Los temas escatológicos son excitantes en muchas maneras. Los seres humanos tenemos la tendencia de querer saber qué sucederá en el futuro, o cómo será la vida después de la muerte. Sumado a eso, quienes somos creyentes vivimos a la expectativa de que el Hijo de Dios, nuestro Señor, retorne para que nuestros cuerpos sean glorificados y podamos vivir con él eternamente y para siempre.
Es un hecho innegable, y en el que todos los creyentes, no importa su denominación, están todos de acuerdo: el asunto de que Cristo retornará por su Iglesia, y en dicho evento, recibiremos nuevos cuerpos y los muertos resucitarán; unos para una condenación eterna, y otros para vida eterna junto con Cristo. Pero estos últimos obtienen esa vida eterna porque Dios perdonó en Cristo los pecados de ellos. Antes de que un creyente se arrepienta de sus pecados y se entregue a Cristo, confiando en Él como Señor y Salvador, este se encontraba muerto en sus delitos y pecados y bajo una condenación heredada desde el primer hombre, Adán.
La
cuestión, entonces, sobre cómo será el futuro del hombre, está ya muy discutida
y plenamente estudiada, sin embargo, hay una cuestión que genera inquietud.
¿Qué hubiese sucedido si Adán no hubiese pecado? Esta pregunta puede abarcar
muchas teorías, pero la que nos atañe en este articulo, es la de exponer si
existe la posibilidad, o no, de la existencia de la muerte antes de la Caída,
ya que la Escritura, en Romanos 5:12, nos enseña que la muerte entró por el
pecado, sin embargo, causa curiosidad el aspecto de los seres creados distintos
al hombre ¿fueron creados para ser eternos? ¿Morían de alguna manera antes de
que entrara el pecado?
El
propósito de este articulo será, precisamente, analizar dicho aspecto: si la
muerte entró por el pecado ¿eso implica que todo ser creado no hubiese muerto si
Adán no hubiese pecado? Para proceder en este punto, nos basaremos en el
estudio de varios pasajes de las Escrituras, de algunos textos de teólogos
cristianos, y las opiniones de algunos apologistas.
El Problema Planteado
Uno de los acontecimientos fundamentales para entender el cristianismo, el sacrificio de Cristo en la cruz, su importancia y necesidad, es indudablemente lo que las Escrituras nos narran en el libro de Génesis, capítulo 3. La Caída, como se le denomina a este evento, tiene una gran relevancia porque es la que nos enseña el porqué de la necesidad de un salvador, además de mostrarnos desde cuándo se prometió al hombre la salvación, y también el porqué toda la humanidad está condenada desde su nacimiento.
Los
primeros tres capítulos del libro de Génesis nos narran la creación del hombre
y su caída, o la entrada del pecado en el mundo. Génesis 1 nos narra que Dios
todo lo creo bueno, en el segundo capítulo se nos detalla la creación del
hombre y su comisión a gobernar la tierra bajo el gobierno de Dios, Adán, pues,
pasó a ser el representante federal de un pacto con Dios, pacto que
lamentablemente quebrantó al comer del fruto prohibido por Dios, hechos que se
nos narran en el tercer capítulo del libro; aquí también se nos narran los
respectivos castigos que Dios impuso a la serpiente, a la mujer, y al hombre, y
el resultado en general: el pecado entró en el mundo y toda la creación se
corrompió debido a la corrupción y transgresión de su representante. Con la
entrada del pecado entra la muerte. Ya en el momento en que Dios estaba
comisionando al hombre a gobernar la creación, les indicó que no podían comer
del árbol de la ciencia del bien y al mal porque eso representaría que morirían
(Gén. 2:17), y después de su pecado, en Génesis 2:19, se ratifica la sentencia
anunciada, y en el capítulo 5 se nos presenta una genealogía en donde muchos
teólogos indican que el énfasis de ella es la palabra “y murió”. La intención
de ese énfasis es mostrar que la muerte no es algo natural en el ser humano, a
pesar de lo que dos mil años de historia nos hayan hecho acostumbrar, el hecho
de que se nos prometió una resurrección indica que la muerte física no será
algo eterno, sino que es algo temporal; así pues, se concluye que el hombre fue
creado para vivir eternamente, pero que debido a su pecado, la muerte se
enseñoreó de él antes de la venida del Señor, y que, aunque ya no se enseñorea
en los hijos de Dios, estoy siguen muriendo hasta la plena consumación del
Reino de Dios.
