradición que, a pesar de ser un hecho histórico real, lleva a ciertas preguntas desde el punto de vista cristiano.

Antes de contar la historia de su conversión al cristianismo, es importante mencionar la cuestión que se sugiere entre los historiadores para explicar por qué Constantino se hizo seguidor público del culto al Sol Invicto, ya que esto podría dar luz sobre la personalidad de este hombre y la clase de motivaciones que le animan a convertirse a uno u otro dios.

Esta historia cuenta que Maximiano, al ser yerno de Constantino, le pide a su hija Fausta que le deje el cuarto abierto para poder asesinar a Constantino en la noche con la promesa de ofrecerle un mejor esposo a ella; pero cuando esta le cuenta a su marido, deciden ambos tender en la cama a un eunuco en lugar de Constantino para así tener la prueba palpable de la culpabilidad de Maximiano. Este entra por la noche en el dormitorio contando a los guardianes que ha tenido una visión en ese mismo instante, y les dice que tiene que contársela inmediatamente a Constantino. Maximiano consigue entrar, y mata al eunuco. Enseguida celebra su hazaña con grandes gritos, y en ese instante aparece quien él suponía haber eliminado. Constantino concede al asesino escoger el modo en que quiere morir, y Maximiano se ahorca. Aprovechando esta oportunidad y apoyado en su ambición, Constantino rompió con el sistema heredado de Diocleciano: rechazó la protección de Júpiter y de Hércules, y adoptó la mística solar que le vinculaba con Claudio Gótico, emperador divinizado (268-270), con el fin de defenderse de las acusaciones de ser un usurpador. En las monedas de Constantino, Marte fue sustituido por el Sol Invictus (el dios-sol), con quien se identificaba a Apolo[3].

Este hecho histórico marca un precedente importante, puesto indicaría en la personalidad de Constantino una inclinación a hacerse crédulo de uno u otro dios si esto le traía un beneficio particular en su reinado, en este caso, fue capaz de declararse seguidor de Sol invito para que el pueblo le relacionara con un emperador que había sido anteriormente divinizado y así se mitigaran los rumores de considerársele usurpador debido a la forma en que murió Maximiano, de que fue nombrado emperador prácticamente por el ejército y además por ser un hijo bastardo. Teniendo esto en mente, podremos tener una perspectiva, por lo menos a considerar, cuando se relata la historia de conversión de este emperador al cristianismo.


La historia de conversión de Constantino al cristianismo cuenta que un día antes de la batalla con Majencio en el puente Milvio tuvo un sueño, en el cual se le daba la orden de poner un símbolo cristiano sobre el escudo de los soldados, por lo cual, el emperador al siguiente día superpuso las 2 letras iniciales del nombre de Cristo en Griego (X y P)[4]. Esta historia de conversión es puesta siempre en duda por muchos historiadores, tanto cristianos como seculares, esto debido a que a pesar de que se comenzó a proclamar como creyente, nunca pareció claramente que haya dejado su creencia en el sol invicto; esta duda se acentuaba cuando se evidenciaba que Constantino seguía participando en ritos paganos y además no se sometía al catecumenado como los demás cristianos por el hecho de que él se consideraba asimismo “obispo de obispos”[5].

Esta clase de comportamiento es lo que lleva a muchos historiadores y filólogos seculares a decir que la conversión de Constantino era meramente apariencia por cuestiones más bien políticas, algunos otros, llegan al extremo de decir que este sueño de Constantino, si fue real, fue simplemente el resultado de la sugestión causada por la predicación de los obispos cristianos, los cuales, se diferenciaban de los demás líderes religiosos paganos porque tenían “a su favor”, no solamente el don de la palabra y las parábolas, sino también la historia, la cual confirmaba sus relatos bíblicos y facilitaba la generación de imágenes mentales,  sugestionando así hasta a los incrédulos y les hacía sentirse más sensibles a estas historias porque se sentían en muchos casos identificados[6].

Así ven los historiadores seculares a este emperador, lo ven como un oportunista político que supo usar ambigüedades para tener contentos a los dos bandos (cristianos y paganos) y mantener el poder de manera prolongada, sin embargo, parece bastante razonable las reflexiones de algunos teólogos que consideran que no se puede llegar a este extremo de decir que la conversión de Constantino fue simplemente por intereses políticos, sino más bien, que la clase de “fe” de este hombre fue más bien como aquellas que reconocen a un Dios real que tiene poder, pero eso no les es suficiente para descansar y entregarse plenamente en obediencia y santidad a El[7].

