martes, 16 de marzo de 2021

¿Qué Es Lo Que Creemos?

 


En la semana en que escribía este artículo, vi un post en las redes sociales en las que el autor se quejaba porque veía muchas discusiones sobre soteriología, escatología, bibliología, etc, pero que no veía ninguna discusión sobre cómo hacer el bien al prójimo. Aparte de esto, uno de los comentarios que le hacían era de una persona quejándose porque era discutir sobre “mucha doctrina” sin ningún “poder transformador”. Ante esta situación, se puede evidenciar la falsa dicotomía que existe en muchos creyentes al pensar que el accionar del creyente está apartado de la doctrina, creencias, o convicciones que se tengan. Contrario a eso, el ser humano es uno que piensa y acciona con base a convicciones, las mismas que son formadas por las creencias que se tengan, y todo esto da como resultado toda una forma de ver la vida; su cosmovisión, por ende, según sean tus creencias, serán tus convicciones y así mismo, tu actuar.

De acuerdo con lo anterior, el cristiano, si hace uso legitimo de ese apelativo, es un seguidor de Cristo, es decir, uno que sigue en obediencia a lo que Dios ha dicho en su Palabra, por ende, su cosmovisión debe centrarse en lo que Dios nos dice en su Santa Palabra, sus convicciones deben estar según a lo que conoce de la Escritura, y su conocimiento, es el conocimiento doctrinal.

La doctrina cristiana es el conjunto de enseñanzas de la fe, que articulan según lo que la escritura dice desde Génesis hasta Apocalipsis. Muchos piensan que esto es solamente conocimiento teórico, pero la verdad es que la doctrina es parte fundamental de la vida en santidad del creyente, pues es la única forma de tener un conocimiento correcto de Dios y su voluntad revelada; es obligación del creyente, pues, que tenga el conocimiento ortodoxo de la misma.

De esto se trata el siguiente artículo. Este será un conjunto, muy básico y resumido por el tema de espacio, del cuerpo doctrinal básico de la cristiandad, lo que se denomina como “teología sistemática”. Pasaremos desde la doctrina de las Escrituras (bibliología), hasta la doctrina de los últimos tiempos (escatología), donde se mencionará los aspectos básicos de la comprensión de dichas doctrinas. 

BIBLIOLOGÍA

La Biblia es la palabra inspirada por Dios. 2 Timoteo 3:16 nos habla de que toda la Escritura es inspirada por Dios; en los tiempos en que el apóstol Pablo escribió dichas palabras, se refería al canon del Antiguo Testamento, pero el apóstol Pedro luego equipara algunos textos del apóstol Pablo como en igualdad al Antiguo Testamento (2 Pe. 3:15-16), dándonos a entender que también los textos del Nuevo Testamento son de inspiración divina.

La palabra “inspirada” viene del vocablo griego “Theopneutos” que nos indica que Dios la “exhaló”, y traduce literalmente “Dios habló” (Repuestas en Génesis, 2015). Con el término “Inspiración” se aduce a que Dios es el autor primario y primordial de las Escrituras, si bien esta fue escrita por 40 autores distintos de distintas épocas, lo que ellos escribieron y que quedó registrado en la Biblia, fue Dios el que, sin violar sus voluntades, deseos, pensamientos, propósitos y circunstancias, les llevó a escribir lo que finalmente ellos escribieron, por tanto, en últimas, las palabras registradas en la Escritura son de inspiración divina, son las palabra de Dios mismo transmitidas por vehículos humanos. De la inspiración de la Escritura por Dios, es decir, debido a que toda la Biblia tiene como autor primario y primordial a Dios mismo, se derivan las cuatro características de la Escritura: Autoridad, Inerrancia, Claridad y Suficiencia

Autoridad

La autoridad de las Escrituras hace referencia a que estas, por ser la Palabra de Dios mismo, son la máxima regla de fe y conducta del creyente. Todo pensamiento, convicción y creencia de este debe estar acorde, y no contradecir, lo que dice la Escritura, pues ir en contra de lo que dice la Biblia es ir en contra de lo que dice Dios, ergo, es ir en contra de Dios mismo. De este ítem se desprende la autoridad de los mensajes bíblicos. En el Antiguo Testamento desobedecer a un profeta enviado por Dios que hubiese dado un mensaje u orden divina, era desobedecer a Dios mismo, en el Nuevo Testamento, desobedecer a la doctrina apostólica era estar fuera de Cristo (Gál. 1:6-9; 1 Jn. 2:19); esto era así porque tanto los profetas en el Antiguo Testamento, como los apóstoles en el Nuevo, eran los mensajeros de Dios, los que anunciaban la verdad revelada de Dios. Hoy en día esa labor es del pastor-maestro, pues cuando él expone la Escritura, está fungiendo una labor profética al exponer el mensaje de Dios, sin embargo, el pastor debe cuidarse y ser muy responsable en su tarea, pues torcer lo que dice la Escritura es distorsionar el mensaje de Dios, acción típica del falso profeta.