La
cuestión es qué hubiese sucedido si el hombre no hubiese pecado. En este
asunto, el teólogo Anthony Hoekema, enseña que desde Adán se hubiese formado
una cultura perfecta donde Adán sería una especia de “sumo patriarca” (Hoekema,
2005, p.125). Con esto podemos implicar un sentido de “inmortalidad” en el
hombre, pero se ve una diferencia, por parte del mismo autor, en cuanto a los
demás seres de la creación. En su libro “La
Biblia y el Futuro” Hoekema (2008), concluye que:
“Parece bastante probable
que debe haber habido muerte en el mundo animal y vegetal antes de que el
hombre cayera en pecado … A menos que deseemos mantener que la naturaleza es
hoy totalmente diferente de lo que era antes de La Caída, debemos admitir que
con toda probabilidad había muerte en el mundo vegetal y animal antes de La
Caída.” (p. 64-65)
En
este caso particular vemos que se hace una distinción entre la vida animal y
vegetal, y la vida humana. Aunque esta distinción pueda no ser muy vista,
estudiada, común o popular en la actualidad, ciertamente no es algo novedosa o
que fuese siempre impopular o desconocida, como pueda ser vista el día de hoy.
El teólogo holandés de mediados del siglo XIX, Geerhardus Vos (2018), escribe:
“Inmortal puede
significar lo que en el transcurso de las cosas establecidas por Dios no puede
ser destruido, sino que conserva su ser. En este sentido, Adán era inmortal,
todos los seres espirituales (más elevados que los animales) son inmortales, en
todos los estados, ya que ninguno de ellos es abandonado por Dios a la
destrucción.”
Otro
autor, de mediados del siglo XX, John Stott (2007), escribe con respecto a la
muerte animal y vegetal lo siguiente:
“Habiendo pensado acerca
de la creación y la caída de Adán, estamos listos para averiguar acerca de su
muerte. Adán … murió. ¿Por qué murió? ¿Cuál fue el origen de la muerte? ¿Estuvo
presente desde el comienzo? Por cierto que la muerte vegetal sí … La muerte
animal también existía, porque se han encontrado muchos fósiles de animales
depredadores con la presa en el estómago.” (p. 183-184)
Y
el mismo autor, haciendo una diferencia entre los seres humanos y los demás
seres creados en el mundo, dice: “Ya
hemos coincidido en que la muerte es un proceso natural en los reinos vegetal y
animal. Pero no debemos pensar en los seres humanos meramente como animales más
bien superiores, quienes por esa razón mueren como animales.” (Stott, 2007,
p. 183-184).
Finalmente,
el teólogo y reformador francés, Juan Calvino (2005), nos dice lo siguiente en
su comentario a la epístola a los romanos:
“No quiere decir el
apóstol que todas las criaturas deberán participar de la misma gloria con los
hijos de Dios, sino que, según su naturaleza, les acompañarán también en el
mundo, ahora caído y degenerado … El punto básico de la corrupción del mundo es
la muerte, y hay gentes tan sagaces, o mejor, tan poco inteligentes y necias
que preguntan si toda clase de bestias alcanzarán la inmortalidad.” (p.
213)
Sin
embargo, los teólogos que tienen tal perspectiva sobre la existencia de la
muerte antes de La Caída, concuerdan en que estás muertes se deban por la necesidad
de alimentación, y en ninguna manera existía el sufrimiento. Ante la pregunta,
por ejemplo, de si los animales eran originalmente inmortales, Geerhardus Vos
(2018) concluye: “No, eso sería concluir
demasiado. Pero sin duda la muerte con dolor, el gemido de la criatura (Rom.