A pesar de esta proclamación superficial de fe, y de la cual se ha debatido muchísimo en libros muchos más extensos y profundos que este corto ensayo, es innegable que el impacto de este poderoso en la historia de la Iglesia fue enorme en todos los sentidos, por lo cual, es importante considerar las consecuencias positivas y negativas en la historia de la iglesia en este periodo de tiempo.


CONSECUENCIAS POSITIVAS

La Profesión cristiana de Constantino causó un gran impacto en la historia de la Iglesia, ya que casi de manera inmediata, terminó la persecución que durante muchos años había asolado a la Iglesia y por esto, sin importar la genuinidad de la conversión de Constantino, la providencia de Dios se hace manifiesta en estos acontecimientos porque esto trajo paz al cuerpo de Cristo después de tanto padecer por Él[8]. Esta paz fue acentuada por el edicto de Milán en el año 313, en el cual, se firma prácticamente la libertad religiosa, lo que permite que de manera más plena y abierta se pueda desarrollar el cristianismo, además que se devolvieron las propiedades confiscadas por gobiernos anteriores, se construyeron templos para los obispos cercanos, y se les hizo exención de impuestos.

Junto a esta paz, llegaron también los tiempos en que los líderes de la iglesia comenzaron a profundizar más en las Escrituras y a desarrollar conceptos teológicos más profundos, ya que gozaban del tiempo que deja la tranquilidad, a pesar de que tiempo después de Constantino hubiera hostigamientos y presiones relacionadas con la controversia arriana

Esto también ayudó al avance del evangelio, ya que tenían la oportunidad de predicar a más personas y con mayor libertad, tanto para los ricos como para los pobres, esto fue crucial para la extensión del evangelio en medio de un imperio que dominaba todo el mundo conocido.

Por consiguiente, las consecuencias positivas de la conversión de Constantino son claramente el resultado de la manifestación de la poderosa providencia divina, ya que unido a estas cosas positivas, vinieron algunas consecuencias negativas que tienen un gran peso en lo referente a la historia de la Iglesia y que no son para nada minúsculas. Obviamente estas consecuencias negativas se relacionan más bien a la otra parte de la realidad bíblica que es la responsabilidad humana.


CONSECUENCIAS NEGATIVAS

En lo negativo, es indiscutible que la profesión de fe de Constantino fue particularmente señalada por muchas personas, sobre todo, por los incrédulos que veían en el emperador un hombre que no daba testimonio de su conversión, por ejemplo, ateos e historiadores actuales aluden a que Constantino era un asesino desalmado aún después de su conversión en el puente Milvio, por que la victoria contra Majencio fue en el 312, mientras que en 326 el emperador manda a ejecutar a su Hijo Crispo y a su esposa fausta echándola en una bañera con agua hirviendo[9][10]. Es indiscutible que este comportamiento unido al constante culto a los dioses paganos, daba un mal testimonio a los incrédulo que acertadamente apuntan a que como es posible que un emperador cristiano siga durante mucho tiempo aceptando los dioses paganos.

Por otra parte, otra consecuencia negativa radica en que su profesión de fe, a ser un emperador, le empezó a dar ciertos privilegios para ir inmiscuyéndose en las decisiones eclesiásticas, al punto, de que hace uso de su autoridad como emperador para agregar un castigo ya innecesario contra una controversia que ya estaba solucionada en el concilio niceno, para a la larga, terminar trayendo nuevamente a Eusebio de Nicomedia y en sus últimos días terminar siendo bautizado por este hombre condenado como hereje. Esto muestra que en cierto nivel no le importaba a Constantino lo que se decidiera teológicamente en el concilio, sino más bien, solo le importaba solucionar una situación religiosa que estaba afectando el núcleo de la estabilidad y unidad del imperio: la religión cristiana.

Evidentemente, esto trajo una serie de reacciones en cadena, ya que, debido a esta relación entre la iglesia y estado, muchos hombres reaccionaron de manera extrema yéndose a los desiertos para no tener que relacionarse con esta clase de situaciones; pero aunque esto es en realidad extremo, tampoco es de mucho ánimo el ver como hombres como Eusebio (que en gran parte mostraba el sentir común del pueblo) deja de un lado la predicación del advenimiento del reino porque veía en Constantino el cumplimiento de las Escrituras[11]. Esto después, trajo como consecuencia el donatismo y una división dentro de la iglesia en esta área.