Claridad e Inerrancia

Con claridad de las Escrituras, se hace referencia en que la Escritura es lo suficientemente clara para que su mensaje básico pueda ser comprendido por absolutamente todos, incluso un niño con la edad y madurez de su conciencia plena. Esto, por ningún motivo, debe dar a entender que la Biblia no tiene partes que sean más difíciles de comprender que otras, sino que, en su sentida más básico, tiene una comprensión totalmente clara. Junto a esto viene el concepto de inerrancia, lo cual es una indicación de que los escritos originales no guardan ningún error ni incoherencia, pues su inspiración viene de aquel que no comete errores. 

Suficiencia

Con lo anterior, se deduce que la Biblia es lo único necesario, o suficiente, para el crecimiento en santidad del creyente. Este no necesita más revelaciones u otras enseñanzas más que las expresadas en las Escrituras para su avance en el Reino de Dios. 2 Timoteo 3:16,17 liga la inspiración de las Escrituras con su utilidad para la enseñanza y corrección del creyente “a fin de que … sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra”.

El Canón

Junto a todo esto viene la controversia sobre el canón de las Escrituras. Debido a que en el primer siglo eran muchos los escritos que se leían en las Iglesias, muchos de ellos haciéndose pasar por escritos apostólicos, y dado que el hereje Marción había presentado una compilación, según su criterio, de lo que sería la Palabra divina, la Iglesia se vio en la obligación de hacer una compilación similar. Dado esto, la iglesia romana bajo el mando del papa, ha enseñado y popularizado la idea de que la Biblia, su canón, fue creado por la iglesia, sin embargo, al notar la historia de la iglesia, aparte de que el hecho de que Marción juntara su composición daba a entender la idea general de ese tiempo de un canón doctrinal, también está que muchas iglesias tenían ya común acuerdo sobre algunos libros que creían eran palabra de Dios mismo, la iglesia, pues, no creo el canón sino que lo reconoció y promulgó.

El criterio para formar el canón es que sus escritos fueran directamente dados por los apóstoles o por alguna persona que haya estado junto a alguno de ellos, además de que no contradijera el mensaje apostólico. Esto fue con respecto a la creación del canón del Nuevo Testamento, pues la iglesia aceptó el canón judío del Antiguo Testamento debido a que a ellos fue dada esa revelación y palabra. 

TEOLOGÍA PROPIA

La teología propia es la relacionada a todo lo concerniente propiamente con la Deidad. Por términos de espacio son basaremos en aspectos básicos de su cognoscibilidad, si triple unidad, atributos y su creación.

Cognoscibilidad

Este termino hace referencia a nuestro conocimiento de Dios. En lo personal, para evitar confusiones, prefiero este termino al de “incomprensibilidad de Dios”, pues lo que se busca explicar no es que no podamos conocer nada de Dios, sino que nuestro conocimiento de la Deidad está basado y supeditado únicamente a lo que Él nos ha revelado en su Palabra. Dios es un ser infinito, con conocimiento infinito y eterno, Él no tiene ni principio ni final; por el contrario, nosotros como finitos y mortales, lo que en palabra de R.C. Sproul diríamos “lo finito no puede aprehender (contener) a lo infinito”, (Sproul, 1996) es debido a esto que, en un aspecto, Dios es incomprensible para nosotros, sin embargo, Él nos “ha balbuceado” sus palabras para que podamos conocer algunos aspectos de su ser, y lo que nos ha revelado es suficiente para nuestra salvación, perfeccionamiento, y adoración a Dios

La Triple Unidad de Dios

La doctrina de la trinidad es una de las más controversiales en toda la época del cristianismo, y su principal y más famoso opositor fue Arrio; hoy en día tiene sus representantes en los Testigos de Jehová.

La Trinidad de Dios no es una referencia a que hay tres dioses (triteismo) ni ha que Dios se ha manifestado en tres formas distintas en las épocas (modalismo), sino que habla de que Dios, es uno en esencia y tres en subsistencia. La Escritura nos habla de que tanto el Padre, como el Hijo, y el Espíritu Santo, son tres subsistencias de la Deidad, cada una diferente a la otra pero que son un solo Dios. El Padre es igual en honor, gloria y autoridad al Hijo y al Espíritu, El Hijo es igual al Padre y al Espíritu en honor, gloria y autoridad, y el Espíritu es igual en honor, gloria y autoridad al Padre y al Hijo.

El Concilio de Éfeso y el de Calcedonia, si bien defendieron directamente la cristología y Deidad del Hijo, indirectamente contribuye para la formulación clara del concepto de la trinidad, pues se hace la diferencia entre esencia y substancia, lo cual permite indicar que Dios es uno en tres personas.

Hay que dejar en claro que esto es un misterio, es algo que no es totalmente comprensible para la mente humana, es decir, nuestra mente limitada no podrá imaginar plenamente cómo es esto, de ahí nuevamente la doctrina de la cognoscibilidad de Dios, por eso la necesidad de que la iglesia declare y enseñe la doctrina, no que la explique, pues en esto último siempre se termina o confundiendo las personas, o separándolas totalmente.

Atributos

Los atributos de Dios deben ser divididos en dos grupos: los incomunicables y los comunicables. En el primer grupo están aquellos que Dios no comparte con la humanidad, es decir, que son aspectos únicos de la Deidad, estos son, su eternidad (Dios no tiene ni principio ni fin, Él es en sí mismo, la fuente de toda cosa creada), su omnisciencia (Dios todo lo sabe), su omnipotencia (Dios puede hacer todo aquello que vaya conforme a su carácter y voluntad), y su omnipresencia (Dios está en todo lugar al mismo tiempo, es inmanente y trascendente a su creación).