8:20), entró por primera vez en la creación más adelante con el pecado. Y
Stott basa su argumentación de la existencia de la muerte en el mundo vegetal
de la siguiente manera: “Dios creo
hierbas que den semilla … que den su fruto con semilla. Es decir, el ciclo de
la floración, la fruta, la semilla, la muerte y la nueva vida, fue establecido
todo en el orden creado.” (Stott, 2007, p. 183-184)
Según
se puede evidenciar, entonces, existe la postura que dice lo siguiente en
resumen: la vida humana es superior a la de los demás seres creados en la
tierra, y esta vida es la única que era inmortal, en los demás pues, la muerte
ya existía antes de la entrada del pecado en el mundo. Sin embargo,
recientemente se ha popularizado una posición que niega tajantemente lo
anteriormente expuesto
Las Objeciones
El
movimiento del mundo teológico durante los siglos XIX y XX no fue poco. La
critica textual apareció y con ellos los revisionistas, quienes comenzaron a
estudiar los manuscritos antiguos de las Escrituras, además, junto con
aparentes descubrimientos y otros movimientos en el mundo, dieron como origen a
una forma nueva de ateísmo, y lo que es peor, a una forma de “cristianismo” que
se asemeja mucho al ateísmo: el cristianismo liberal. Si bien desde épocas tan
antiguas como el Antiguo Testamento, existían algunas clases de ateos (Salmos
14:1), estas reaparecieron con firmeza durante el periodo llamado como la
ilustración, y más aún, durante las recientes épocas. Estos movimientos
cuestionaron y negaron tajantemente muchas de las creencias bíblicas milenarias,
entre ellas, la literalidad del libro de Génesis, especialmente los primeros
doce capítulos, entre ellos, obviamente, los relatos de La Creación y La Caída,
por ende, dicen ellos, la muerte es algo eterno, que ha existido desde el
principio mismo del universo y algo normal y naturalmente presente en cada ser
del planeta. Sus argumentos, la mayoría de las veces, tienen que ver con la
edad que calculan del planeta, y la edad que le calculan a los fósiles que se
han encontrado, los cuales la datan en números de miles de millones de años, lo
que implicaría un tiempo mucho más antiguo que la aparición, incluso, del
hombre.
Como
respuesta a esto, algunos teólogos, medios de comunicación, entre otros, han
realizado publicaciones donde aducen o defienden una posición negando la
existencia de cualquier tipo de muerte antes de que el pecado entrase en el
mundo a través de la transgresión de Adán.
El
conferencista y escritor, Bodie Hodge, miembro del ministerio “Respuestas en
Genesis” indica lo siguiente:
“Sabemos que los animales
y los humanos no comían carne originalmente según Gén. 1:29,30. Así que, los
carnívoros de hoy eran todos vegetarianos originalmente, lo cual indica que la
muerte no era parte de la creación original. Las plantas no están vivas en el
sentido bíblico de nephesh Chayyah, solo los humanos y los animales. Por tanto,
que se haya comido plantas no quiere decir que la muerte existiera antes de la
Caída.” (Hodge, 2016)
El
diario digital español “Protestante Digital” toma una posición similar: “La muerte y sus consecuencias entraron en
el cosmos a causa de la desobediencia de nuestros primeros padres. No hubo
defunción alguna (ni animal ni humana) antes de la Caída …” (Protestante
Digital, 2015)
Esta
posición parece enfatizar el ver la muerte como un castigo por el pecado, por
ende, no es algo “bueno”. Hodge de Respuestas en Génesis, comenta:
“Dios dio el mandamiento
en Génesis 2:16,17 que el pecado sería castigado con muerte. Esto es
significativo cuando vemos la amplia imagen de la muerte. Si la muerte de
cualquier forma hubiera estado presente antes de la declaración de Dos en
Génesis 1:31 que todas las cosas eran muy buenas, entonces la muerte sería muy
buena también, por ende, no punible en lo absoluto” (Hodge,
2016)
Finalmente,
la argumentación final reposa en que son muchos los textos que hablan de la
muerte como consecuencia dime del pecado, pero no hay ninguno que indique que
la existencia de esta antes de La Caída.
