Leer los evangelios, es conocer de
manera vívida la maravillosa vida de nuestro Señor Jesucristo, ya que por
medio de estos encontramos no solamente relatos de Su obra, sino también
características de su persona como lo son sus emociones, bondades, y características
divinas y humanas. Sin embargo, al terminar de leer todos los evangelios, la
primera porción de hechos y algunas cartas específicas, comenzamos a notar que
resalta un personaje por sobre los demás apóstoles. Este personaje es el
Apóstol Pedro, ya que conocemos muchos detalles de su vida durante el
ministerio terrenal de nuestro Salvador y al final de leer todos estos pasajes,
casi creemos ver en este hombre un amigo con el que podemos identificarnos y
familiarizarnos, al cual le confesaríamos nuestras culpas mas profundas para
que nos conforte por medio las palabras del Señor aplicadas a su vida y
acentuadas en él por medio de su experiencia.
Vemos que resalta como un líder, pero
que tiene como característica sobresaliente un mar de “contradicciones” en su
persona, un día daba grandes declaraciones sobre la persona de Jesucristo, para
decir una gran herejía "al día siguiente". Siempre estaba caracterizado por un
gran ímpetu y ser el primero en querer hablar.[1]
Con el siguiente trabajo queremos hacer
una biografía de Pedro uniendo los datos obtenidos en los evangelios, libro de
los Hechos, algunas cartas Paulinas y sus propias epístolas. Esto con el
propósito de ver en él su evolución como líder, como afecta su ministerio la
venida del Espíritu Santo, para luego notar como esto puedo aplicarlo a mi vida
como miembro de una iglesia local. En esta primera parte, veremos al Apóstol Pedro desde sus comienzos hasta antes de pentecostes, para que la próxima vez le veamos transformados después de la venida del Espíritu Santo.
1 LA VIDA DEL APÓSTOL PEDRO
1.1 Origen
Hijo de Jonás y con nombre de phila Simón o
Simeón (Mt. 16:17; Jn. 21:16, Hch 15:14), el apóstol Pedro es uno de los
representantes más importantes entre los apóstoles del Señor Jesucristo, sin
embargo, las Escrituras nos muestra muy poca información sobre sus orígenes y
vida antes del llamamiento del Señor Jesucristo. Claramente esto ha de ser
porque las Escrituras nos dicen que las cosas viejas pasaron y todas han sido,
en Cristo Jesús, hechas nuevas (2 Cor. 5:17), y, por tanto, no interesan dentro
de la Escritura puesto que estas cuentan la historia de redención del pueblo de
Dios, por medio de su hermoso y poderoso Salvador Jesucristo y no la historia
de los hombres.
Lo que si se conoce del apóstol es que era
pescador de profesión en una aldea llamada Betsaida (Jn. 1:43, Lc 5:10), lo que
nos llevaría a considerar que era originario de la misma, la cual, era
reconocida por ser una aldea de pescadores cerca de la costa del Mar de Galilea.
Tenía una casa en Capernaum (Mr. 1:29) y al parecer dirigía una empresa
pesquera en sociedad con los hermanos de Zebedeo (Juan 1:44; Mar 1:16; Luc
5:10).
Además de esto, era hermano de Andrés
(quien se convierte también en un apóstol del Señor Jesucristo y más adelante
veremos que trae a Pedro hacia Jesús), y juntos parecen ser discípulos de juan
el Bautista (Jn. 1: 35-42). Según algunos pasajes, Pedro al parecer era casado
(Mar 1:30; 1 Cor 9:5) y luego vivió con su familia en Capernaum (Mt. 8:14; Lc.
4:38). [2],[3],[4], [5], [i]
1.2 El llamamiento de Jesús y su
lugar entre los apóstoles
Es muy popular una creencia errada de que el encuentro
de Pedro con Jesús en Mr. 1:16 (Mt 4:18-19) es el primero, y con esto, aquellos
desacertados resaltan que Pedro dejo todo por Jesús sin conocerle y sin mirar
atrás, sin embargo, esto no puede estar más lejos de la realidad, puesto que Pedro
ya había tenido contacto con el Señor Jesucristo. El relato a partir de Jn 1:41
muestra que Pedro conocía al Señor desde antes del llamamiento en el lago de Galilea en Mr. 1:16.