Los atributos incomunicables son todos aquellos que Dios a transmitido en algún grado al ser humano, estos son, su amor, bondad, sabiduría, justicia, santidad, etc.

Creación

En este aspecto ha de hablarse mayormente en su sentido de voluntad y decreto. Dios es el autor y fuente primaria de todo lo creado, todo en el subsiste y existe (Hch. 17:28). Todo cuanto acontece en la creación es debido a su decreto soberano (providencia), y el actúa en su creación de forma mediata (por medios naturales) o inmediata (de forma sobrenatural – milagros).

El mundo fue creado en seis días, no como una tierra joven sino ya con apariencia madura, y la corona de la creación es el hombre, a quien creó a imagen suya y dio autoridad sobre toda la creación para que gobernarán como Él gobierna (Gén. 1:27,28).

La voluntad de Dios debe ser entendida como la secreta y la revelada. La voluntad relevada de Dios es la que Él nos ha dejado expresamente escrita en su Palabra, su voluntad secreta no nos ha sido revelada, no la conocemos ni la podremos conocer salvó cuando está ya a acontecido. El pecado de adivinación es incredulidad por cuanto se trata de conocer lo que Dios no ha revelado, desconfiando de su providencia y gobierno. 

ANTROPOLOGÍA

La antropología es el estudio de la doctrina del hombre. En este esquema indicaremos lo que es la imagen de Dios, la composición del hombre, y su caída.

La Imagen de Dios

El Salmo 19:1 nos indica que el cielo cuenta la gloria de Dios, y el firmamento anuncia las obras de sus manos, y Génesis 1:26 nos habla de que Dios hizo al hombre a su imagen y semejanza. Esto nos indica dos cosas: toda la creación lleva “la huella” del creador, y el ser humano es su “obra de arte” principal.

Cuando la Biblia habla de que el ser humano es creado a imagen y semejanza de Dios, no se debe entender como que “imagen” y “semejanza” son cosas distintas, como lo enseña la iglesia de Roma, pues el lenguaje bíblico indica que es una misma cosa. El ser imagen de Dios es expresar reflejar el carácter de Dios, esta es una capacidad única del hombre, somos el reflejo de Dios en la tierra, de ahí la prohibición en Éxodo 20 de hacerse imágenes de Dios, pues Él mismo ya se ha hecho una imagen propia.

El otro aspecto que apunta a que somo imagen de Dios, es la autoridad que Él ha puesto sobre la humanidad, pues es el hombre quien gobierna toda la creación, así como Él es el gobernador supremo. Así, pues, el ser imagen de Dios representa un sentido ético (reflejar el carácter de Dios) y de gobierno (el sometimiento de la creación).

Cuerpo y alma

En el evangelicalismo actual está popularizada la idea tricótoma del hombre, es decir, que es creado con un cuerpo, un alma y un espíritu. En esta visión el cuerpo es la forma visible de expresión del hombre, el alma es donde residen las emociones, pensamientos y voluntad de la persona, y el espíritu es la parte que se relaciona con Dios, sin embargo, dicha visión no es apoyada por la Escritura, pues en ella vemos que las palabras que se traducen como alma y espíritu, tanto en el hebreo como en el griego, se usan de manera sinónima. Además, la Escritura habla del alma comunicándose con Dios, así como dando al espíritu del hombre funciones de expresión de sentimientos o decisión.

La realidad ortodoxa es que el ser humano es creado con una parte material (cuerpo), y una inmaterial (espíritu). Esta dualidad no se debe entender con el dualismo platónico griego donde se ve la parte material como algo malo y la inmaterial como bueno y puro. La doctrina cristiana habla sobre que tanto el cuerpo como el alma o espíritu del hombre es creado por Dios, por tanto, ambos fueron creados buenos.

El alma del creyente no es eterna, aunque sí inmortal, es decir, el alma es creación de Dios, por tanto, existe y subsiste por el creador, pero al morir el hombre, aunque su cuerpo se descompone, el alma no; el alma del creyente al morir entra a un estado de gozo delante de Dios, y el alma del no creyente entra a un tormento en el infierno.

En la resurrección, cuando Cristo regrese, el hombre como una unidad total resucitará, cuerpo y alma, para un juicio y destino final, el creyente disfrutando eternamente de Dios, tanto en cuerpo y alma glorificado, y el no creyente en un tormento eterno, tanto en cuerpo como en alma

La Caída

La Caída se le denomina a los eventos narrados en Génesis 3, donde nuestros primeros antepasados, Adán y Eva, cayeron en desgracia y perdieron las facultades y bendiciones que tenía, conllevando maldición tanto en ellos, como en toda la creación sobre la cual fueron puestos para dominar.

En la Caída la imagen de Dios en el hombre no se destruyó, pero sí se obscureció o corrompió; ahora el hombre no puede reflejar plenamente el carácter de Dios ni ejercer una autoridad en el mismo sentido, y con la misma justicia, que Dios.