Es
de mucho interés y cuidado estas argumentaciones, y no debemos tomarlas a la
ligera, pues es innegable que la Escritura no enseña ni explicita ni
implícitamente la existencia de la muerte antes de la entrada del pecado. La
respuesta, pues, debe basarse en las concepciones que se tengan del significado
de “vida” y “muerte”, pues al partir de estos, podremos fijar una posición
clara de la existencia o no existencia de la ultima antes de la entrada del
pecado.
La Definición de la Vida y la Muerte: Una Posible Solución
Debo
partir que lo siguiente será un humilde intento para definir aspectos que no
siempre han sido los más fáciles de definir para las mentes más brillantes.
Presentar una definición de la vida y la muerte puede significar estar en
“caminos espinosos” debido a las complejidades y entramados filosóficos en los
que se puede recorrer para ello. Por tanto, se debe partir, al ser creyente,
desde la perspectiva de la Escritura como la máxima autoridad para la
definición de la vida y la muerte, lo que nos conllevaría a examinar en qué
sentido, o más precisamente, qué entiende o enseña la Escritura como “vida” o
“muerte”.
¿Qué es la vida?
Definir
el término “vida” es sumamente complejo por los muchos matices que el mismo
puede tener. Si hablamos de vida eterna no es lo mismo que hablar de vida
concerniente a la existencia. Así mismo, si tomamos la vida como la capacidad
de relacionarse y expresar alguna clase de emoción, no es lo mismo que usar el
término vida como comúnmente se entiende relacionado con los seres del reino
vegetal. A pesar de esto, con referencia al objeto de nuestro estudio, nos
limitaremos a presentar una definición del término en el sentido propiamente no
espiritual, por tanto, nuestra definición no abarcará aspectos relacionados con
la calidad de vida o demás que involucren el aspecto espiritual del hombre
El
diccionario Holman define la vida como “el
principio o fuerza considerado cualidad distintiva subyacente de los seres
animados … “Vida” se utiliza en la Biblia para describir la fuerza vivificante
tanto de los animales como los seres humanos” (Holman, 2008, p. 1625)
Esta
definición, aunque algo imprecisa, nos va acercando al concepto de que vida
implica, o tiene como característica, el manifestar alguna clase de movimiento,
empero, es preciso notar la palabra que la Escritura usa para “vida”: Nephesh
El
termino Nephesh se puede traducir como “ser vivo” o “alma” y suele transmitir
la idea de emociones, sentimientos y conciencia (Creation Ministries
International, 2014), esto indica que solo las criaturas “nephesh” son sujetas a muerte. Tanto los animales como los seres
humanos poseen esa calidad de vida. Muchas veces al término “nephesh” se
combina con contra palabra en la forma “nephesh
chayyah” dando una traducción de “criaturas vivas” al referirse a los
animales, y “alma viva” al referirse a los seres humanos (Creation Ministries
International, 2014).
También
es importante notar pasajes como Levítico 17:11 donde está escrito que la vida
de la carne está en la sangre. Es importante porque esto parece probar que no
todo animal tiene la clase de vida “nephesh” sino solo los vertebrados. Un
autor dijo: “La sangre es un indicador de
vida (en el sentido nephesh), y esto, lógicamente, se conecta con la forma en
que se tuvo que derramar sangre para el perdón de pecados” (Creation
Minitries International, 2014).
Dada
la información anterior, se puede concluir que no todo tipo de criatura se debe
considerar “viva” en el sentido bíblico “nephesh”, sino solamente los animales
vertebrados, tanto de la tierra, como del agua y el aire, así como los humanos.
Las plantas, arboles, e insectos no es probable que se tenga en cuenta como
“ser vivo” teniendo en cuenta que el término no es usado para referirse a estos
grupos, y tampoco poseen sangre. Vida, pues, podríamos indicar que es la fuerza
presente en todo animal vertebrado, y en los seres humanos, que les da las
fuerzas para movilizarse y existir. En el caso del ser humano, y algunos
animales, se extiende el término para indicar que son “almas vivientes” o
“criaturas vivientes” respectivamente, y así mismo, el que al ser humanos se le
indique como “alma” y no “criatura” da un término exclusivo especial que muy
posiblemente se relaciona con el aspecto moral, volitivo, y de conciencia.
