miércoles, 18 de mayo de 2016

La Oscuridad de la Pornografía y la Esperanza del EVANGELIO

Pornografia

La Oscuridad de la Pornografía y la Esperanza del Evangelio


La revista TIME ha publicado uno de los más tristes y horripilantes temas de portada que he leído. No es tan horripilante como la matanza de la guerra sino como la de una cultura que se está suicidando a cámara lenta: la calamidad de una civilización a una escala nunca antes vista. 

El título del artículo es “La Pornografía y la Amenaza a la Virilidad” por Belinda Luscombe, no lo estoy citando aquí porque simplemente la portada de la revista e incluso una de sus imágenes dentro del mismo artículo es demasiado explicita para compartir. De hecho, el mismo artículo es en sí bastante explícito y definitivamente inseguro e inapropiado.

Habiendo dicho esto, este artículo es leído con total tranquilidad en un uso moderno de la pornografía entre hombres que aparenta no conocer la crisis que narra en esta civilización.

En el corazón del artículo está la disputa sobre la respuesta negativa en contra del uso virtual y excesivo de la pornografía que hombres jóvenes le han dado a lo largo de su adolescencia y adultez. Luscombe escribe:


“Un creciente número de hombres jóvenes están convencidos de que sus reacciones sexuales han sido saboteadas gracias a que sus cerebros navegaron virtualmente en la pornografía durante su adolescencia. Su generación ha consumido contenido explícito pornográfico en cantidades y variedades nunca antes posibles en dispositivos diseñados a emitir contenido rápida y privadamente, todos en una edad de flexibilidad cerebral en la que eran más propensos al cambio permanente que en su vida posterior. Estos hombres jóvenes se sienten como inconscientes conejillos de indias en un vasto, no monitoreado y largo experimento de década en condicionamiento sexual".


El resto del artículo de Luscombe recuenta lo que estos hombres jóvenes habían estado consumiendo por los últimos diez años y cuáles fueron los resultados hallados en sus relaciones de adultez con mujeres reales. Ellos solo pueden responder a la pornografía. De hecho, la prefieren.

Pero es precisamente aquí donde la imagen se pone verdaderamente oscura, la pornografía ha sido un extendido habito en sus vidas por la mejor parte de una década. Dos fechas son importantes para recordar en esta discusión son: en el 2007, el internet a banda ancha alcanzó más del 50% de las familias americanas y en el 2013, la posesión del teléfono inteligente excedió el 50% de la población. Esto significa que en algún punto alrededor del 2007, más americanos que no tenían acceso simplemente a imágenes ahora lo tenían a videos gratuitos de personas sosteniendo actos sexuales. Para el 2013, más americanos tenían acceso a videos pornográficos en cualquier momento y lugar a través de sus celulares.

La edad promedio en la que un joven encuentra por primera vez contenido pornográfico es entre 11 y 13 años. Esto significa que incontables hombres jóvenes han invertido la mejor parte de la última década accediendo a la pornografía. Para muchos de ellos, todo lo que han aprendido del sexo ha venido de la pornografía. Sus preferencias sexuales han sido formadas por este contenido.

¿Y qué de este contenido? No es un accidente que la revista Playboy haya dejado de publicar imágenes de mujeres desnudas el año pasado. Ya no hay más mercado para eso y no se debe a los nuevos métodos para distribuir información en internet sino a que estos hombres no están interesados en simples imágenes de mujeres desnudas, sus gustos son mucho más oscuros y pervertidos. De hecho, no me siento capaz de compartir la información que Luscombe reporta en este artículo.

Basta con decir que las normas de Levítico 18 han sido invertidas para aquellos que se han impregnado de pornografía. Todo lo prohibido en Levítico 18 es normal para una incontable cantidad de hombres jóvenes que han estado navegando en la pornografía por la última década.

Sin embargo, uno de los más notables aspectos del artículo de Luscombe es la completa ausencia de un marco moral. La gran pregunta no es si alguien debería usar la pornografía o no, la gran pregunta es si el uso o no de la pornografía es una “crisis de salud pública”. En otras palabras, el problema principal de la pornografía no es moral o espiritual, sino que mantiene al hombre fornicando con muchas mujeres. Este es el porqué del título “La Pornografía y la Amenaza a la Virilidad”.

