jueves, 11 de julio de 2019

El Dilema de la Muerte: ¿Es Inmortal Todo Ser Creado por Dios?

dilema de la muerte


Los temas escatológicos son excitantes en muchas maneras. Los seres humanos tenemos la tendencia de querer saber qué sucederá en el futuro, o cómo será la vida después de la muerte. Sumado a eso, quienes somos creyentes vivimos a la expectativa de que el Hijo de Dios, nuestro Señor, retorne para que nuestros cuerpos sean glorificados y podamos vivir con él eternamente y para siempre.


Es un hecho innegable, y en el que todos los creyentes, no importa su denominación, están todos de acuerdo: el asunto de que Cristo retornará por su Iglesia, y en dicho evento, recibiremos nuevos cuerpos y los muertos resucitarán; unos para una condenación eterna, y otros para vida eterna junto con Cristo. Pero estos últimos obtienen esa vida eterna porque Dios perdonó en Cristo los pecados de ellos. Antes de que un creyente se arrepienta de sus pecados y se entregue a Cristo, confiando en Él como Señor y Salvador, este se encontraba muerto en sus delitos y pecados y bajo una condenación heredada desde el primer hombre, Adán.

La cuestión, entonces, sobre cómo será el futuro del hombre, está ya muy discutida y plenamente estudiada, sin embargo, hay una cuestión que genera inquietud. ¿Qué hubiese sucedido si Adán no hubiese pecado? Esta pregunta puede abarcar muchas teorías, pero la que nos atañe en este articulo, es la de exponer si existe la posibilidad, o no, de la existencia de la muerte antes de la Caída, ya que la Escritura, en Romanos 5:12, nos enseña que la muerte entró por el pecado, sin embargo, causa curiosidad el aspecto de los seres creados distintos al hombre ¿fueron creados para ser eternos? ¿Morían de alguna manera antes de que entrara el pecado?

El propósito de este articulo será, precisamente, analizar dicho aspecto: si la muerte entró por el pecado ¿eso implica que todo ser creado no hubiese muerto si Adán no hubiese pecado? Para proceder en este punto, nos basaremos en el estudio de varios pasajes de las Escrituras, de algunos textos de teólogos cristianos, y las opiniones de algunos apologistas.


El Problema Planteado


Uno de los acontecimientos fundamentales para entender el cristianismo, el sacrificio de Cristo en la cruz, su importancia y necesidad, es indudablemente lo que las Escrituras nos narran en el libro de Génesis, capítulo 3. La Caída, como se le denomina a este evento, tiene una gran relevancia porque es la que nos enseña el porqué de la necesidad de un salvador, además de mostrarnos desde cuándo se prometió al hombre la salvación, y también el porqué toda la humanidad está condenada desde su nacimiento.

Los primeros tres capítulos del libro de Génesis nos narran la creación del hombre y su caída, o la entrada del pecado en el mundo. Génesis 1 nos narra que Dios todo lo creo bueno, en el segundo capítulo se nos detalla la creación del hombre y su comisión a gobernar la tierra bajo el gobierno de Dios, Adán, pues, pasó a ser el representante federal de un pacto con Dios, pacto que lamentablemente quebrantó al comer del fruto prohibido por Dios, hechos que se nos narran en el tercer capítulo del libro; aquí también se nos narran los respectivos castigos que Dios impuso a la serpiente, a la mujer, y al hombre, y el resultado en general: el pecado entró en el mundo y toda la creación se corrompió debido a la corrupción y transgresión de su representante. Con la entrada del pecado entra la muerte. Ya en el momento en que Dios estaba comisionando al hombre a gobernar la creación, les indicó que no podían comer del árbol de la ciencia del bien y al mal porque eso representaría que morirían (Gén. 2:17), y después de su pecado, en Génesis 2:19, se ratifica la sentencia anunciada, y en el capítulo 5 se nos presenta una genealogía en donde muchos teólogos indican que el énfasis de ella es la palabra “y murió”. La intención de ese énfasis es mostrar que la muerte no es algo natural en el ser humano, a pesar de lo que dos mil años de historia nos hayan hecho acostumbrar, el hecho de que se nos prometió una resurrección indica que la muerte física no será algo eterno, sino que es algo temporal; así pues, se concluye que el hombre fue creado para vivir eternamente, pero que debido a su pecado, la muerte se enseñoreó de él antes de la venida del Señor, y que, aunque ya no se enseñorea en los hijos de Dios, estoy siguen muriendo hasta la plena consumación del Reino de Dios.