Ahora debo hacer un paréntesis antes de
proseguir con la historia, y remontarme a un personaje clave en el llamamiento
de Simón Pedro. ¿recuerdan que anteriormente había mencionado que eran Andrés,
y muy probablemente Pedro también, discípulos de Juan el Bautista? Pues a
continuación, permítanse sacar este “as
bajo la manga”. La labor y el mensaje de Juan el Bautista era claro:
preparar el camino para que el pueblo de Israel reconociera a Cristo como el
Mesías, ya que este profeta era aquel Elías que fuera aquella voz que clamaría
en el desierto (Juan 1:23).
En el evangelio de Juan, capitulo 1, entre
los versículos 19 y 34, vemos el mensaje de este profeta Juan, que muestra como
predicaba el arrepentimiento y perdón de pecados haciendo bautizar a los
arrepentidos y que culmina en el versículo 34, exclamando de Jesús era el Hijo
de Dios y que daba testimonio de esta aseveración. ¿y porque esta información
de Juan el Bautista es importante? ¿acaso no trataríamos la vida del Apóstol
Pedro? Por favor, concédanme un momento para expresar la importancia del
ministerio de Juan el Bautista. Retomemos la vida del Apóstol Pedro.
Después, al siguiente día de haber dado
este relato, el Apóstol juan se enfoca en uno de los dos discípulos de juan el
bautista que creen en su mensaje que apuntaba a Jesús como el Hijo de Dios:
Andrés Hermano de Simón Pedro. Andrés rápidamente, junto al otro discípulo (que
seguramente era el mismo Apóstol Juan), van tras Jesús, le siguen y están con
el todo el día. Extasiado por el mensaje del cordero de Dios, Andrés corre a
darle las buenas nuevas a Simón, diciéndole que había encontrado al Cristo,
para después, llevarle ante su presencia y que Jesús le declarase a Simón: “Tú
eres Simón, hijo de Jonás; tú serás llamado Cefas”. Ahora, si después de este
primer encuentro consideramos el llamado del Apóstol Pedro en el mar de galilea en Mr 1:16 (después de un portentoso milagro que confirmaba la persona y mensaje de
Cristo, con todo lo que conlleva que un carpintero aconsejara a un pescador
profesional), podremos entender la importancia del ministerio de Juan el
Bautista. ¿Cómo así? Pues he aquí esa importancia: ¡los Apóstoles Pedro y Andrés son resultado y muestra viviente del
efectivo ministerio de Juan el Bautista!
Es maravilloso ver el resultado del
poderoso y fiel ministerio de Juan el bautista en la vida del apóstol Pedro y
Andrés, y tambien es muy pertinente ver como el Seguir a Jesús de estos dos personajes no fue algo así como
una fe ciega ante alguien del que nunca habían oído o conocido. Claramente,
Juan y Andrés son el resultado de esa preparación de los corazones para recibir
el mensaje del Señor Jesucristo y tener una relación personal con El. Dos de
los apóstoles son fruto de aquella voz que clamaba en el desierto.
A partir de este momento, en los
evangelios comienza a resaltar el apóstol Pedro como vocero y líder de entre
los demás apóstoles en los momentos difíciles (cf. Mt. 15:15; Mr. 1:36; 9:5;
10:28; 11:20; Lc. 5:5), sobre todo por el hecho de que en los 4 evangelios hay
listas de los 12 apóstoles y en todas ellas, Pedro se menciona de primero (Mat
8:14–15; Mar 1:30–31; Luc 4:38–39), resaltando así su liderazgo, ya sea por la
edad, o por su personalidad y carácter.[6], [7]
Este liderazgo no solamente se evidencia
por la posición dentro de la lista de los apóstoles, sino también por el lugar
que ocupa este personaje dentro de los eventos más importantes mencionados en
los evangelios, por ejemplo, el Señor Jesucristo le sano a su suegra (Mat
8:14–15; Mar 1:30–31; Luc 4:38–39), fue quien pregunto a Jesús cuando es tocado
por la mujer que padecía de hemorragias (Luc 8:45), por si fuera poco, estuvo
junto con Santiago y Juan en la resucitación de la hija de Jairo (Mar 5:37; Luc
8:51), fue el único que en medio de un gran pavor hizo una profesión de fe, que
al instante fallo cuando caminó sobre el agua (Mat 14:22–33). Además es quien
le pide a Jesús que por favor les explique una parábola (Mat 15:15), es quien
confiesa que Jesús es el Mesías (Mat 16:13–19; Mar 8:27–30; Luc 9:18–21) y al
mismo tiempo a quien Jesús reprende fuertemente por ir en contra de la
voluntad de Dios (Mat 16:21–23; Mar 8:31–33), entre muchas otros eventos.