¿Qué es la muerte?
La
vida y la muerte son presentadas como dos caras de una misma moneda, así, pues
si la vida es esa fuerza vivificante que existe en las criaturas nephesh, la
muerte sería la ausencia de esa misma fuerza. En el mismo sentido que tratamos
de definir el término “vida”, lo haremos ahora con el término “muerte”, por
tanto, la definición que procuraremos presentar del término estará limitado al
aspecto de la existencia y nada estará relacionado con los conceptos o
definiciones que se puedan dar involucrando el aspecto espiritual del hombre.
En el Antiguo Testamento se describe la muerte del hombre y los animales según
la apariencia externa, a base de la experiencia de que la vida se manifiesta en
el aliento (Bibliatodo, s.f.), en otras palabras, aunque similarmente a lo
expuesto anteriormente, la ausencia de ese “aliento de vida” es lo que
supondría o significaría la muerte.
No
está demás decir que en toda la Escritura solo se hace referencia a la muerte,
tanto física como espiritual, relacionándola como una consecuencia del pecado,
y no hay texto alguno que de indicio alguno de lo contrario. Debido a la
relación que tendría una definición de la muerte con la definición que se de a
la vida, basta con decir que la muerte es la terminación del accionar de la
fuerza vital, lo que impide el relacionarse, actuar o interactuar con los demás
seres de la creación.
Con
esta información podemos concluir lo siguiente: el argumento que se da sobre el
ciclo de la semilla del reino vegetal no es válido, o no sirve para sustentar
la existencia de la muerte antes de La Caída, debido a que las plantas ni
algunos animales invertebrados, como los insectos, pueden ser considerados
“vivos” en el sentido que la Escritura da para la vida, y el otro argumento que
se da, sobre la supuesta existencia de restos fósiles de animales en lo que
sería el cuerpo de otros animales, tampoco es un punto fuerte, toda vez que se
debe tener en cuenta el evento cataclismico que cambio todo: el diluvio; para
probar la existencia de la muerte basándose en ese argumento, se tendría que
demostrar que la fecha de la muerte de esos fósiles, antecede a la fecha del
diluvio, y ciertamente dicho argumento iría relacionándose más con los conceptos
ateistas y liberales de una tierra creada hace miles de millones de años.
¿Existe o no, la muerte antes de La Caída?
Sin
embargo, queda un asunto por atender: ¿Son, entonces, inmortales los animales?
El diccionario Holman da, en su definición de “Protección de animales, la
indicación de que solo los seres humanos son creados con “alma inmortal”
(Holman, 2008, p. 83), y así mismo, en la misma forma como no se menciona
ninguna clase de muerte separada del concepto de ser consecuencia de La Caída, tampoco
encontramos ningún registro escritural que relacione la Vida Eterna, o alguna
clase de inmortalidad, a otra criatura que no sea el hombre.
Ante
lo anterior alguien podría aducir que los animales fueron creados inmortales
como el hombre y que cuando este pecó, la maldición impuesta sobre la creación
supuso la terminación de la inmortalidad de los animales y que, a diferencia
del ser humano, estos ya no podrán evitarla; empero, decir tal cosa indicaría
la presencia de la muerte en el estado eterno, lo que significaría que el
postrer enemigo no fue vencido del todo, ni que la muerte fue echada al Hades
(1 Cor. 15:26; Ap. 20:14; 21:4).
Como
podemos ver, entonces, la falta de una referencia o relación directa tampoco
nos ayuda a llegar a una conclusión, pues en cada caso quedan algunas
incongruencias o faltantes, entonces, pues, nos encontramos ante algo en lo que
la Escritura no se centra, por tanto, la respuesta o conclusión a la que se
llegue, debe estar centrado en el mayor grupo de evidencia bíblica, pero
siempre recordando que no es posible dar un punto definitivo y total al asunto.
En este sentido, es preciso mirar más aun lo que dicen lo que sí dicen las
Escrituras.