La cuestión es qué hubiese sucedido si el hombre no hubiese pecado. En este asunto, el teólogo Anthony Hoekema, enseña que desde Adán se hubiese formado una cultura perfecta donde Adán sería una especia de “sumo patriarca” (Hoekema, 2005, p.125). Con esto podemos implicar un sentido de “inmortalidad” en el hombre, pero se ve una diferencia, por parte del mismo autor, en cuanto a los demás seres de la creación. En su libro “La Biblia y el Futuro” Hoekema (2008), concluye que:

“Parece bastante probable que debe haber habido muerte en el mundo animal y vegetal antes de que el hombre cayera en pecado … A menos que deseemos mantener que la naturaleza es hoy totalmente diferente de lo que era antes de La Caída, debemos admitir que con toda probabilidad había muerte en el mundo vegetal y animal antes de La Caída.” (p. 64-65)

En este caso particular vemos que se hace una distinción entre la vida animal y vegetal, y la vida humana. Aunque esta distinción pueda no ser muy vista, estudiada, común o popular en la actualidad, ciertamente no es algo novedosa o que fuese siempre impopular o desconocida, como pueda ser vista el día de hoy. El teólogo holandés de mediados del siglo XIX, Geerhardus Vos (2018), escribe:

“Inmortal puede significar lo que en el transcurso de las cosas establecidas por Dios no puede ser destruido, sino que conserva su ser. En este sentido, Adán era inmortal, todos los seres espirituales (más elevados que los animales) son inmortales, en todos los estados, ya que ninguno de ellos es abandonado por Dios a la destrucción.”

Otro autor, de mediados del siglo XX, John Stott (2007), escribe con respecto a la muerte animal y vegetal lo siguiente:

“Habiendo pensado acerca de la creación y la caída de Adán, estamos listos para averiguar acerca de su muerte. Adán … murió. ¿Por qué murió? ¿Cuál fue el origen de la muerte? ¿Estuvo presente desde el comienzo? Por cierto que la muerte vegetal sí … La muerte animal también existía, porque se han encontrado muchos fósiles de animales depredadores con la presa en el estómago.” (p. 183-184)

Y el mismo autor, haciendo una diferencia entre los seres humanos y los demás seres creados en el mundo, dice: “Ya hemos coincidido en que la muerte es un proceso natural en los reinos vegetal y animal. Pero no debemos pensar en los seres humanos meramente como animales más bien superiores, quienes por esa razón mueren como animales.” (Stott, 2007, p. 183-184).

Finalmente, el teólogo y reformador francés, Juan Calvino (2005), nos dice lo siguiente en su comentario a la epístola a los romanos:

“No quiere decir el apóstol que todas las criaturas deberán participar de la misma gloria con los hijos de Dios, sino que, según su naturaleza, les acompañarán también en el mundo, ahora caído y degenerado … El punto básico de la corrupción del mundo es la muerte, y hay gentes tan sagaces, o mejor, tan poco inteligentes y necias que preguntan si toda clase de bestias alcanzarán la inmortalidad.” (p. 213)

Sin embargo, los teólogos que tienen tal perspectiva sobre la existencia de la muerte antes de La Caída, concuerdan en que estás muertes se deban por la necesidad de alimentación, y en ninguna manera existía el sufrimiento. Ante la pregunta, por ejemplo, de si los animales eran originalmente inmortales, Geerhardus Vos (2018) concluye: “No, eso sería concluir demasiado. Pero sin duda la muerte con dolor, el gemido de la criatura (Rom. 8:20), entró por primera vez en la creación más adelante con el pecado. Y Stott basa su argumentación de la existencia de la muerte en el mundo vegetal de la siguiente manera: “Dios creo hierbas que den semilla … que den su fruto con semilla. Es decir, el ciclo de la floración, la fruta, la semilla, la muerte y la nueva vida, fue establecido todo en el orden creado.” (Stott, 2007, p. 183-184)