Por estas razones, debemos decir que, en la práctica, vemos en la historia que las consecuencias de la relación de Constantino con la Iglesia fueron mayormente negativas, porque a pesar de que estas reacciones negativas se debieron mayormente a una mala respuesta de los creyentes, tampoco se puede negar que el testimonio de Constantino y las diferentes malas decisiones autoritarias marcaron un precedente que afectó negativamente a la Iglesia. Es cierto, en todo esto vemos la mano de Dios obrando de manera providencial permitiendo el desarrollo del cristianismo, pero esto no elimina la responsabilidad humana que causó toda esta clase de problemas


CONCLUSIÓN

La conversión de Constantino afectó en gran manera el desarrollo del cristianismo, eso es indudable. Sin embargo, esto trajo consecuencias tanto positivas como negativas que a la postre, terminarían afectando a la iglesia, dejando esa mancha de desagrado que muchos incrédulos usarán para sustentar sus convicciones anti Dios.

Este problema con la persona del Constantino, es particularmente especial, ya que fue un emperador el que hizo esta profesión de fe, por lo que todo el pueblo está esperando ver qué frutos daría esta profesión de cristiano. Lastimosamente, la conversión de Constantino nos lleva a creer en mayor proporción que su fe no era verdadera para Salvación, pero sí tenía este un temor bastante marcado hacia un Dios que tenía el poder para "concederle" lo que quería siempre y cuando cuidara a los cristianos.

A pesar de toda esta problemática, es innegable que la mano de Dios le permitió al pueblo cristiano tener un periodo prolongado de paz, le permitió descansar del martirio y la persecución, sin embargo, viendo las consecuencias negativas de estos hechos, podemos confirmar lo que vemos en toda la Escritura, y es que cuando el pueblo de Dios se encuentra en abundancia, este comienza a apartarse de la sana doctrina para dar paso a la confusión y herejía. Tal vez por esta situación se vive tanto cristianismo endeble y diluido en nuestro continente.

Sin embargo, aunque estas cosas negativas estén dentro de la providencia de Dios y sean en gran parte consecuencia de Constantino, tampoco podemos dejar de lado la irresponsabilidad de los cristianos de esta época, que permitieron que en esta paz se colara la indiferencia y la falta de celo por las cosas de Dios en lo referente a las decisiones que solo le competen a la iglesia, como la parte litúrgica, las decisiones dentro de las controversias, etc

Por esta razón, es importante concluir que a pesar de estas situaciones que rodean a este emperador, siempre es importante tener la historia clara para tomar una postura en lo referente a la relación entre la iglesia y este gobernante. Ciertamente Constantino hace parte importante de la iglesia cristiana, sea para bien o para “mal”.


Anthony Molina Torres.
Diácono
Estudiante de Licenciatura en Teología
Seminario Reformado Latinoamericano


[1] Bárbara Pastor, Constantino, La Invención del Cristianismo (Barcelona: Titivillus, 2007). p. 34

[2] Bárbara Pastor, Constantino, La Invención del Cristianismo (Barcelona: Titivillus, 2007). p. 37

[3] Bárbara Pastor, Constantino, La Invención del Cristianismo (Barcelona: Titivillus, 2007). p. 77 - 79

[4] Justo L. Gonzales, Historia del Cristianismo – Tomo I (Miami: Unilit, 1994). p 123

[5][5] Justo L. Gonzales, Historia del Cristianismo – Tomo I (Miami: Unilit, 1994). p 137

[6] Bárbara Pastor, Constantino, La Invención del Cristianismo (Barcelona: Titivillus, 2007). p. 21 - 27

[7] Justo L. Gonzales, Historia del Cristianismo – Tomo I (Miami: Unilit, 1994). p 138 - 139

[8] Justo L. Gonzales, Historia del Cristianismo – Tomo I (Miami: Unilit, 1994). p 140

[9] Bárbara Pastor, Constantino, La Invención del Cristianismo (Barcelona: Titivillus, 2007). p. 143

[10] Blog de internet, Ateísmo para Cristianos (link: http://ateismoparacristianos.blogspot.com.co/2010/02/constantino-i-el-grande-responsable-del.html)

[11] Justo L. Gonzales, Historia del Cristianismo – Tomo I (Miami: Unilit, 1994). p 150 - 153

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