“… ¿No es este un tizón
arrebatado del incendio?” - Zacarías 3.3-
Estas palabras son parte de la
visión de Zacarías. Estas palabras son dichas por Dios mismo al diablo. El
diablo vino para acusar al sumo sacerdote Josué y el Ángel de Jehová le dijo:
“Jehová te reprenda oh Satanás, Jehová que ha escogido a Jerusalén, te
reprenda” Parece que la acusación satánica tenía que ver con la indignidad del
sacerdote para realizar la labor que se le había encomendado, porque la Biblia
dice que en esta visión, el profeta Zacarías veía al sacerdote Josué, “vestido
de ropas viles".
Las ropas viles representan
nuestro estado natural, nuestro pecado y nuestras justicias propias, por las
cuales jamás podríamos presentarnos ante Dios ni servirle como Él lo merece.
Está escrito que nuestras justicias propias son consideradas como trapos sucios
delante de Dios (Isaías 64.6), y si esto se dice de nuestras buenas obras, ¿qué
podría decirse de nuestros pecados? ¡Pero Dios, ha querido mostrar su gran
misericordia! En vez de dejarnos en el incendio para perecer por la eternidad,
nos arrebata de aquel infierno y nos otorga su inmerecido don, de manera que
podamos serle útiles. Continuando con la visión de Zacarías con respecto al
sacerdote Josué, Dios emite la siguiente orden: "Quitadle esas vestiduras
viles. Y a él le dijo: Mira que he quitado de ti tu pecado, y te he hecho
vestir de ropas de gala" v. 4
Este episodio es una
representación muy hermosa de la doctrina de la justificación. Es necesario que
el creyente tenga un entendimiento bien claro de la doctrina de la
justificación por medio de la Fe: Todo aquel que arrepentido de sus pecados,
viene a Cristo suplicando salvación y acepta confiar únicamente en Él,
reconociendo que lo que Cristo hizo es suficiente y que no se le puede agregar
nada, ése entonces vestido con la justicia de Cristo. Sin esta doctrina no hay
cristianismo, se vuelve una religión inútil como todas las demás.
Si no entendemos la doctrina de
la justificación, y si no nos afirmamos en ella, la acusación diabólica nos
hará decaer, porque volveremos a confiar en alguna medida en nosotros mismos y
dejaremos de darle la gloria completa al Señor.
Si hemos avanzado en el camino,
si hemos podido vencer contra pecados y si estamos creciendo en santidad, ¡todo
es por causa de Cristo! Él ganó esto para nosotros. Él nos ha vestido con su
justicia. Fue algo que Dios hizo y no algo que nosotros hicimos.
Si no reconocemos que somos como
un tizón que fue arrebatado del incendio, no podremos tampoco adorar con la
intensidad que deberíamos. Nuestra vida carecerá de este impulso poderoso de la
Gracia. Entre más claro sea el entendimiento de cuál era nuestra condición sin
Cristo, más expresivo será nuestro amor para Aquel que nos rescató de tal condición
de miseria.
¿Te has visto vestido de ropas
viles? ¿Entiendes que esas ropas viles serían tu atuendo diario si no fuera por
la gracia? ¿Ha quitado Él tu pecado y te ha vestido ropas de gala? O ¿Todavía
crees que puedes conseguir ropas apropiadas por tu propia cuenta?
El profeta Isaías también repite
este concepto de la justicia como una vestidura cuando dijo: "En gran
manera me gozaré en Jehová, mi alma se alegrará en mi Dios; porque me vistió
con vestiduras de salvación, me rodeó de mando de justicia..." (Isaías
61.10)
¡Alabado sea Dios por su gran
misericordia! ¿Puedes gozarte en esta salvación tan grande? Si no es sí, tal vez no has sido arrebatado del
incendio, tal vez estás vestido aún de ropas viles. Que nuestro servicio a Dios, nuestras palabras y
nuestras acciones sean el reflejo de ese reconocimiento de que nuestras vidas que
fueron recatadas del incendio del infierno y que ahora apreciamos la gracia
transformadora de Dios. Amén.
Pr. Alexander León.
Pastor: Iglesia Bautista Reformada Los Lagos - Costa Rica
Utilizado con previa autorizacion.
Blog: Alexander León
Utilizado con previa autorizacion.
Blog: Alexander León
No hay comentarios:
Publicar un comentario