Según se puede evidenciar, entonces, existe la postura que dice lo siguiente en resumen: la vida humana es superior a la de los demás seres creados en la tierra, y esta vida es la única que era inmortal, en los demás pues, la muerte ya existía antes de la entrada del pecado en el mundo. Sin embargo, recientemente se ha popularizado una posición que niega tajantemente lo anteriormente expuesto

Las Objeciones


El movimiento del mundo teológico durante los siglos XIX y XX no fue poco. La critica textual apareció y con ellos los revisionistas, quienes comenzaron a estudiar los manuscritos antiguos de las Escrituras, además, junto con aparentes descubrimientos y otros movimientos en el mundo, dieron como origen a una forma nueva de ateísmo, y lo que es peor, a una forma de “cristianismo” que se asemeja mucho al ateísmo: el cristianismo liberal. Si bien desde épocas tan antiguas como el Antiguo Testamento, existían algunas clases de ateos (Salmos 14:1), estas reaparecieron con firmeza durante el periodo llamado como la ilustración, y más aún, durante las recientes épocas. Estos movimientos cuestionaron y negaron tajantemente muchas de las creencias bíblicas milenarias, entre ellas, la literalidad del libro de Génesis, especialmente los primeros doce capítulos, entre ellos, obviamente, los relatos de La Creación y La Caída, por ende, dicen ellos, la muerte es algo eterno, que ha existido desde el principio mismo del universo y algo normal y naturalmente presente en cada ser del planeta. Sus argumentos, la mayoría de las veces, tienen que ver con la edad que calculan del planeta, y la edad que le calculan a los fósiles que se han encontrado, los cuales la datan en números de miles de millones de años, lo que implicaría un tiempo mucho más antiguo que la aparición, incluso, del hombre.

Como respuesta a esto, algunos teólogos, medios de comunicación, entre otros, han realizado publicaciones donde aducen o defienden una posición negando la existencia de cualquier tipo de muerte antes de que el pecado entrase en el mundo a través de la transgresión de Adán.
El conferencista y escritor, Bodie Hodge, miembro del ministerio “Respuestas en Genesis” indica lo siguiente:

“Sabemos que los animales y los humanos no comían carne originalmente según Gén. 1:29,30. Así que, los carnívoros de hoy eran todos vegetarianos originalmente, lo cual indica que la muerte no era parte de la creación original. Las plantas no están vivas en el sentido bíblico de nephesh Chayyah, solo los humanos y los animales. Por tanto, que se haya comido plantas no quiere decir que la muerte existiera antes de la Caída.” (Hodge, 2016)

El diario digital español “Protestante Digital” toma una posición similar: “La muerte y sus consecuencias entraron en el cosmos a causa de la desobediencia de nuestros primeros padres. No hubo defunción alguna (ni animal ni humana) antes de la Caída …” (Protestante Digital, 2015)

Esta posición parece enfatizar el ver la muerte como un castigo por el pecado, por ende, no es algo “bueno”. Hodge de Respuestas en Génesis, comenta:

“Dios dio el mandamiento en Génesis 2:16,17 que el pecado sería castigado con muerte. Esto es significativo cuando vemos la amplia imagen de la muerte. Si la muerte de cualquier forma hubiera estado presente antes de la declaración de Dos en Génesis 1:31 que todas las cosas eran muy buenas, entonces la muerte sería muy buena también, por ende, no punible en lo absoluto” (Hodge, 2016)

Finalmente, la argumentación final reposa en que son muchos los textos que hablan de la muerte como consecuencia dime del pecado, pero no hay ninguno que indique que la existencia de esta antes de La Caída.