Otra muestra del liderazgo de Pedro es que
estuvo con Jesús en la transfiguración (Mat 17:1–9; Mar 9:1–9; Luc 9:27–36) y es
a quien Jesús involucra en la cuestión sobre el impuesto del templo (Mat
17:24–27). Asimismo, Pedro es quien le pregunta a Jesús sobre el alcance del
perdón (Mat 18:21–22) y hace la gran declaración de haber dejado todo para
seguir a Jesús (Mat 19:27–30; Mar 10:28–31; Luc 18:28–30) y junto con Juan es
enviado a preparar la comida de la pascua (Luc 22:7–13). Por si esto fuera
poco, es quien reacciona impetuosamente cuando Jesús intenta lavarle los pies
(Juan 13:6–11), para luego serle anticipada la negación de Su Señor Jesucristo que se encuentra registrada en los 4 evangelios también (Mat 26:31–35; Mar
14:27–31; Luc 22:31–34; Juan 13:36–38). Igualmente es muestra de su liderazgo,
que es a quien Jesús regaña por quedarse dormido en el huerto de Getsemaní (Mat
26:36–46; Mar 14:32–42), y aunque de manera negativa, se cree con el derecho de
atacar a Malco, siervo del sumo sacerdote en el arresto a Jesús (Mar 14:27;
Juan 18:10–11).[8],[9]
De todos estos datos Biográficos, es claro
que los Evangelios resaltan el liderazgo del Apóstol Pedro, pero también sirven
para mostrar que, junto con Jacobo y Juan, hacia parte del círculo más íntimo
del Señor Jesucristo.[10] De todos los eventos
mencionados anteriormente, con propósitos de alcanzar el objetivo de este muy
limitado escrito, quisiera detenerme en algunos detalles específicos para verlos
de una manera más detalla debido a la importancia de estos, para poder
analizarlos de una mejor manera respecto al impacto que estos eventos han
tenido en mi vida, y probablemente lo tendrán en la tuya; aunque no pondré las citas bíblicas, puesto que ya se han
puesto en los datos mostrados anteriormente:
1.2.1 La primera declaración de
Pedro
Esta primera
declaración la encontramos en Juan 6: 68 – 69, y aquí, el contexto que abarca
esta confesión es el impacto que generó en los apóstoles las declaraciones
dadas por el Señor Jesucristo después de la alimentación de los 5.000, cuando
al otro lado del lago, les dijo a la multitud que solo le seguían por
conveniencia porque se les había saciado el apetito, sin embargo, Él era el
verdadero pan de vida y el que quiere hacer la voluntad de Dios deberá creer en
quien el Padre envió, es decir, creer que Jesús es el pan que descendió del
cielo. Esto impacto grandemente a la multitud, haciendo que los falsos
creyentes se alejaran y quedaran unos pocos.
Teniendo
claro el contexto, veremos el contenido de la declaración. De entre todas las
equivocaciones del Apóstol Pedro, por la gracia del Dios esta no está entre
ellas. Aquí el apóstol, como siempre de impetuoso e impulsivo, tomó la palabra
por los demás y declaró que no hay otra persona aparte de Jesucristo que los
lleve a alcanzar la vida eterna y satisfaga su corazón. Le contesto al Señor
con una pregunta: ¿a quién iremos? Esta maravillosa pregunta muestra que el
apóstol Pedro, lo que si tenía claro, en medio de todas sus inconsistencias, es
que Jesús era la persona correcta a quien debía seguir.
Esto
muestra las ganas del apóstol Pedro de hacer las cosas bien delante de Dios, y
que con sinceridad (que no siempre estaba acompañada de sabiduría) quería
seguir al Señor Jesucristo.
1.2.2 La segunda declaración de
Pedro
Esta
segunda declaración la encontramos en Mateo 16: 13 – 20, y aquí el Señor
Jesucristo lo que quiere saber es: ¿qué es lo que piensan sus discípulos? (más
que lo que dicen las demás personas), y al preguntar el Señor que piensan estos
de Él, como siempre, el apóstol Pedro toma la palabra y confiesa enfáticamente
que Jesús era el Hijo del Dios viviente revela una concepción diferente a la
del mundo.
Inmediatamente,
el Señor Jesucristo le declara como bienaventurado porque esta declaración le
ha sido dada por el Padre, y además, esta confesión del Apóstol Pedro es donde
será edificada la Iglesia porque dice que Cristo es el Hijo del Dios, y esa es
la roca más firme donde pueda ser erigida la Iglesia, que es columna y baluarte
de la verdad.[11]
Claramente esta declaración pareciese que elevo en presunción a Pedro, porque
más adelante quiere aconsejar al mismo Dios encarnado (imagínense, aconsejar a Dios),
para luego terminar siendo un “consejero reprendido”.