Este artículo es la más reciente evidencia de nuestra decreciente habilidad para hablar del sexo en términos morales. Estamos en un sitio en nuestra cultura en el que la moralidad sexual ha sido reducida al consentimiento. Nuestra sociedad ha abrazado una total licencia sexual. Si alguien sugiere alguna otra norma moral por encima del consentimiento es considerado como puritano y retrogrado. Y es ahí el porqué del artículo de Luscombe- aún después de narrar las devastadoras consecuencias del uso de la pornografía- no puede traer por sí mismo condenación a la pornografía como un mal moral y esa es la razón de lo triste del artículo. Pues documenta un problema real en nuestra cultura, pero tiene poco por ofrecer como remedio.

No estoy siendo exagerado cuando llamo al uso de la pornografía calamidad civil. La revolución sexual nos prometió más sexo y más placer. De hecho, nos ha llevado a ser una generación de hombres que piensa en las mujeres como objetos para ser usados y abusados para el placer sexual, no nos ha dado hombres que conozcan sobre la virtud y el honor; no enseña a los hombres a perseguir su propio gozo en un auto sacrificio de amor y fidelidad sexual a una mujer para toda la vida. Enseñan a los hombres jóvenes a usar a las mujeres para el sexo y luego desecharlas cuando se vuelven poco sensuales o atractivas. Esto significa que nos ha dado una generación de hombres jóvenes completamente des preparados para el matrimonio y la paternidad.

Lo anterior no significa solamente que muchos hombres jóvenes no estén preparados para el matrimonio. De hecho, no están preparados para la cena ni para una película. Sembraron viento y torbellino segarán- especialmente nuestras hijas que son menos propensas a encontrar un hombre que no haya sido corrompido por esto.

Como cristiano y pastor, siento todo el peso de este problema. Sé que el uso de la pornografía es el reto pastoral que define nuestra generación. Esta ruptura está alrededor nuestro y entre nosotros pues es la gran carga de muchos hombres sentados en las bancas de nuestras iglesias. No sé si haya otro problema que haya subvertido más la hombría y el matrimonio que la pornografía. Nos está matando.

El artículo de TIME cierra con estas conmovedoras palabras de un usuario de la pornografía a lo largo de toda su vida:

Cuando pienso al respecto, he perdido años de mi vida mirando al computador o celular para proveerle a algo que no es capaz de proveer nada.

Él está en lo cierto, la pornografía no puede dar lo que promete pues es como las delicias turcas que la Bruja Blanca usa para persuadir a Edmund: saben bien por un momento, pero dejan al joven vacío y hambriento pues no le entrega gozo sino

descontento y hambre que no pueden ser jamás saciadas. Si sigues yendo por más, te terminará matando finalmente.

La única forma de contrarrestar la oscuridad es con la luz de la verdad. No estamos hechos para el sexo ilícito, fuimos hechos para Dios. De ahí el por qué tanta gente está buscando en el sexo ilícito el placer que nunca van a encontrar. No importa cuán profundo se cave en el agujero de la pornografía, nunca se va a encontrar nada, solo te convertirás en el cascarón de lo que Dios te hizo. Siguiendo la oscuridad, te convertirás en oscuridad.

La única forma de salir de este problema es dándose cuenta de que Dios nos hizo y creó la sexualidad con un propósito. Dios nos hizo para El, para conocerlo y para ser conocidos por El. Él quiere que veamos que la única forma de pensar correctamente en la pornografía es dentro del universo moral que El mismo ha creado. Lo anterior significa que solamente podemos comprender a la pornografía como un gran mal que únicamente el poder del evangelio puede romper.

Jesucristo vino al mundo a salvar pecadores incluyendo a los esclavos de la pornografía. El ofrece perdón a pecadores mediante su muerte sacrificial en la cruz, vida eterna mediante su propia resurrección de los muertos y poder sobre la pornografía mediante su habitante Espíritu. Donde su poder prevalece, la pornografía debe huir. Esta es la renovación espiritual y moral que necesitamos desesperadamente y es por la que estoy orando que suceda en cada persona que esté leyendo esto.


Denny Burk
Traducido por: Aranza Erazo
Revisión: Anthony Molina

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