La Caída conllevó a una rebelión contra Dios y en el deseo de querer esconderse y apartarse de la Deidad. Adán era el representante de la humanidad, por eso cuando él pecó, nos representó a todos en dicho pecado, y su nueva naturaleza nos es transmitida por descendencia.

El hombre fue creado bueno, con la capacidad de pecar o no pecar, pero al caer en pecado, su voluntad y moral quedaron esclavizados por la tendencia a pecar, pudiendo solamente pecar. Esa es la realidad de todo hombre. El creyente en Cristo, una vez se ha vuelto al Señor en arrepentimiento y fe, vuelve a estar en la posición de estar capacitado para pecar o no pecar, y aguarda la glorificación de su cuerpo donde solamente podrá no pecar. 

CRISTOLOGÍA

La cristología es el estudio de la doctrina de Cristo. Miraremos su deidad y su humanidad, su subordinación, su obra y sus oficios.

Deidad y Humanidad.

El concilio de Éfeso, y más tarde el de Calcedonia, fueron los que confirmaron la doctrina que nosotros resumimos como “unión hipostática”, es decir, que Jesucristo es plena y completamente Dios y también plena y completamente hombre. La doctrina de Cristo es una de las más controversiales, pues desde finales del siglo segundo ya negaban algún aspecto de la cristología, desde quienes decían que solo tenía una apariencia humana, hasta los que negaban plenamente o su humanidad o su deidad.

Sin embargo, la Escritura nos enseña que Jesús era Dios (Jn. 1:1-3), y nos muestra la ostentación de títulos divinos como “Señor” (Fil. 2:9-11), Hijo del Hombre (Mr. 2:28), Señor de la gloria (Stg. 2:1). Señor mío y Dios mío (Jn. 20:28 Comp. Ap. 22:8,9). Además, tenía autoridad para perdonar pecador (Mr. 2:1-12) y Pablo nos dice que en Jesús habita la plenitud de la deidad (Col. 1:19).

La herejía del docetismo era la que negaba la humanidad de Cristo indicando que solo tenía apariencia humana, y la herejía monofisita mezclaba sus dos naturalezas, la divina y la humana creando una tercera naturaleza que denominaron “Teo-antropomórfica”. Sin embargo, así como la Escritura nos habla de la plena deidad de Cristo, también nos habla de su plena humanidad. Juan 1:14 habla de que el verbo divino se hizo carne y habitó entre nosotros, Gál. 4:4 indica que nació de una mujer, Fil. 2:5-11 nos habla de que se hizo hombre y murió, Heb. 2:14 habla de que participó de carne y sangre, y 4:15 que era semejante a nosotros y fue tentado. Además de esto también hay múltiples textos del evangelio donde se ve a Jesús cansado o con hambre, cualidades netamente humanas.

Al igual que la doctrina de la trinidad, la de la unión hipostática es un misterio que la iglesia no debe tratar de explicar en detalle, sino solamente formular, declarar y enseñar.

Unigénito

La controversia sobre la doctrina de Cristo también se da por el titulo que se le denomina “el unigénito del Padre” (Jn. 1:14) y “el primogénito de toda creación” (Col. 1:15). Arrio usó estas expresiones para indicar que Jesucristo es la primera criatura creada, exaltada por encima de los hombres y los ángeles, pero al final una criatura que era totalmente distinta a Dios. La cuestión es que la Biblia registra la palabra monogenasis para indicar que se trata de un ser único en su clase, entonces unigénito y primogénito no hace referencia a ser el primero creado, sino a prioridad, indicando que Él está por encima y superior de los demás, Él es la cabeza de la iglesia.

Subordinación

Expresiones de Jesús registradas en Jn. 4:34, el hablar de Pablo de Cristo como obedeciendo en Fil. 2:5-8, o del hijo “aprendiendo obediencia” en Heb. 5:8-10, pareciesen dar apoyo al arrianismo de que Jesús es inferior a Dios, por tanto, no es Dios. Este es el tema de la subordinación de Cristo, pues en la Escritura encontramos que Él no vino a hacer su propia voluntad sino la del padre. Sin embargo, la subordinación de Cristo debe ser entendido en su obra, en el aspecto de la economía de la trinidad, los roles que hay dentro de la “sociedad trinitaria”. El Hijo es engendrado eternamente del Padre, pero nunca debe entenderse que el Hijo es inferior, o que su voluntad sea diferente a la del Padre, lo que el texto sagrado indica es que Jesús se somete al Padre en el plan de redención y ejecuta su voluntad según su voluntad decretada.

Oficios

La obra de Cristo se puede resumir en tres oficios: profeta, sacerdote y rey. Cómo Rey el Señor vino a juzgar al imperio de la muerte, imperio al cual derrotó en la cruz y que en su regreso dará la “estocada final”. Como profeta es aquel Moisés (Deut. 18:18), que nos habla y enseña la voluntad de Dios, y como sacerdote fue nuestra expiación y propiciación, pues él murió tomando el lugar nuestro en dicho castigo de la cruz, y sus justicias perfectas nos fueron imputadas nuestro beneficio, santidad y gocé

 PNEUMATOLOGÍA

La pneumatología es el estudio de la doctrina que concierne con el Espíritu Santo. Abordaremos en este espacio lo relacionado a su deidad, su personalidad y su obra.