Es de mucho interés y cuidado estas argumentaciones, y no debemos tomarlas a la ligera, pues es innegable que la Escritura no enseña ni explicita ni implícitamente la existencia de la muerte antes de la entrada del pecado. La respuesta, pues, debe basarse en las concepciones que se tengan del significado de “vida” y “muerte”, pues al partir de estos, podremos fijar una posición clara de la existencia o no existencia de la ultima antes de la entrada del pecado.

La Definición de la Vida y la Muerte: Una Posible Solución


Debo partir que lo siguiente será un humilde intento para definir aspectos que no siempre han sido los más fáciles de definir para las mentes más brillantes. Presentar una definición de la vida y la muerte puede significar estar en “caminos espinosos” debido a las complejidades y entramados filosóficos en los que se puede recorrer para ello. Por tanto, se debe partir, al ser creyente, desde la perspectiva de la Escritura como la máxima autoridad para la definición de la vida y la muerte, lo que nos conllevaría a examinar en qué sentido, o más precisamente, qué entiende o enseña la Escritura como “vida” o “muerte”.

¿Qué es la vida?


Definir el término “vida” es sumamente complejo por los muchos matices que el mismo puede tener. Si hablamos de vida eterna no es lo mismo que hablar de vida concerniente a la existencia. Así mismo, si tomamos la vida como la capacidad de relacionarse y expresar alguna clase de emoción, no es lo mismo que usar el término vida como comúnmente se entiende relacionado con los seres del reino vegetal. A pesar de esto, con referencia al objeto de nuestro estudio, nos limitaremos a presentar una definición del término en el sentido propiamente no espiritual, por tanto, nuestra definición no abarcará aspectos relacionados con la calidad de vida o demás que involucren el aspecto espiritual del hombre

El diccionario Holman define la vida como “el principio o fuerza considerado cualidad distintiva subyacente de los seres animados … “Vida” se utiliza en la Biblia para describir la fuerza vivificante tanto de los animales como los seres humanos” (Holman, 2008, p. 1625)

Esta definición, aunque algo imprecisa, nos va acercando al concepto de que vida implica, o tiene como característica, el manifestar alguna clase de movimiento, empero, es preciso notar la palabra que la Escritura usa para “vida”: Nephesh

El termino Nephesh se puede traducir como “ser vivo” o “alma” y suele transmitir la idea de emociones, sentimientos y conciencia (Creation Ministries International, 2014), esto indica que solo las criaturas “nephesh” son sujetas a muerte. Tanto los animales como los seres humanos poseen esa calidad de vida. Muchas veces al término “nephesh” se combina con contra palabra en la forma “nephesh chayyah” dando una traducción de “criaturas vivas” al referirse a los animales, y “alma viva” al referirse a los seres humanos (Creation Ministries International, 2014).

También es importante notar pasajes como Levítico 17:11 donde está escrito que la vida de la carne está en la sangre. Es importante porque esto parece probar que no todo animal tiene la clase de vida “nephesh” sino solo los vertebrados. Un autor dijo: “La sangre es un indicador de vida (en el sentido nephesh), y esto, lógicamente, se conecta con la forma en que se tuvo que derramar sangre para el perdón de pecados” (Creation Minitries International, 2014).

Dada la información anterior, se puede concluir que no todo tipo de criatura se debe considerar “viva” en el sentido bíblico “nephesh”, sino solamente los animales vertebrados, tanto de la tierra, como del agua y el aire, así como los humanos. Las plantas, arboles, e insectos no es probable que se tenga en cuenta como “ser vivo” teniendo en cuenta que el término no es usado para referirse a estos grupos, y tampoco poseen sangre. Vida, pues, podríamos indicar que es la fuerza presente en todo animal vertebrado, y en los seres humanos, que les da las fuerzas para movilizarse y existir. En el caso del ser humano, y algunos animales, se extiende el término para indicar que son “almas vivientes” o “criaturas vivientes” respectivamente, y así mismo, el que al ser humanos se le indique como “alma” y no “criatura” da un término exclusivo especial que muy posiblemente se relaciona con el aspecto moral, volitivo, y de conciencia.