Esto
muestra las inconsistencias en la vida del Apóstol Pedro, quien muchas veces su
impetuosa e imprudente personalidad le trajo grandes y fuertes reprensiones,
que ahora nos sirven como ejemplo para no confiar en nosotros mismos, sino que
siempre estemos a los pies de nuestro Señor Jesucristo. Seguramente muchos dirán que este análisis nuestro es descuidado porque Pedro todavía no había experimentado el mayor poder del Espíritu Santo que llega es después de pentecostes, sin embargo, aunque esto ultimo es verdad, nadie podrá negar que estos eventos quedaron escritos con un propósito paralelo al de mostrar posteriormente el poder del Espíritu Santo, a saber, que no debemos confiar en nosotros mismos. Esto es muy importante
de considerar para nuestras vidas, porque cuando reflexionamos en que el Apóstol
Pedro estaba reprendiendo al Señor Jesucristo, podremos dimensionar la gravedad
de esta situación porque las buenas intenciones no significan que estemos
haciendo lo correcto. ¿nosotros corrigiendo a Dios? Muy seguramente el apóstol
Pedro no escucho nada mas después de escuchar la palabra muerte, y se le
nublaron sus pensamientos a tal punto que no escucho el resto del mensaje dado
por el Señor.[12]
1.2.3 Anuncio de la negación de
Pedro
En
este evento satanás pidió a los apóstoles para “zarandearlos” o tentarlos,
particularmente para Pedro, el confió nuevamente en sí mismo, hasta el punto de
enfatizar con mayor ahínco que inclusive acompañaría a Jesús hasta la muerte.
Pedro sintió tan sinceramente que podía cumplir con esto que desafío, inclusive, al Señor mismo por contradecirle al expresar que le acompañaría a la cárcel, incluso
hasta la muerte. Claramente por más sinceras que sean nuestras declaraciones,
nunca deben tener como base la confianza en nosotros mismos, porque el apóstol
Pedro es la fiel muestra de que nos puede suceder.[13]
1.2.4 Pedro niega al Señor
Este evento es el más triste de la vida de
Pedro, sin embargo, el Señor Jesucristo le ha dejado claro al apóstol que por
medio de esta tragedia le está moldeando su vida, y aunque es una gran desdicha
para un creyente el vivir una situación como esta, al ver esta desventura a la
luz del arrepentimiento de Pedro y el perdón del Señor Jesucristo, logramos
percibir lo magnifico que puede llegar a ser el dolor momentáneo de los
cincelados de nuestro querido escultor Jesucristo.
Este evento es muy trágico, porque Pedro
negó al Señor Jesucristo tres veces y cada vez con mayor degradación. En este
evento es importante resaltar varios aspectos, por ejemplo, el apóstol en
realidad confiaba en sí mismo a tal punto que en realidad creía que daría su
vida por el Señor Jesucristo, muestra de esto es el tirarle a cortar la cabeza
a Malco pero que finalmente solo de corto la oreja. Otra muestra de confianza
en si mismo es que, aunque el Señor le había dicho que le negaría tres veces
antes de que cantara el gallo, igualmente el apóstol siguió confiando en que
nunca le negaría ante absolutamente nadie e igualmente le siguió.
En esta situación también es importante
recordar que el apóstol Pedro menguo en la oración. Recordemos que cuando el
Señor bajo de Getsemaní, en tres ocasiones encontró dormidos a los apóstoles y
directamente el Señor reprende a Pedro. Definitivamente esto otra muestra de
autoconfianza, porque si el Señor ya les había dicho que habían sido pedidos
para ser zarandeados, ¿entonces porque no estaban orando con el señor
Jesucristo? ¿acaso ver al mismísimo hijo de Dios dependiendo en todo al Padre
no debería motivar a los apóstoles a orar? Definitivamente, si Jesucristo
necesitaba orar, cuanto más lo necesitaran los apóstoles y nosotros mismos.
Ahora analizando el evento mismo de la
caída del apóstol, lo primero que notamos, es la importancia que ocupa este
hecho en la historia evangelística ya que la negación de Pedro es mencionada en
los 4 evangelios, por lo tanto, podríamos reconstruir este suceso de manera muy
completa al unir los 4 relatos. Podemos decir que, según el evangelio de Juan,
Pedro iba siguiendo al Señor Jesucristo junto con otro discípulo que era
conocido del sumo sacerdote, entonces este discípulo fue quien hizo entrar a
Pedro, y cuando recién entraba, la criada portera le confronto diciendo que
este era discípulo de Jesús y he aquí, la primera negación.