La Deidad del Espíritu

El Espíritu Santo es la tercera persona de la trinidad, y al igual que el Padre, no ha estado envuelto en mucha controversia, más que la negación de su personalidad.

La Escritura nos presenta al Espíritu Santo poseyendo los atributos y acciones divinas; Gén. 1:1,2 nos habla que Él participó en la creación, y todo el Antiguo Testamento, cuando indica que “el Espíritu dijo”, siempre es tomado como el hablar de Dios. En Hechos 5 se nos presenta el episodio de Ananías y Safira donde mienten a los apóstoles, y Pedro primero atribuye su mentir al Espíritu Santo y luego a Dios, equiparando al Espíritu con la Deidad. 1 Cor. 2:10,11 nos habla de su omnisciencia pues escudriña hasta lo profundo de Dios. Su omnipresencia es atestiguada en el Salmo 139: 7,8, y en 2 Cor. 13:14, Pablo, igual que en Mateo 28:19, equipara a las tres personas de la trinidad como iguales, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

Personalidad.

A pesar de todo lo anterior, hay quienes se empeñan a decir, por negar la trinidad, que el Espíritu es solo la fuerza motora de Dios, su energía de acción, y no una persona como tal.

Lo primero que la Escritura tiene que decir al respecto es que al Espíritu Santo le son adjudicados pronombres personales, y aunque esto debería ser suficiente para terminar la controversia, 2 Cor. 13:14 nos habla de que es posible tener comunión con el Espíritu, lo cual es imposible si no se trata de una persona. La Escritura también nos indica  y manda a no resistir al Espíritu ni contristarle (entristecer), lo cuales son aspectos claros de personalidad, y finalmente, la Escritura muestra acciones del Espíritu claros de una personalidad, pues el consuela, guía, redarguye y reparte dones según su voluntad.

Así podemos ver que el Espíritu tiene una personalidad, es la tercera persona de la trinidad, en igualdad de honor y gloria que el Padre y el Hijo y debe ser adorado por la iglesia cristiana. Decir que es una energía motora es una ofensa a la Deidad y una distorsión a la doctrina cristiana

Obras

Hemos declarado que el Espíritu no es una energía motora, que es una persona, y es Dios. Así, como Dios, el Espíritu Santo tiene acciones en el sustento de la creación, pero principalmente en la santificación del creyente para que este glorifique a Cristo. El Espíritu es el otro consolador, el vicario de Cristo, y encargado de aplicar los beneficios adquiridos por la obra de Cristo a los suyos, los elegidos. Él, además, también nos da un testimonio interno de que somos hijos de Dios (Rom. 8:16), es el encargado de iluminar su Palabra a nosotros cuando la estudiamos con diligencia, y nos santifica.

Existe un último aspecto que hace el Espíritu Santo en el creyente, y es el relacionado con su bautismo. El carimatismo y el pentecostalismo ha entendido el bautismo en el Espíritu Santo como una obra distinta y complementaria a la salvación donde el creyente recibe capacitación, especial y extra, para poder servir en el Reino. Pero la Escritura no habla de esta manera, sino que presenta este bautismo simultáneamente con la salvación, es decir, todo creyente cuando es salvado es bautizado por el Espíritu.

Los carismáticos y pentecostales aducen, generalmente, a ciertos episodios del libro de los Hechos donde cierto grupo de personas son llenas del Espíritu y hablaron el lenguas, pero estos pasajes deben entenderse en un periodo de transición de la iglesia, de ser una comunidad netamente judía a reconocer que está compuesta por todo tipo de lengua, tribu o nación; así que Dios permitió estos eventos sobrenaturales y especiales para mostrar a la comunidad judía que además de ellos, los samaritanos, los temerosos de Dios y los gentiles también eran parte del pueblo de Dios. 

SOTERIOLOGÍA

La soteriología es el estudio de lo relacionado con la aplicación de la salvación en el Creyente. En la historia de la iglesia se ha visto al respecto la controversia pelagiana, el semipelagianismo y el agustinismo. El primer caso se puede decir que hoy en día es casi inexistente, el segundo caso, por el contrario, es lo más popular y el tercer punto es sostenido únicamente por las iglesias de corte reformado.

Pelagianismo

Pelagio fue un monje del siglo IV que fue declarado hereje por sus enseñanzas en siglos posteriores, pero que en su momento fue un opositor de otro monje, Agustín de Hipona. Pelagio enseñaba que el pecado original no había sido transmitido al ser humano en ninguna manera, más como un ejemplo de cómo no se debe actuar para agradar a la Deidad. Él decía que cada hombre tiene la capacidad de hacer la voluntad de Dios o rechazarla, por ende, la salvación es por medio de las obras al obedecer la ley de Dios.

Como he notado, el pelagianismo es una posición básicamente inexistente en la actualidad por cuanto la Biblia es muy clara al indicar que la salvación no es por obras y que el pecado original sí es transmitido al hombre, de ahí su necesidad de ser rescatado primeramente por Dios.

Semipelagianismo

Al contrario del pelagianismo, una forma más moderada, el semipelagianismo, es la forma soteriológica más popular en la actualidad. Es sostenida en distintas formas por la iglesia de Roma y muchas iglesias de corte protestante, pero de una soteriología enseñada por Jacobo Arminio y sus seguidores, los remostrantes.