Quienes
defienden la posición de la no existencia de la muerte antes de La Caída,
aducen a Génesis 3:14 para indicar que los animales fueron castigados con la
muerte solo desde allí, pero eso no es del todo cierto. Si se nota el texto,
Dios está imponiendo castigo es a la serpiente, algunos aducen a que las
palabras “maldita serás entre todas las
bestias” junto con las palabras “todos
los días de tu vida” nos muestran una inclusión de la muerte en todos los
animales, pero al contrario de esto, la distinción “entre todas las bestias” nos hace ver ya una diferenciación entre
la serpiente y los demás animales. En cuanto a las palabras “todos los días de tu vida” solo enseñan
la mortalidad de la criatura, y no enseña en ningún momento que la serpiente
fuese inmortal antes de la sentencia, de hecho, la impresión que deja el texto
es que la maldición se limita al hecho de tener que arrastrarse y comer polvo,
mostrando el limite de tiempo como algo natural. Otro aspecto que se suele
decir es que el hecho de que se le hable directamente a la serpiente y no a los
demás animales, no puede excluir a los segundos porque en el momento de
anunciar las consecuencias de la desobediencia antes de que cayeran (Gén. 2:17),
solo estaba Adán y no Eva; sin embargo, dicho argumento olvida que Adán era
cabeza federal de un pacto, por lo tanto él estaba ya representando tanto a la
mujer, como a los demás seres humanos, así estos aún no existieran, caso
contrario pasa con la serpiente, pues no hay indicación alguna de que esta sea
cabeza federal de pacto alguno donde representase a los demás animales.
Precisamente,
al analizar Génesis 2:17, debemos notar algo muy interesante. Dios crea al
hombre y los animales en el mismo día, sin embargo no entra en relación con los
animales sino solo con el hombre, entra en pacto con él, y es a él, y solo a
él, a quien da la sentencia de que moriría si desobedecía, lo cual nos deja con
una de estas opciones: o solo el hombre fue creado inmortal y por eso solo la
sentencia de la entrada de la muerte se da únicamente a él, o los animales
entraban en el pacto del cual Adán era cabeza federal. Esto último es muy poco
probable, casi imposible, ya que si fuese así, Cristo es la cabeza federal del
Nuevo Pacto, en donde nos representa a todos los que hacemos parte de la
Iglesia, y si Adán representó a los animales también, entonces sería justo y
necesario que Cristo representase también a algunos animales, ya que de lo
contrario no habría ningún animal en el estado eterno. Esto nos llevaría a
preguntarnos ¿cómo pasarían de “muerte a vida” los animales? ¿hay animales en
el estado intermedio esperando “la resurrección de su cuerpo”? Esto es
totalmente negado por las Escrituras, ya que las únicas referencias son
concernientes al hombre.
Alguno
podría aducir, finalmente, a Romanos 8:19-23 para decir que Adán sí era
representante federal de los animales, por ende, el pecado trajo la muerte a
los animales. Pero aparte de que el hecho de decir que un animal es inmortal es
igualarlo al hombre como creación especial de Dios, lo cual niega rotundamente
la Escritura, también debe notarse que la maldición de la creación, por causa
del pecado de Adán, no es de la misma forma que la maldición que reposa sobre
el genero humano, toda vez que, la maldición en el ser humano se centra a una
naturaleza corrupta que inclina a la persona a rebelarse contra Dios y pecar;
la creación, ni menos lo animales, pueden pecar por no tener una conciencia y
una voluntad a la cual se les pueda inculpar, la maldición, pues se limita a
que lo que producirá la tierra ya no será tan esplendoroso como lo era antes de
que el pecado entrara en el mundo.
Finalmente,
es importante analizar también Romanos 5:12, pues allí se dice que el pecado
entro en el mundo, como tal, y que por el pecado, la muerte; pero debe notarse
lo que continúa diciendo el texto: “… el
pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la
muerte PASÓ A TODOS LOS HOMBRES …” (énfasis añadido). Nótese, pues, que la
muerte pasa a todos los hombres debido a la maldición como consecuencia de la
caída de Adán, el texto no dice que la muerte pasó a “toda la creación” ni
menos a “todos los animales”. Sirva esto, pues, a menos de que se quiera decir
que los animales siguen siendo inmortales, suficiente prueba de que solo el
hombre fue creado como ser inmortal, y que cuando Adán pecó, tal inmortalidad
terminó, en el sentido físico, al menos durante un plazo de tiempo terrenal.