¿Qué es la muerte?


La vida y la muerte son presentadas como dos caras de una misma moneda, así, pues si la vida es esa fuerza vivificante que existe en las criaturas nephesh, la muerte sería la ausencia de esa misma fuerza. En el mismo sentido que tratamos de definir el término “vida”, lo haremos ahora con el término “muerte”, por tanto, la definición que procuraremos presentar del término estará limitado al aspecto de la existencia y nada estará relacionado con los conceptos o definiciones que se puedan dar involucrando el aspecto espiritual del hombre. En el Antiguo Testamento se describe la muerte del hombre y los animales según la apariencia externa, a base de la experiencia de que la vida se manifiesta en el aliento (Bibliatodo, s.f.), en otras palabras, aunque similarmente a lo expuesto anteriormente, la ausencia de ese “aliento de vida” es lo que supondría o significaría la muerte.

No está demás decir que en toda la Escritura solo se hace referencia a la muerte, tanto física como espiritual, relacionándola como una consecuencia del pecado, y no hay texto alguno que de indicio alguno de lo contrario. Debido a la relación que tendría una definición de la muerte con la definición que se de a la vida, basta con decir que la muerte es la terminación del accionar de la fuerza vital, lo que impide el relacionarse, actuar o interactuar con los demás seres de la creación.

Con esta información podemos concluir lo siguiente: el argumento que se da sobre el ciclo de la semilla del reino vegetal no es válido, o no sirve para sustentar la existencia de la muerte antes de La Caída, debido a que las plantas ni algunos animales invertebrados, como los insectos, pueden ser considerados “vivos” en el sentido que la Escritura da para la vida, y el otro argumento que se da, sobre la supuesta existencia de restos fósiles de animales en lo que sería el cuerpo de otros animales, tampoco es un punto fuerte, toda vez que se debe tener en cuenta el evento cataclismico que cambio todo: el diluvio; para probar la existencia de la muerte basándose en ese argumento, se tendría que demostrar que la fecha de la muerte de esos fósiles, antecede a la fecha del diluvio, y ciertamente dicho argumento iría relacionándose más con los conceptos ateistas y liberales de una tierra creada hace miles de millones de años.

¿Existe o no, la muerte antes de La Caída?


Sin embargo, queda un asunto por atender: ¿Son, entonces, inmortales los animales? El diccionario Holman da, en su definición de “Protección de animales, la indicación de que solo los seres humanos son creados con “alma inmortal” (Holman, 2008, p. 83), y así mismo, en la misma forma como no se menciona ninguna clase de muerte separada del concepto de ser consecuencia de La Caída, tampoco encontramos ningún registro escritural que relacione la Vida Eterna, o alguna clase de inmortalidad, a otra criatura que no sea el hombre.

Ante lo anterior alguien podría aducir que los animales fueron creados inmortales como el hombre y que cuando este pecó, la maldición impuesta sobre la creación supuso la terminación de la inmortalidad de los animales y que, a diferencia del ser humano, estos ya no podrán evitarla; empero, decir tal cosa indicaría la presencia de la muerte en el estado eterno, lo que significaría que el postrer enemigo no fue vencido del todo, ni que la muerte fue echada al Hades (1 Cor. 15:26; Ap. 20:14; 21:4).

Como podemos ver, entonces, la falta de una referencia o relación directa tampoco nos ayuda a llegar a una conclusión, pues en cada caso quedan algunas incongruencias o faltantes, entonces, pues, nos encontramos ante algo en lo que la Escritura no se centra, por tanto, la respuesta o conclusión a la que se llegue, debe estar centrado en el mayor grupo de evidencia bíblica, pero siempre recordando que no es posible dar un punto definitivo y total al asunto. En este sentido, es preciso mirar más aun lo que dicen lo que sí dicen las Escrituras.