El semipelagianismo hace una mezcla entre la gracia primaria de Dios el actuar del hombre, la formula fe+obras resume bastante bien dicho concepto. Varía según la forma como se adopte; la iglesia de Roma, por ejemplo, enseña que todo hombre nace bajo pecado mortal y sin vida espiritual, pero el bautismo regenera la vida y borra las consecuencias del pecado original otorgando salvación, pero esta gracia se puede perder, así que es responsabilidad del cristiano hacer uso de los demás sacramentos donde le es impartida nueva vida, además de hacer buenas obras, las cuales, por lo sacramentos, ya son meritorias delante de Dios.

Los arminianos enseñan igualmente que todo hombre nace bajo el pecado y con muerte espiritual, pero hablan de la gracia común de Dios, enseñando que esta es una gracia que, aunque el hombre nazca en pecado, le capacita moralmente, restringiendo el pecado original, para que este pueda ejercer fe en Cristo y ser salvo, así mismo, es su responsabilidad cuidar la gracia salvífica, por ende, en últimas la salvación tiene un componente de esfuerzo humano también.

Por último, la posición reformada enseña que todo hombre, sin excepción, nace en una condición caída y muerta espiritualmente, la gracia común es solo la benevolencia y bondad de Dios sobre justos e injustos y no contribuye en nada en el aspecto salvífico del hombre. La gracia salvífica es entendida como el accionar incondicional de Dios para regenerar el corazón del pecador para que este, una vez con nueva vida y regenerado, pueda desear a Dios, buscarle y seguirle. En la posición reformada el hombre no puede tener la iniciativa de su salvación porque no desea a Dios ni quiere ser salvado, así mismo, se niega que la salvación se pueda perder, pues el Señor, quien es el dador de la vida, sostendrá a los suyos para que ninguno perezca (Jn. 10:26-29)

ECLESIOLOGIA

La eclesiología debe entenderse como el estudio de la doctrina relacionado con la Iglesia. La Iglesia es la asamblea de los santos, la comunidad de Creyentes. En este aspecto miraremos tres puntos, la composición de la Iglesia, los sacramentos, y el gobierno de la Iglesia.

Composición de la Iglesia

La Iglesia siempre ha sido entendida como la comunidad de creyentes, la asamblea de los discípulos de Cristo, pero con el pasar de los años, en los primeros siglos, por distintas circunstancia que el espacio del ensayo no me permite ahondar, la Iglesia fue tomando un camino donde se fue dividiendo entre lo secular y lo espiritual, lo terrenal y lo celestial, haciendo de la labor que era directamente relacionada con el servicio, fuera tomado como más santo que cualquier  otra labor, esto finalmente conllevo al pensamiento de que Iglesia es el cuerpo jerárquico de ministros eclesiásticos, teniendo por cabeza al obispo de Roma. Tal es el entendimiento de la iglesia romana.

En el siglo XVI, durante la Reforma Protestante, se recuperó el concepto de que la iglesia de Cristo estaba conformada por todos los creyentes, y que no había tales divisiones jerárquicas donde se colocan a los no ministros eclesiásticos como laicos que no hacen parte directa de la iglesia. Sin embargo, aún durante la Reforma hubo controversia sobre cómo era compuesta esta comunidad de creyentes, y finalmente se desarrollaron dos sistemas de pensamientos principales: el presbiteriano y el bautista.

En el sistema presbiteriano se tiene un concepto, basado en su entendimiento de la teología del pacto, donde ven la sustancia del pacto de gracia desde Gén. 3:15, donde consideran que el bautismo del Nuevo Testamento es la “nueva circuncisión”, por ende, la Iglesia de Cristo está compuesto por los creyentes y los hijos de estos. Los bautistas, por su lado tienen una teología del pacto donde ven que la sustancia del pacto de gracia solo es establecida en el Nuevo Testamento, y en el Antiguo solo se ve como una promesa, por tanto, para ellos el bautismo no es igual a la circuncisión del Antiguo Testamento y debe ser administrado solo a personas que, de una manera consciente, manifiestan arrepentimiento y fe en Jesucristo, ergo, la iglesia está compuesta solo por aquellos que profesan una fe pública en Cristo.

Sacramentos

La creencia general de los sacramentos, tanto en la iglesia de Roma, como en la protestante, ya sea presbiteriana o bautista, es que estos son rituales sagrados que la iglesia debe guardar y que imparten un beneficio al creyente. La Iglesia de Roma enseña que a través de ellos al creyente le es infundida una gracia salvífica necesaria para recuperar la gracia que se pierde por la acción pecaminosa. Algunos presbiterianos tiene un concepto del bautismo donde se ve que en él se imparte una semilla de fe al hijo del creyente bautizado, pero son vistos como medios de gracia, “herramientas” o “vehículos” por medios de los cuales el Espíritu Santifica al creyente. Esta última perspectiva, menos la del bautismo en esa forma, es sostenida por los bautistas reformados.