Conclusión
El
tema de la existencia o no existencia de algún tipo de muerte antes de La
Caída, es algo a lo que se debe llegar con reservas. La Escritura no es
totalmente puntual en el tema. No existe un texto claro donde se relacione la
existencia de algún tipo de muerte antes de la entrada del pecado en el mundo,
pero al mismo tiempo, no existe tampoco ningún indicio de inmortalidad más allá
del género humano.
El
ser humano es creado de manera más especial que el resto de los seres de la
creación, pues en él es colocado “aliento de vida”. La vida, según la
Escritura, es definida de una manera distinta a la concepción que el mundo
presenta, por tanto, “vida” propiamente como la describe la Escritura solo la
poseen gran parte de los integrantes del reino animal, y los seres humanos,
otras criaturas, como las plantas e insectos, no son considerados criaturas nephesh por lo que no se puede hablar de
“vida” en el sentido escritural.
Hablar
de animales carnívoros basándose netamente en los fósiles encontrados, puede
ser riesgoso, pues se debe demostrar que dichos fósiles datan de la época
anterior a la fijada para La Caída, y a menos que se tenga la convicción de una
“tierra antigua”, es muy poco probable poder hacerlo.
Por
otro lado, hablar de inmortalidad en los animales es equipararlos con el
hombre. Y el relato de Génesis nos muestra al hombre como superior y creado de
una manera distinta, pues es el único en que se detalla que tiene aliento de
vida. Tal inmortalidad animal nos crearía el problema de cómo sería posible que
los animales, que actualmente mueren, puedan recuperar tal inmortalidad
nuevamente; en el caso del hombre, él resucitará y pasará a ser juzgado para
enfrentar la muerte segunda, o ya pasar a vida eterna por haber creído en el
Evangelio, pero lo animales no son seres morales a los cuales se les pueda
inculpar, y por tanto menos eximir, de delito alguno, y la concepción de la
maldición de la tierra no es en el mismo sentido del hombre donde se hereda una
naturaleza corrupta que significa una inclinación a seguir pecando. Los
animales, pues, no pueden seguir pecando ni nunca han pecado porque no son
agentes morales
Cuando
Dios maldice a la serpiente hace una distinción entre ella y los demás
animales, lo cual, en lugar de mostrar que los demás animales se incluyeron en
la maldición, en realidad muestra la exclusividad de esas palabras limitándolas
netamente a la serpiente. El término todos
los días de tu vida no puede tomarse, tampoco, como señal para negar la
existencia de la muerte en los animales antes de La Caída, esas palabras solo
indican que la vida de la serpiente tiene un límite, pero no dan indicio alguno
que dicho límite fue impuesto en ese momento; aducir a tal cosa es hacer una
eiségesis al texto.
En
lugar de lo anterior, el texto de Romanos 5:12 nos enseña que la muerte paso a todos los hombres lo cual tiene
un sentido de singularidad que parece indicar la exclusividad del comienzo de
la muerte solo en el hombre..
El
asunto, pues, no es sencillo de puntualizar, por tanto, toda conclusión se debe
tomar con cautela y no de una manera tajante. Todo esto nos lleva a concluir
que, desde el comienzo mismo de la creación, es posible la existencia de alguna
especie o forma de muerte en el reino animal, pero la muerte agonizante y que
afecta al hombre, solo se introdujo cuando Adán pecó. Como la Escritura se
centra en la gloria de Dios en la redención del hombre, las referencias a “la
muerte” se hacen en el segundo sentido, más no en el primero; esta es la
“muerte no buena”, el postrer enemigo y la que será lanzada al lago de fuego
junto con el Hades. Sin embargo, teniendo en cuenta que es un tema poco estudiado, no se pretende ser dogmático, sino que, en aras de un estudio más profundo, se deja abierta, y se recomienda, el estudiar más a fondo, en un futuro, este mismo tema.
Oscar Andres Romero
Estudiante de Licenciatura en Teología
Seminario Reformado Latinoamericano
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