Quienes defienden la posición de la no existencia de la muerte antes de La Caída, aducen a Génesis 3:14 para indicar que los animales fueron castigados con la muerte solo desde allí, pero eso no es del todo cierto. Si se nota el texto, Dios está imponiendo castigo es a la serpiente, algunos aducen a que las palabras “maldita serás entre todas las bestias” junto con las palabras “todos los días de tu vida” nos muestran una inclusión de la muerte en todos los animales, pero al contrario de esto, la distinción “entre todas las bestias” nos hace ver ya una diferenciación entre la serpiente y los demás animales. En cuanto a las palabras “todos los días de tu vida” solo enseñan la mortalidad de la criatura, y no enseña en ningún momento que la serpiente fuese inmortal antes de la sentencia, de hecho, la impresión que deja el texto es que la maldición se limita al hecho de tener que arrastrarse y comer polvo, mostrando el limite de tiempo como algo natural. Otro aspecto que se suele decir es que el hecho de que se le hable directamente a la serpiente y no a los demás animales, no puede excluir a los segundos porque en el momento de anunciar las consecuencias de la desobediencia antes de que cayeran (Gén. 2:17), solo estaba Adán y no Eva; sin embargo, dicho argumento olvida que Adán era cabeza federal de un pacto, por lo tanto él estaba ya representando tanto a la mujer, como a los demás seres humanos, así estos aún no existieran, caso contrario pasa con la serpiente, pues no hay indicación alguna de que esta sea cabeza federal de pacto alguno donde representase a los demás animales.

Precisamente, al analizar Génesis 2:17, debemos notar algo muy interesante. Dios crea al hombre y los animales en el mismo día, sin embargo no entra en relación con los animales sino solo con el hombre, entra en pacto con él, y es a él, y solo a él, a quien da la sentencia de que moriría si desobedecía, lo cual nos deja con una de estas opciones: o solo el hombre fue creado inmortal y por eso solo la sentencia de la entrada de la muerte se da únicamente a él, o los animales entraban en el pacto del cual Adán era cabeza federal. Esto último es muy poco probable, casi imposible, ya que si fuese así, Cristo es la cabeza federal del Nuevo Pacto, en donde nos representa a todos los que hacemos parte de la Iglesia, y si Adán representó a los animales también, entonces sería justo y necesario que Cristo representase también a algunos animales, ya que de lo contrario no habría ningún animal en el estado eterno. Esto nos llevaría a preguntarnos ¿cómo pasarían de “muerte a vida” los animales? ¿hay animales en el estado intermedio esperando “la resurrección de su cuerpo”? Esto es totalmente negado por las Escrituras, ya que las únicas referencias son concernientes al hombre.

Alguno podría aducir, finalmente, a Romanos 8:19-23 para decir que Adán sí era representante federal de los animales, por ende, el pecado trajo la muerte a los animales. Pero aparte de que el hecho de decir que un animal es inmortal es igualarlo al hombre como creación especial de Dios, lo cual niega rotundamente la Escritura, también debe notarse que la maldición de la creación, por causa del pecado de Adán, no es de la misma forma que la maldición que reposa sobre el genero humano, toda vez que, la maldición en el ser humano se centra a una naturaleza corrupta que inclina a la persona a rebelarse contra Dios y pecar; la creación, ni menos lo animales, pueden pecar por no tener una conciencia y una voluntad a la cual se les pueda inculpar, la maldición, pues se limita a que lo que producirá la tierra ya no será tan esplendoroso como lo era antes de que el pecado entrara en el mundo.

Finalmente, es importante analizar también Romanos 5:12, pues allí se dice que el pecado entro en el mundo, como tal, y que por el pecado, la muerte; pero debe notarse lo que continúa diciendo el texto: “… el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte PASÓ A TODOS LOS HOMBRES …” (énfasis añadido). Nótese, pues, que la muerte pasa a todos los hombres debido a la maldición como consecuencia de la caída de Adán, el texto no dice que la muerte pasó a “toda la creación” ni menos a “todos los animales”. Sirva esto, pues, a menos de que se quiera decir que los animales siguen siendo inmortales, suficiente prueba de que solo el hombre fue creado como ser inmortal, y que cuando Adán pecó, tal inmortalidad terminó, en el sentido físico, al menos durante un plazo de tiempo terrenal.