Existe una diferencia y controversia por este aspecto. Entre los protestantes y los católicos romanos está  que estos últimos tienen instituidos siete sacramentos, los cuales deben ser observados y sostenidos si el creyente quiere entrar al cielo; los protestantes, por el contrario, sostienen que son solo los instituidos por Cristo, Bautismo y Cena, y aunque son muy importantes para la santificación y deben ser observados con regularidad por el creyente, no son para salvación.

Entre los creyentes protestantes también está el concepto de que los sacramentos son solamente conmemoraciones de actos pasados, recordatorios sin ningún efecto en el creyente más allá que el rememorar algo. Esta posición es generalmente sostenida por iglesia de corte arminiano.

Gobierno.

En el aspecto del gobierno de la Iglesia, esta fue pasando de una donde la cabeza era un cuerpo de oficiales, a una estructura más jerarquizada como la episcopal, sostenida por las iglesias anglicanas y católicas romanas. Las iglesias presbiterianas abogan por asambleas representativas y abogan a que solo de esta manera se puede ver y mostrar el aspecto ecuménico del cuerpo de Cristo.

Existen otras formas, como la congregacional, donde el gobierno es ejercido por el cuerpo de creyentes, y el independiente, donde existen una o unas cabezas oficiales. En el primer punto de este aspecto se mueven la gran mayoría de iglesias carismáticas, y los bautistas reformados, abogan por un gobierno independiente entre iglesias con un cuerpo gobernante local compuesto por oficiales que surgen y son reconocidos por la propia comunidad local.

La Escritura no es muy dogmática en la forma de gobierno, de hecho, ninguno de sus escritos está dirigido directamente sobre el cómo se debe gobernar una iglesia. Pablo nombraba ancianos en cada comunidad que se formaba y desde el libro de los hechos, en la comunidad naciente judía, vemos el nombramiento de diáconos. Teniendo en cuenta esto y las ordenes de Pablo a Timoteo de nombrar ancianos, considero que la posición bautista reformada es la más consistente con el testimonio Escritura: las iglesias están unidas y guardan comunión unas a otras al sostener una misma fe, la unidad de la iglesias es doctrinal; al mismo tiempo, cada iglesia es gobernada de forma independiente, unas de otras, por medio de un cuerpo de oficiales, compuesto por pastores y diáconos que surgen de entre los miembros de la misma comunidad local y que son reconocidos como tales por estos mismos.

Un último aspecto de la eclesiología tiene que ver con las marcas de una iglesia. La Iglesia de Roma ha sostenido que la iglesia verdadera es aquella que se somete a las directrices del sumo pontífice Romano, por otro lado, los protestantes y la Sagrada Escritura muestran que las marcas de la Iglesia verdadera son tres: La proclamación completa del Evangelio y de todo el consejo de Dios expuesto en su Palabra, la observancia regulara de los sacramentos u ordenanzas (bautismo y Santa Cena) y la disciplina eclesiástica,

Esto último es algo que la iglesia cristiana actual más a olvidado, sin embargo, tal es muy necesaria para salvaguardar el honor de Cristo, para salud y arrepentimiento del pecador, y para la santidad de la Iglesia. 

ESCATOLOGIA

La escatología es el estudio de lo relacionado con la doctrina de los últimos tiempos. Esta se divide en General y particular; la primera trata de todo aspecto relacionado con la redención universal y general, la última con el aspecto de la redención individual del creyente.

En el aspecto general abordaremos brevemente el tema de la segunda venida de Cristo, la nueva creación y el milenio. En el aspecto particular abordaremos sobre el destino final del hombre y su estado después de la muerte.

La Parousia

La Parousia, o segunda venida de Cristo, es el aspecto relacionado con el regreso del Señor. La Biblia nos habla de que el Señor regresará así mismo como se fue, es decir, en forma corporal. El preterimos total enseña que el Señor ya vino en juicio durante el 70 d.C. y el preterismo parcial aunque ve este tema como el retorno en las nubes de Mateo 24, ciertamente espera el regreso final del Señor, de forma corporal y visible donde consumará su reino.

El milenio

Relacionándose con el aspecto del retorno del Señor, está el tema que se narra en apocalipsis 20:1-10, el tema del milenio. Básicamente hay tres posturas, premilenialismo, postmilenialismo, y amilenialismo. El dispensacionalismo no es tenido en cuenta porque es una forma de premilenialismo y es más un sistema de interpretación más que una postura milenaria.

En el premilenialismo se establece que Cristo retornará para establecer un gobierno literal de mil años, donde Él reinará con sus santos, y al final, después de un breve accionar de Satanás, este será finalmente destruido y se entrará al estado eterno. Algunos premileniales, pero sobre todo los dispensacionalistas, hablan de que este milenio es netamente judío, un periodo en que se le cumplirán las promesas faltantes a la nación física de Israel.

El postmilenialismo considera el milenio como literal y no literal. No literal en el aspecto de que no necesariamente el milenio dura mil años, pero sí literal en el aspecto de que la Iglesia avanzará en su influencia en el mundo, hasta lograr una edad de oro con un mundo totalmente cristianizado y que se regirá por la ley de Dios (aspectos teonómicos), periodo después del cual el Señor retornará para entrar al estado eterno.