Después de haber entrado, según el apóstol
juan, estaba calentándose con los demás junto al fuego. Aquí el plural de la
acusación muestra que fue un grupo de personas quien le preguntaron y acusaron
a Pedro de ser discípulo de Jesús, después de esto, según mateo, Pablo negó a Jesús,
acompañado con juramento. He aquí, se adiciona un juramento y es la segunda
negación. Juan dice después, que un familiar de Malco reconoce claramente a Pedro, y en la tercera negación, lo hace acompañado con maldición. Esto es
supremamente triste, ver como el apóstol ha caído en este derrotero, que le llevo
a usar este lenguaje, que a lo mejor era el que usaba cuando era incrédulo aún, puesto que broto naturalmente. Bienaventurado el varón que no anduvo en camino
de pecadores, esta es una gran verdad.
Seguramente hay varios aspectos que agravan
la caída de Pedro, por ejemplo, ¿Cómo se sentiría Pedro después de esto
sabiendo que había sido advertido por el Señor? O ¿Cómo se sentiría Pedro
después de esto sabiendo que tenía un lugar de privilegio al pertenecer al círculo
íntimo del señor? Inclusive dentro de estos tres íntimos apóstoles, a Pedro
siempre se le mencionaba de primero mostrando así preeminencia. Inclusive al
pertenecer a este círculo íntimo se le hizo partícipe de cosas demasiado
poderosas; este hombre era muy privilegiado, pero, aun así, seguía siendo un
hombre. Otra cosa que debió acentuar la caída de Pedro tuvo que haber sido el
hecho de que la negación fue muy acentuada, no solamente lo negó tres veces,
sino que lo hizo con juramento y con maldición. Con el mismo énfasis que dijo
que iría hasta la muerte por Jesús termino acentuando su negación por el Señor.
De las cosas más fuertes y tristes en la
vida de Pedro, y que desconsuela profundamente, es la mirada que recibió Pedro
por parte del Señor Jesús: Lc 22: 61-62 “Entonces,
vuelto el Señor, miró a Pedro; y Pedro se acordó de la palabra del Señor, que
le había dicho: Antes que el gallo cante, me negarás tres veces. Y Pedro,
saliendo fuera, lloró amargamente.”
Así me he sentido yo cuando he pecado contra el Señor. ¿Así te has sentido alguna vez? Quiera Dios usar esta etapa de la vida del apóstol Pedro para alentarnos y mostrarnos nuestra necesidad constante de nuestro Amado Salvador y de su Espíritu Santo, quien nos consuela y conforta.
En la próxima publicación veremos la vida del Aposto Pedro después de pentecostes. ¿como habrá sido este cambio? ¿Habremos experimentado nosotros ese cambio tambien?
En la próxima publicación veremos la vida del Aposto Pedro después de pentecostes. ¿como habrá sido este cambio? ¿Habremos experimentado nosotros ese cambio tambien?
Bendiciones.
Anthony Molina Torres.
DiáconoEstudiante de Licenciatura en TeologíaSeminario Reformado Latinoamericano
Diácono
[2] Walls, A. F, E. F. Harrison, G. W. Bromiley, & C. F. H. Henry, Diccionario de Teología (Michigan:
Libros Desafío, 2006). pp. 463–464.
[3] Manser, M. H. G. Powell, Ed. Diccionario
de temas bíblicos. (Bellingham: Software Bíblico Logos, 2012). p. 5113
[4] Gish, J, J. D. Barry & L. Wentz, Diccionario Bíblico Lexham. (Bellingham: Lexham Press, 2014).
[6] Walls, A. F, E. F. Harrison, G. W. Bromiley, & C. F. H. Henry, Diccionario de Teología (Michigan:
Libros Desafío, 2006). pp. 463–464.
[10] Walls, A. F, E. F. Harrison, G. W. Bromiley, & C. F. H. Henry, Diccionario de Teología (Michigan:
Libros Desafío, 2006). pp. 463–464.
[i] Nota: al situar más de una cita al final de un bloque de texto, es
porque este es el resultado de la unión de información de distintas fuentes,
pero unida y presentada con mis propias palabras, con el fin de ordenarla y
mostrarla como más conviene para el propósito de mi ensayo.
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