Conclusión


El tema de la existencia o no existencia de algún tipo de muerte antes de La Caída, es algo a lo que se debe llegar con reservas. La Escritura no es totalmente puntual en el tema. No existe un texto claro donde se relacione la existencia de algún tipo de muerte antes de la entrada del pecado en el mundo, pero al mismo tiempo, no existe tampoco ningún indicio de inmortalidad más allá del género humano.

El ser humano es creado de manera más especial que el resto de los seres de la creación, pues en él es colocado “aliento de vida”. La vida, según la Escritura, es definida de una manera distinta a la concepción que el mundo presenta, por tanto, “vida” propiamente como la describe la Escritura solo la poseen gran parte de los integrantes del reino animal, y los seres humanos, otras criaturas, como las plantas e insectos, no son considerados criaturas nephesh por lo que no se puede hablar de “vida” en el sentido escritural.

Hablar de animales carnívoros basándose netamente en los fósiles encontrados, puede ser riesgoso, pues se debe demostrar que dichos fósiles datan de la época anterior a la fijada para La Caída, y a menos que se tenga la convicción de una “tierra antigua”, es muy poco probable poder hacerlo.

Por otro lado, hablar de inmortalidad en los animales es equipararlos con el hombre. Y el relato de Génesis nos muestra al hombre como superior y creado de una manera distinta, pues es el único en que se detalla que tiene aliento de vida. Tal inmortalidad animal nos crearía el problema de cómo sería posible que los animales, que actualmente mueren, puedan recuperar tal inmortalidad nuevamente; en el caso del hombre, él resucitará y pasará a ser juzgado para enfrentar la muerte segunda, o ya pasar a vida eterna por haber creído en el Evangelio, pero lo animales no son seres morales a los cuales se les pueda inculpar, y por tanto menos eximir, de delito alguno, y la concepción de la maldición de la tierra no es en el mismo sentido del hombre donde se hereda una naturaleza corrupta que significa una inclinación a seguir pecando. Los animales, pues, no pueden seguir pecando ni nunca han pecado porque no son agentes morales

Cuando Dios maldice a la serpiente hace una distinción entre ella y los demás animales, lo cual, en lugar de mostrar que los demás animales se incluyeron en la maldición, en realidad muestra la exclusividad de esas palabras limitándolas netamente a la serpiente. El término todos los días de tu vida no puede tomarse, tampoco, como señal para negar la existencia de la muerte en los animales antes de La Caída, esas palabras solo indican que la vida de la serpiente tiene un límite, pero no dan indicio alguno que dicho límite fue impuesto en ese momento; aducir a tal cosa es hacer una eiségesis al texto.

En lugar de lo anterior, el texto de Romanos 5:12 nos enseña que la muerte paso a todos los hombres lo cual tiene un sentido de singularidad que parece indicar la exclusividad del comienzo de la muerte solo en el hombre..

El asunto, pues, no es sencillo de puntualizar, por tanto, toda conclusión se debe tomar con cautela y no de una manera tajante. Todo esto nos lleva a concluir que, desde el comienzo mismo de la creación, es posible la existencia de alguna especie o forma de muerte en el reino animal, pero la muerte agonizante y que afecta al hombre, solo se introdujo cuando Adán pecó. Como la Escritura se centra en la gloria de Dios en la redención del hombre, las referencias a “la muerte” se hacen en el segundo sentido, más no en el primero; esta es la “muerte no buena”, el postrer enemigo y la que será lanzada al lago de fuego junto con el Hades. Sin embargo, teniendo en cuenta que es un tema poco estudiado, no se pretende ser dogmático, sino que, en aras de un estudio más profundo, se deja abierta, y se recomienda, el estudiar más a fondo, en un futuro, este mismo tema.


Oscar Andres Romero
Estudiante de Licenciatura en Teología
Seminario Reformado Latinoamericano




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