Finalmente, el amilenialismo, no niega el milenio, pero no lo ve literal, entendiendo literal como un aspecto futuro a cumplir. El amilenialismo ve el milenio como el gobierno de Dios actual a través de la Iglesia, y va desde que el Señor ascendió hasta su futuro retorno para consumar su reino y entrar en el estado eterno.

Nuevos Cielos y Nueva Tierra.

Este es el aspecto del estado eterno. ¿Cómo será esto? Algunos, sobre todo en la edad media, entendían el estado eterno como uno donde el creyente vive es en el cielo, viendo la inmensidad de Dios completamente (Visión beatifica). Otros sostienen el concepto de la nueva creación, pues basándose en el texto de 2 Pe. 2:10, hablan de que esta creación va a ser destruida y Dios creará unos nuevos, estos entienden el aspecto de “Cielos nuevos y nueva tierra” de una forma literal.

Sin embargo, la escritura habla en Romanos 8 de que la creación, la actual, espera la manifestación de la glorificación de los hijos de Dios, pues de esta manera la creación dejará de estar sujetada a una maldición. Este es el entendimiento que sostienen los que abogan no por la destrucción de la tierra actual sino por su renovación. Tanto postmilenialistas como amilenialistas y algunos premilenialistas sostienen dicha postura, en el caso del amilenialismo entiende la visión beatifica dentro del concepto de la renovación de la creación, un cielo y una tierra donde no habitará más el pecado y donde los efectos de la caída en la creación serán borrados.

El Estado del Hombre después de la muerte

Ahora pasamos a los aspectos particulares de la escatología. El primero de ellos es sobre el destino del hombre cuando muere. Esta trata sobre qué sucede con el alma de las personas cuando mueren antes del retorno del Señor. La Iglesia de roma sostiene el concepto del purgatorio, concepto que se fue desarrollando desde la época de la patrística, y en la cual se habla básicamente como un lugar de fuego donde el alma de la persona va a expiar lo faltante para poder entrar totalmente puro al reino de los cielos.

El concepto del purgatorio es uno no bíblico, no tiene una base escritural fuerte y por el contrario es una doctrina cruel y desesperanzadora. En el lado del protestantismo se guardan dos posturas. La primera es sobre el sueño del alma, postura que indica que el hombre al morir, su alma entra en un estado de inconciencia hasta que el Señor las despierte en la resurrección, entonces los creyentes entraran al gozo eterno y los no creyentes al castigo eterno. Pero la Escritura, en apocalipsis, nos muestra visiones que Juan tuvo donde vio las almas del creyente con total conciencia (Ap. 6:10). Finalmente, la posición que se  ve más consistente con el testimonio Escritural es aquel que indica que el creyente al morir su alma entrara a un estado de acuerdo a su posición delante de Dios: los creyentes estarán delante del trono de Dios, alabándolo y disfrutando de su presencia, los no creyentes entraran a un estado de castigo y sufrimiento, y una vez el Señor regrese, resucitarán todos para entrar en el estado eterno, los santos gozando eternamente del Señor y nos impíos en una condenación eterna.

El Estado Final del Hombre

La Biblia nos habla de que, en el retorno del Señor, todos resucitaremos y entraremos a juicio. La enseñanza tradicional y popular ha sido que, al resucitar, en el juicio, los creyentes pasaran a vida eterna, serán glorificados y librados para siempre del pecado, y gozaran plenamente de poder disfrutar de la presencia de Dios. Por otro lado, los impíos resucitarán en un estado vergonzoso y permanecerán así eternamente, siendo castigados por toda la eternidad en el Infierno.

La doctrina del infierno es una que no gusta a muchas personas, pues, dicen, es imposible conciliar un Dios de amor que castiga eternamente. Bajo este adalid se forman dos grupos: los universalistas, quienes enseñan que al final toda la humanidad será salva y el infierno destruido, y los aniquilacionistas, quienes niegan la existencia del infierno y hablan de que el impío simplemente será destruido y si existencia descontinuada.

La Biblia es muy clara al hablar de que no todos serán salvos y que muchos serán rechazados de la gloria venidera con el Señor, por ende, el universalismo carece de fundamento escritural, por otro lado, aunque la palabra infierno no existe en la Escritura, el Señor Jesús hablo, en contexto de juicio, del Gehenna, un lugar de fuego que nunca se apaga, además sus palabras sobre el juicio siempre fue entendiendo como algo que será verdadero ye eterno, por ende, el concepto del aniquilacionismo tampoco es bíblico.

Aunque Dios es un Dios de amor, también es un Dios justo, y Él no puede tener por inocente al culpable. El que el castigo sea eterno no debe parecernos nunca como un castigo desproporcionado, pues el castigo siempre es en proporción al delito, y el delito del no creyente es contra un Dios eterno e infinito, además en el infierno el no creyente seguirá blasfemando de Dios, por tanto, nunca dejará de pecar.  

BIBLIOGRAFIA

·         Todas las referencias bíblicas son sustraídas de la versión Reina-Valera de 1960

·         Ham, S. (2015). ¿Cuál es el verdadero significado de la Inspiración? Dios: Respuestas en Génesis. Recuperado de http:// https://answersingenesis.org/es/dios/cual-es-el-verdadero-significado-de-inspiracion/

Sproul. R. (1996). Las Grandes Doctrinas de la Biblia. Editorial: Unilit

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